“Espero que llegue bien a la gente, que toque el corazón y la memoria de quienes lo lean o escuchen”
Entrevistamos a Miguel Sánchez Robles, poeta y novelista más que premiado, que este año pregonará las Fiestas de Caravaca de la Cruz.
1- ¿Qué sintió al recibir la noticia de su nombramiento como pregonero?
Sorpresa y agradecimiento. Fue a través de una llamada telefónica y me emocionó. Las llamadas telefónicas, como los telegramas azules que se recibían antiguamente, a veces traen ese tipo noticias preciosas. Me hizo ilusión. Lo acepté como un honor y como un reto importante. Incluso como un proyecto vital.
2- ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de las fiestas?
Tengo muchos. Yo vivía en la calle Planchas y recuerdo bajar cogido de la mano de mi madre por las cuestas que llevan a la Glorieta y allí quedarme totalmente fascinado al ver los gigantes y la música y los caballos y las rosas abiertas en los jardines. Entonces había jardines allí rodeados de setos de boj muy bien cuidados. A mí nuestra Glorieta siempre me ha parecido un lugar magnífico asociado a mi infancia. Después ya las viví de otra manera y comencé a participar en ellas. Primero saliendo con “Taifas”, un grupo juvenil asociado a “Halcones negros del desierto”, y luego con “Navarros”, después con “Aragoneses” y finalmente como miembro fundador de los “Yusuf”. Las dos pieles de cabra que lleva el estandarte de los Yusuf las compré en Puerto Lumbreras en 1981 a la vuelta de un viaje de Almería. Cada vez que veo ese estandarte siento cierta nostalgia y un recuerdo bonito de mi juventud.
3- ¿Su familia también ha participado de lleno en nuestras fiestas?
Sí. Mis padres muchísimo. Mi padre era del caballo de Santa Inés en los años cincuenta y sesenta. Era un hombre de la huerta muy activo en el festejo de los Caballos del vino. En los noventa recibió un homenaje junto a otros caballistas de su edad por parte del Bando. Guardo imágenes de todo aquello. Mi madre era también muy apasionada de las fiestas. Cosía muy bien y me hizo en su máquina Singer el traje de taifa y de aragonés. Un traje azul y gris que me encanta y que guardo con muchísimo cariño. Mis hermanos también. Mi hermano Manolo es miembro fundador de las peñas Dandy y Mudacid. Y mi hermana, María Inés, además de desfilar en un grupo moro ha pertenecido a diversas peñas, su hija, mi sobrina Cecilia, fue Amazona de los Caballos del Vino.
4- ¿Ha seguido con interés los pregones? ¿Qué piensa de ellos? ¿Qué tipo de pregón prefiere?
Es verdad eso de que existen tipos de pregón. No lo había pensado mucho, pero creo que es una realidad. Casi todos los caravaqueños seguimos en general los pregones, los hemos escuchado asistiendo personalmente o viéndolos en “Telecaravaca”. En nuestra ciudad la ceremonia de lectura del pregón ha sido desde los últimos tiempos un acto cada vez más importante, más relevante. Eso está vinculado al mismo empuje y grandeza que poseen nuestras fiestas. He tenido la oportunidad de asistir a pregones en otras ciudades y en general no tienen la trascendencia y el esmero y escenografía que hay en Caravaca de la Cruz. Un pregón es también una manera de darle las gracias a la existencia misma. Yo he querido hacer un pregón literario, íntimo y a la vez “universal”, entre comillas, por supuesto. Un testimonio que pueda quedar en el tiempo y que tenga una dimensión lírica y espiritual. He intentado hacer algo distinto y he disfrutado mucho haciendo algo sincero y vital. Espero que llegue bien a la gente, que toque el corazón y la memoria de quienes lo lean o escuchen.
5- En su obra literaria ha habido siempre mucha carga lírica y espiritual. ¿Eso le ha ayudado a la hora de escribir el pregón?
Estoy convencido de que sí. Mi predilección por lo poético ha sido crucial en el tipo de pregón que he escrito. Quienes escribimos poesía somos en cierto modo “buscadores de enjundia”, de “absoluto”, queremos siempre que un soplo de belleza y asombro atraviese como si fuera savia ese descrédito que existe en las palabras gastadas y manidas. Y ese ha sido uno de mis objetivos.
6- ¿Cómo ve las fiestas de mayo en la actualidad?
Pues siento que, siendo los mismos ritos y las mismas liturgias, y teniendo tantos detalles y actos que, aunque quisiéramos, no podríamos meterle ni uno más, están cambiando constantemente en su esencia y dimensión interna. Yo las veo más excelsas y elegantes que nunca. Más trascendentes. Con más conciencia de superación. Dignificándose cada vez más. Con mayor énfasis y valoración de cada aspecto. Y sobre todo creo que, los Caballos del vino y la Carrera en la cuesta, cada año toman más pujanza y protagonismo.
7- ¿Cree que las fiestas de Caravaca tienen posibilidades literarias y artísticas?
Pues no sabría muy bien responder a esa pregunta. Antes, en la revista de fiestas, había una literatura en torno a ellas. Gente que escribía poemas o relatos vinculados a ese universo festivo. Ahora todo es bastante más ligero, más inmediato. La imagen, la fotografía, el selfie y todo eso va ganando por goleada. Aunque en cierta manera me atrevería a decir que existe muy buena fotografía y muy buenos fotógrafos en torno a esto y que muchos de ellos hacen “literatura” con sus imágenes. Pura poesía visual. Y eso me fascina. No sé por qué en Caravaca hay tantos y tan buenos fotógrafos. Tal vez eso tenga que ver con el carácter mismo de nuestra fiesta.
8- ¿Cómo ha sido la experiencia de hacer sido nombrado pregonero y cómo lo ha llevado durante este tiempo?
Muy valiosa. Descubres y vives muchas situaciones que desconocías. Está muy lleno todo de contenido. Conoces a mucha gente y vives situaciones preciosas. Por ejemplo, asistir al “Conjuro”.