Ya en la calle el nº 1040

Mentiras y lentejas (por José María Ortega)

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Por José María Ortega.
Esta semana ha ocurrido algo significativo: por primera vez, en dos años y medio, una persona del PP de Bullas, una afiliada de las que están a las duras y a las maduras con los suyos, escribió en una red social de forma crítica sobre un tema tabú para su partido: la falsa promesa de los 800 puestos de trabajo, con la que el PP apuntaló el triunfo en las últimas Elecciones Municipales. La afiliada del PP describió en su comentario dicha promesa electoral como una “metedura de pata” esta crítica vertida en público parecerá intrascendente a muchos de nuestros lectores, pero no a quienes conozcan la forma monolítica en la que funciona este partido, que protege con cien candados sus secretos.
Lo que ha ocurrido en Bullas es sólo un ejemplo local de lo que ocurre en otros niveles: organizaciones políticas como el PP se sirven del uso estratégico de la mentira para conseguir sus fines y mantener el poder una vez conseguido. La mentira como herramienta política es uno de las anomalías tumorales que ésta sufre desde hace décadas: la usó la CIA para apoyar el golpe de estado en Chile, la usó Rajoy, cuando decía que no recortaría ni en sanidad ni en educación, la uso Aznar, para apoyar la guerra de Iraq y también la ha usado Valcárcel para asegurar la viabilidad de su aeropuerto desértico…
Pero como esta estrategia suele resultar útil, su uso no es patrimonio de las altas esferas del poder, sino que también se ha usado con profusión en nuestros pueblos, reflejando un modus operandi extendido por todo el partido y que los pequeños copian de sus mayores. Así, se dijo que Iban a ser más de 2000 los puestos de trabajo que iba a crear un nuevo centro comercial en Cehegín, hoy huerta abandonada; se habló del maná del la urbanización del Roblecillo, hoy agua de borrajas y deudas por doquier.
Pero sin duda es en Bullas donde tenemos el mejor ejemplo comarcal del uso táctico de la mentira como herramienta política, en este caso, para conseguir el poder, y de paso las lentejas de Sr Alcalde y varios de sus acompañantes en la candidatura. Ocurrió en este pueblo que, habiendo tenido PP el poder local varias veces en la punta de los dedos sin conseguirlo, sus dirigentes optaron por usar un arma definitiva capaz de acabar con décadas de frustración electoral: hacer una promesa con capacidad de ilusionar a mucha gente, y provocar el cambio de voto en muchas personas.
Una buena mentira política siempre está relacionada con necesidades no satisfechas de gran número de personas; en este caso, la imperiosa necesidad de un puesto de trabajo;. ofrecer agua a quien tiene sed (agua para todos) o trabajo a quien lo necesita y no lo tiene, como es el caso. Así se llegó a la promesa de los 800 puestos de trabajo, pero hay más: La mentira no podía tener apariencia de una promesa genérica, pues entonces no hubiera llamado la atención de los electores. Así que lo que se hizo fue diseñar todo un plan a su alrededor. El mensaje no iba dirigido a gente bien situada o sin problemas de empleo, sino específicamente a un sector social, con problemas de empleabilidad y carencias económicas. Este sector de la población tradicionalmente había votado en su mayoría al PSOE. De esta “población diana” habrían de salir los votos que propiciaran el vuelco electoral, sobre todo de unas zonas barrio, el Barrio de la Cruz y otras zonas obreras. Esta promesa se enunció con forma de compromiso seguro; si ellos ganaban, unos empresarios, con nombres y apellidos, vendrían a poner sus negocios al pueblo. El envés era que si ellos no ganaban, los empresarios no vendrían, tal era el chantaje que implicaba la falsa promesa.
Como además, es sabido que una mentira es más efectiva si se hace contra alguien, contra un enemigo o espantajo, éste se buscó en concejal de IU, que aquí denominaban “el comunista”, un recursos muy manido por las derechas de aquí y de allá, y que lo mismo sirve para acceder a una alcaldía que para dar un golpe de estado en Chile. Hacía falta un malo del cuento; el que firma este artículo, que según la mentira diseñada echó a un honesto empresario del Ayuntamiento cuando vino a contratar a parados por miles. No existía proyecto, nadie echó a nadie, más bien lo contrario, y el supuesto empresario salvador tiene ya en su haber una condena de cárcel por estafa urbanística. El proyecto, como no existía, no se hará. El Palacete terminará por caerse si nadie lo remedia, pues sus propietarios sólo lo querían para conseguir recalificaciones, que posteriormente se hipotecarían en una caja, generando liquidez para el promotor y un enorme agujero económico en la caja, ¿les suela de algo? Pues estos desmanes de cajas y recalificadores los hemos terminado pagando entre todos. Una vez diseñada y editada la promesa, se difundió ampliamente por diversos medios, como vídeos, carteles y programas electorales, que se llevaron a todas las casas y que iban cargados de promesas que hoy parecen bromas de mal gusto, pero que entonces creyó mucha gente.
En una situación de crisis y paro, con casi 1300 parados en el pueblo, como consecuencia de la ralentización de la construcción, el programa electoral de IU, basado en salir poco a poco de la crisis, con mucho compromiso, esfuerzo y participación, no sonaba lo suficientemente dulce, y estaba en inferioridad de condiciones frente a la miel gratis que proponía en falso el PP. La promesa dio sus resultados, provocó un corrimiento histórico de votos, sobretodo en el Barrio de la cruz, que “milagrosamente” votó masivamente al PP. Casi 1000 electores, de un total de 7000, cambiaron la papeleta electoral del PSOE por la del PP, yendo sólo unos pocos de los votos de la sangría socialista a IU y a la abstención. Hay indicios de que la promesa se usó de forma particularmente indecente en zonas como el Barrio de la Cruz. Hay personas con nombres y apellidos que aseguran que a “a ellos” se les prometió un puesto de trabajo cuando gobernara el PP. A los dirigentes la jugada les salió bien, pero a sus nuevos votantes, les ha ido fatal. Hace unos meses el paro en Bullas llegó a las 1750 personas, lo nunca visto en el pueblo.
En conclusión, la estrategia resultó exitosa en aquella ocasión, pero ha envejecido prematuramente. Fue un diseño tan exitoso como ausente de escrúpulos o principios éticos.
Una vez comprobado el pecado de engañar a un pueblo a sabiendas llega el momento de la penitencia: las mismas energías que se movilizaron para darles el poder a partir de una promesa incumplible, pueden movilizarse algún día para castigarles. Entretanto, han obtenido su objetivo temporal, lentejas para cuatro años. Lo demás dependerá de la gente, en poco más de un año habrá que optar entre políticos con un programa o gente que oferta lo que sea, con tal de mantener el poder. Pero cuidado, cuando una mentira resulta útil, esto sirve como semilla para otras, con las que tratarán de ocultar sus incumplimientos y volver a obtener el favor de la gente. Aquí, el ejercicio del sentido crítico es la mejor defensa que el pueblo tiene para evitar caer de nuevo en sus engaños. Nuestra crítica les desenmascara, y por eso reaccionan a ella con violencia y calumnias. Siempre es revolucionario arrancar la careta a los estafadores.

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