Ya en la calle el nº 1040

Marujita, ojos de España

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

GLORIA LÓPEZ CORBALÁN

Cuando mañana pregunte Mariló que hay dentro del coche fúnebre de MarujitaDiaz, bien podrá contestar la desdichada reportera en prácticas que le toque aguantar el cortejo que muchas plumas y muchas joyas, sobre Marujita, ojos de Españatodo joyas, porque ese fue el gran y más fiel amor que le tuvo esta sevillana a cualquier cosa inanimada, sin contar a Dinio, a lo largo de su vida.

La más friki de todas las folclóricas nació un 27 de abril de 1932, su padre era tramoyista en un teatro de Sevilla y su madre servía en las casas. A los 6 años ya hacía de telonera de las artistas en el trabajo de su padre y supongo que de aquella época de guerra le quedaría el hambre que pasó toda la vida para mantener un tipo que se le fue con los años y su peculiar adaptación al medio, al que fuese, desde la copla al tango, el viejo cuplé, el charlestón, la zarzuela, o la melodía romántica, el teatro, la comedia o el cine y hasta Sálvame Deluxe.
Lo que hiciese falta hacía Marujita cuando llegó a Madrid en la segunda mitad de los años 40 y con tan solo 14 años, y su madre al lado, como está mandao, debutó en el cine Chueca, de allí pasó al Circo Price y con nombre artístico “Luces de Madrid”, (gracias a dios que tuvo luces para cambiarlo) .
No tardó en convertirse en la nueva MarujitaDiaz, la actriz, que hizo treinta películas, todas ellas retransmitidas por Parada en sus mejores tiempos y vistas por mi padre al completo, y que yo solo me acuerdo de algunas… El pescador de coplas (junto también a unos primerizos Antonio Molina, Tony Leblanc y Vicente Parra, año 1953); Polvorilla, El genio alegre, Pelusa…

Luego vino el destape casi al mismo tiempo que a ella se le acababa la edad de destaparse, y sus películas ya ni las vió mi padre, de tan malas que eran ni le quedó silicona a Paradita para retransmitirlas. Pero también se adaptó al medio, y fue la primera en rentabilizar lo que otras hicieron después, su vida privada.
Vivió de escándalos, bodas, divorcios y cuernos hasta que nos cansamos hasta de verla. Primero fue Espartaco Santoni, si, el de la Tita, que le trajo a esta más joyas que cuadros a la otra y hasta una boda en 1958 en Venezuela, que acabó cinco años después como el rosario de la aurora y a 1000 pesetas la bronca, 1500 si era en directo.
No había acabado de matarse con Espartaco, cuando conoció al bailarín Antonio Gades. Conocerse, enamorarse, casarse lo hicieron tan rápido como lo que tardó la tonadillera (a quien se le ocurre) en decirle NO al esposo cuando este le pidió dinero. El otro, todo indignao, a los dos meses se fue de la casa.(sin dinero, claro está).

LLegaron otros, algunos libres, otros robados, como el sonado amante amigo de la actriz María Asquerino al que se lo quitó, (así tal cual hombres mujeres y viceversa) y luego ya fueron pagados, como el famosisimoDinio, que rentabilizó hasta el último polvo que echó con él. Y Dinio ni te cuento…
Fue amiga, luego enemiga… para acabar siendo amiga otra vez si pagaban bien de todas las actrices de su tiempo, que, como ella, se resistieron a envejecer y perderse en el anonimato cuando habían sido las reinas de cabaret.
Ha tenido la suerte de morirse a los 83 años ella sola, no como le pasó a su comadre Sara que vino a morirse el mismo día que la Tacher. Hasta para morirse ha sabido escoger día. Mañana miércoles salen las revistas del corazón y ella será la protagonista que siempre quiso ser.

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