Ya en la calle el nº 1041

Mi primer día

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Leticia Rabadán

Nunca olvidaré la primera vez que participé como profesional en el servicio de ocio de APCOM. Estaba nerviosa, tenía que conducir y tenía mucha responsabilidad, no porque llevase a 7 personas en el coche, sino porque mi misión era que me vieran como una más. Esa mañana nos dirigimos hacía Barranda a disfrutar de sus Cuadrillas, allí bailamos, reímos y sentimos un cúmulo de emociones difícil de explicar con palabras.  Estoy segura que mi propósito se cumplió… Porque además de que pasamos un gran día… A mí me enseñaron que “donde hay un sueño hay un camino”, y desde ese día me di cuenta que yo quiero recorrer “ese camino” con las personas con discapacidad cada fin de semana.

Servicio ocio ApcomSheila Hidalgo

La primera vez que realicé una salida como profesional en el servicio de ocio de APCOM fue muy especial. Fui dispuesta a darlo todo de mí y con mucha ilusión para que las personas con discapacidad disfrutaran de su salida y estuvieran cómodos conmigo. Salimos a cenar y luego estuvimos en el karaoke y no podía parar de observar lo felices que estaban y cómo disfrutaban del ocio. Ahí fue cuando comprendí que quería seguir compartiendo más momentos y continuar aprendiendo de cada persona.

 

María Isabel Burguillos

Hay días que marcan nuestras vidas, que nos dejan momentos imborrables en nuestra memoria de los que nos sacan una sonrisa en los días más difíciles….

El día que comencé a trabajar como monitora de ocio en APCOM, es uno de ellos:

Cuando llegué a nuestro punto de encuentro y comencé a compartir opiniones e intereses con cada una de las personas que allí me esperaba me di cuenta de que ese era el sitio donde siempre había querido estar…

De una forma casi mágica, los nervios que aquella primera vez había creado en mí, se fueron transformando en cariño, comodidad y confianza….

Desde aquel día, no he dejado de disfrutar de cada uno de los momentos que he compartido con todas las personas que viven cada salida como si fuese la primera, que saborean con entusiasmo cada sueño cumplido y que te enseñan a vivir apreciando cada momento….

Aquel primer día, me embarque en un viaje del que afortunadamente sigo disfrutando, conociendo personas y lugares, compartiendo experiencias y lo más importante de todo…. Disfrutando y viendo como todos los que disfrutan de su tiempo de ocio.

 

Elena Martínez García

Hay momentos y experiencias en la vida que no se olvidan.

Para mí, una de ellas fue mi primer día como monitora de ocio en APCOM.

El tiempo no acompañaba, pero si los nervios, la emoción y un poco el miedo de no estar a la altura de una situación extraña, en la que me encontraría con personas que no me conocían casi de nada.

Mi objetivo era crear un entorno de confianza y amistad, pero que ingenua por pensar que eso era cosa mía. Cuando llegué al lugar donde quedamos, lo primero que percibí fue una alegría descomunal, no tardé en darme cuenta que la razón era que yo estaba allí, con ellos, una nueva amiga con la que compartir momentos había entrado en sus vidas. Me presenté y todo fluyó solo, sin forzarlo, sin pensar. Desde el minuto uno, abrieron su corazón para entregármelo al completo, cada uno a su manera personal, pero todos sin mentiras, sin rodeos.

Me enseñan que existen buenas personas, que lo importante es mirar hacia delante.

Cuando llegué a casa después de mi primer día como monitora de ocio en APCOM, me di cuenta que, gracias a ese ratito, no solo habíamos olvidado ese día gris de lluvia, sino que había encontrado el trabajo más bonito del mundo.

 

Francisco Ruiz Torralba*

Mi primer día en el servicio de ocio de APCOM fue una tarde de viento, hacía frío y estaba nublado, pero eso no mermó el ánimo de ninguno de nosotros; teníamos que comernos ” _las empanadillas riquísimas_” de una cafetería que  frecuentaban. Podríamos haberlo dejado para otro día, ya que, a primera vista la salida no parecía algo especial, pero era su momento y no lo querían dejar pasar. Recuerdo tener la idea de que era una actividad de acompañamiento, pero lo cierto es que fui, me sentí acompañado; me estaban abriendo las puertas de su vida, sin pedir nada a cambio y sin hacer preguntas. La sensación que me transmitían era de calidez, como si los conociera de toda la vida. como si fueran capaces, sin apenas conocerme, de darme su confianza y cariño. Aquel día comprendí que no hay una actividad más especial que otra, porque lo importante aquí es pasar momentos juntos.

Desde entonces solo me han demostrado que, si das tu mano, ellos nunca soltarán la tuya.

 

Miguel Ángel Älvarez Mtz-Iglesias

Recuerdo con ilusión y alegría mi primera experiencia como monitor de ocio, aunque no puedo negar aquellos “novatos” nervios que corrían por mi cuerpo aquel 25 de Enero. ¿qué pasará?, ¿nos entenderemos?, ¿me aceptarán?, estas fueron algunas de las cuestiones que yo mismo me hacía.

Fue en Moratalla, donde comenzó la bonita experiencia de formar parte de una gran familia como es el Servico de Ocio de la Asociación APCOM. Aquellos nervios que comentaba anteriormente, desaparecieron en cuestión de minutos…, ya que, fueron ellos los que sin dudarlo me abrieron sus puertas,  fueron ellos los que con cara de felicidad me acogieron sin pensarlo e hicieron de aquella tarde, una experiencia INOLVIDABLE.

 

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