Ya en la calle el nº 1040

México bajo mis emociones

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

MAGDALENA GARCÍA

Reír, llorar, caminar, trabajar, crear, innovar. El ruido, la calma, la alegría, la tristeza, la desesperación, la nostalgia, la comodidad, el caos. Millones de luces. La ternura, las comparaciones, la inseguridad y la posterior seguridad. Sentirme orgullosa.
Amar, querer, la pasión, la lealtad, las mentiras, la soberbia, la hostilidad, el encantamiento, la empatía.
Las tradiciones, los temblores, los avisos de huracán, la música, el metro en hora pico, cruzar una calle, el Paseo de Reforma. El albureo, chingar. “No digas coger”, los malentendidos, las decepciones, los descubrimientos, el coqueteo, la salsa, el cine, la fotografía. Filmar a las 3 de la mañana. Personas que se quedan unos meses, otras de un instante, y otras para toda la vida. La capacidad de elección. El café de Oaxaca, Chiapas, Veracruz. Los chilaquiles, los tacos al pastor, el tequila, el mezcal. La desigualdad social, los juicios, los que tienen en su mundo sin mirar a los lados.

Las calaveras, las artesanías, el mercado de antigüedades, cruzar el paso de peatones hacia Madero, el Palacio de Bellas Artes, el hombre de los tamales y la mujer del fierro viejo.
Podría seguir enumerando… De esta misma forma, desordenada. Nada tiene coherencia, pero tampoco es incoherente… Y si en este momento soy incoherente diré que afortunadamente.
MÉXICO. Una sola palabra y tantos adjetivos, emociones que describen este país. Me siento confusa en este momento, y a la vez me siento más viva que nunca. ¿Quién puede entenderme?
Aún me preguntan si de verdad quiero irme… Y la respuesta es sí. Necesito irme. Necesito tomar decisiones de este tipo. Estas decisiones me han hecho vivir siempre al máximo, y como consecuencia me hacen ver cosas que estando acomodada no vería.
No quiero gente a mi alrededor tóxica, que cuestione a cada rato lo que hago o no hago, si soy valiente o cobarde… Ya no quiero que nadie suponga lo que pienso… ¿Hay mayor error que suponer lo que otro está pensando? Salvo que tengamos poderes paranormales nadie debería hacer eso… Pero al final acabas entendiendo que hay gente que por no ver sus propias vidas analiza y juzga las demás…
Hoy me siento más preparada que ayer para abrir nuevos caminos… ¿Con miedos? Y ¿quién no tiene miedos? Sería demasiado aventurado decir que no tenemos miedo a nada. Yo lo tengo, la diferencia es que no dejo que me paralice.
¿Evado? Procuro no hacerlo. Reconozco que a veces lo hago con la tristeza y no dejo que mis lágrimas salgan… Pero en este momento de mi vida ya no quiero evadir una emoción tan grande como esa… Así es que lloro mientras escribo por la vida que me dejo, y que me encanta, y por la que está a punto de empezar…
Lloro, tomo café, una napolitana de chocolate francés con almendras. Escribo, recuerdo, tengo frío, hablo con desconocidos de que la batería de los celulares no duran nada. Me levanto, cierro la computadora. Dejaré que termine esta canción que me hace recordar todo lo que bueno que me pasa… Me voy, caminaré México una vez más…

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