En este artículo se van a tratar diferentes aspectos relacionados con el frío y las nevadas en la comarca del Noroeste.
En primer lugar, se van a describir en orden cronológico los días más fríos y las nevadas más importantes ocurridas en la comarca del Noroeste durante el siglo XXI. Dicha descripción va a comenzar con la intensa nevada que se registró en gran parte de dicha comarca a primeras horas de la mañana del 26 de enero de 2005, debido a la llegada por sorpresa de un frente frío bastante activo y a la presencia de una masa de aire muy fría. Por ejemplo, en Caravaca dejó unos 10 cm de espesor. Las 2 noches posteriores fueron extraordinariamente frías, debido a la presencia de estabilidad atmosférica, de nieve fresca en el suelo y de una masa de aire muy fría. Concretamente la noche del 27/01/2005 es la más fría de lo que llevamos de siglo, destacando los -18°C registrados en las Casas de Alfaro, que es la temperatura más baja registrada en la comarca del Noroeste desde que hay datos.
Justo un año después, entre los días 28 y 30 de enero de 2006 y debido a los mismos motivos que en 2005, se registró la ola de frío más intensa del siglo XXI en la comarca del Noroeste (única vez por ejemplo que en Barranda se ha bajado en 3 días consecutivos de los -10°C). Por su parte, entre el 8 y el 13 de febrero de 2012, hubo otra intensa ola de frío, mientras que el 20 de marzo de ese año, tuvo lugar una fuerte nevada por encima de los 600 metros, que en el casco urbano de Bullas dejó más de 20 cm. 5 años más tarde, entre los 18 y 19 de enero de 2017, se registró la nevada más importante de los últimos 40 años en los cascos urbanos de Bullas, Caravaca, Cehegín y Moratalla, que dejó por ejemplo un espesor de 29 cm en Cehegín. Además, el 18 de enero de 2017 la persistente nevada y la presencia de una masa de aire muy fría hizo que fuera el día con las máximas más bajas en el Noroeste de las últimas décadas.
Recientemente, se pueden destacar la nevada que dejó la borrasca Gloria entre los días 19 y 21 de enero de 2020, que es la mayor nevada en lo que llevamos de siglo por encima de 1000 metros en nuestra comarca, con espesores cercanos al metro en la zona del Campo de San Juan y la nevada de los días 4 y 5 de abril de 2022, que destacó sobre todo por su carácter tardío. Por último, cabe resaltar que los inviernos de 2005 y 2006 han sido los más fríos con diferencia de los últimos 30 años (solo 6 y 7 días por encima de los 15°C en Caravaca). Dichas cifras contrastan con los 38 días en los que se han superado los 15 °C en Caravaca durante la primera mitad del presente invierno, la más cálida desde que hay datos.
Los eventos meteorológicos mencionados tienen dos variantes que afectan negativamente a los edificios, especialmente a aquellos de los centros históricos. Por un lado, las bajas temperaturas provocan que el agua en instalaciones o infiltrada a través de cubiertas o fachadas se congele y aumente de volumen, generando roturas y numerosos problemas, tal y como sucedió el 27 de enero de 2005. Por otro, las intensas nevadas añaden un peso extra a los tejados y terrazas, que sufrirán más cuanto menor sea su inclinación.
En cada una de las nevadas más significativas en nuestra comarca se ha producido algún colapso por este motivo. No obstante, los tejados más antiguos conformados por vigas de madera han resistido numerosas nevadas, adoptando la característica forma combada con el paso del tiempo, sin llegar a colapsar. Sin agentes externos que le afecten y la pudran (como filtraciones por lluvia) la madera en colañas resiste aun combándose. Un mal diseño puede darnos más problemas a pesar de usar materiales más resistentes como el hierro o el acero. Tal es el caso del Salón Novedades de Caravaca, que se hundió con la fuerte nevada de 1926, tan solo 17 años después de su inauguración.
Además, no debemos olvidar que las estructuras más expuestas a estos eventos eran los pozos de la nieve, la mayoría de los cuales conservan hoy sus muros, pero no sus cubiertas, y cuyo estudio y puesta en valor puede resultar sumamente interesante para el patrimonio de nuestra comarca.
Por último, cabe resaltar que en octubre de 2016 se dio un paso importante en la monitorización de los polos fríos de la comarca del Noroeste, con la creación del proyecto FrostSE del que forma parte MeteoCaravaca. Dicho proyecto fue creado, por varios aficionados a la meteorología de la comarca del Noroeste y de otros puntos del SE peninsular y tiene como fin el estudio científico de los polos fríos del interior SE peninsular. Con muchas ganas y financiación propia, fuimos colocando pequeños termómetros registradores en varios valles del Noroeste, donde los datos históricos y la topografía indicaban la presencia de temperaturas mínimas muy bajas.
Ese primer invierno ya cosechamos datos muy interesantes registrando en La Risca (Moratalla) más de 100 heladas, siendo la temperatura mínima absoluta de -12°C. En los años siguientes fuimos aumentado el número de termómetros, desechando también algunos enclaves que no nos parecían óptimos y apostando por nuevos lugares, incluso llegamos a tener datos de la cima de la Región de Murcia para el análisis de las heladas por advección. También comenzamos a colocar las primeras estaciones meteorológicas online, con las que podíamos conocer en todo momento las condiciones de esos lugares sin necesidad de ir recurrentemente a descargar la información.
El año 2021 sería histórico para el proyecto, por dos motivos. El primero fue la borrasca Filomena que, a pesar de pasar desapercibida en cuanto a nevadas en nuestra comarca, sí que dio lugar a fuertes heladas en el municipio de Moratalla, registrándose -13,7°C en el embalse de La Risca, -12,8°C en el Campo de Béjar y -10,5°C en La Rogativa, siendo las temperaturas más frías registradas por nuestro proyecto en la Comarca del Noroeste.
El segundo motivo sería la constitución como asociación y la apertura de nuestra propia web (Suremet), donde contamos con la mayor red de estaciones meteorológicas del SE peninsular, sobre la que seguimos trabajando día a día, y que ha sido fruto del esfuerzo de socios y colaboradores. En la actualidad, seguimos con el mismo entusiasmo que teníamos al principio, con más puntos de observación que nunca, y abriendo nuevas líneas de investigación, monitorizando microcuencas que han dado grandes sorpresas, muy cerca de los cascos urbanos de Caravaca y La Copa (Bullas), y explorando el potencial que pueden tener áreas donde las infraestructuras humanas han creado puntos para la concentración del frío nocturno.