Ya en la calle el nº 1040

Macrogranjas versus territorio

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Enrique Fuentes Blanc/concejal socialista en el Ayuntamiento de Caravaca

En la comarca del Noroeste y especialmente en Caravaca, allá por la mitad de los años noventa, algunas voces autorizadas alertaban de las graves consecuencias que las grandes transformaciones de secano a regadío iban a ocasionar en el medio rural y en el medio natural por el perjuicio sobre los manantiales y los regadíos históricos ( las huertas) y sobre su elevado valor ambiental y cultural y, aunque fueron muchas las personas que tomaron conciencia del problema, incluso hubo movilizaciones ciudadanas que seguramente contribuyeron a paralizar algunas propuestas muy perjudiciales, desgraciadamente hoy debemos dar la razón  a los que presagiaban lo peor,  pues los nuevos regadíos se han convertido en una de las mayores lacras de nuestro municipio.

En los últimos años, las macrogranjas de cerdos son una nueva amenaza sobre nuestro territorio.  Las crisis económicas del porcino han quedado lejos y actualmente es un sector en expansión: El 37% de la cría de animales en España para consumo humano es de cerdos, lo que supone el 14% de nuestra producción agraria. Con más de 30 millones de cerdos, España, solo por detrás de Estados Unidos y China, es actualmente el tercer exportador de carne de porcino del mundo.

La presión sobre el territorio es por tanto enorme. Hace unos 20 años, en la zona de Los Royos, donde ya existía una macrogranja de recría, tuvo que ser la presión ciudadanía la que consiguiera que CEFUSA desistiera de otro megaproyecto; en cambio, en los vecinos municipios de La Puebla de D. Fadrique y de María, gobernados por el PP, dicha empresa ha encontrado más facilidad para instalarse con decenas de miles de cerdos, lo que no resulta extraño pues el PP de la Puebla llevaba en el programa electoral su predisposición a las macrogranjas.  Mayor éxito ha tenido el rechazo de la plataforma stop cerdos intensivos salvemos el Arabí paralizando un megaproyecto en Yecla, aunque no hayan conseguido ganar, ni siquiera con la ayuda de su Ayuntamiento, la batalla judicial contra otra macrogranja situada en la provincia de Albacete, en los límites de su municipio.

Gran rechazo están ocasionando en los afectados directos y en amplios sectores de la población, a través de las redes sociales, dos proyectos de porcino, cuyas licencias se están tramitando actualmente en el Ayuntamiento de Caravaca, expedientes a los que el Grupo Municipal Socialista solicitó acceso: Una granja entre El Hornico y el Tartamudo y la ampliación de otra en Las Oicas, muy cerca de Archivel;  la inquietud no es solo por el mal olor, también es por el fuerte impacto de éste tipo de actividad sobre el medio ambiente y porque hipoteca buena parte del futuro de nuestro medio rural, como ya expuso el naturalista y ornitólogo Juan de Dios Morenilla en su reciente artículo macrogranjas y éxodo rural, cuya lectura recomiendo, lo que me permite no extenderme más sobre eso y ruego al lector que lo entienda, por el corto espacio de que dispongo para éste artículo.

Hace ya mucho tiempo que deberíamos haber pensado qué tipo de territorio queremos, si queremos grandes superficies de nuevos regadíos, que agotan los recursos y acaban con la diversidad o queremos conservar las huertas del regadío tradicional y los manantiales con sus cursos de agua, sus paisajes y sus ecosistemas asociados; si queremos macrogranjas de cerdos que dan poco trabajo y ahuyentan a la población y al turismo del medio rural o queremos explotaciones de porcino de gestión familiar, que generan más empleo y son más respetuosas con el medio ambiente; si queremos nuestros campos vacíos o que se vuelvan a poblar de forma digna y sostenible.

Para el territorio que queremos, necesitamos modelos de ordenación, incluidas las ordenanzas municipales, que permitan planes de desarrollo y de fortalecimiento de la economía rural de forma sostenible en los que el respeto a la población y al medio ambiente sean las claves para la supervivencia de ese medio rural que queremos; para ello, la ley de cambio climático y transición energética propuesta por el Gobierno de España y los fondos europeos para la recuperación post-covid19 (fondos Next Generations), entre cuyos ejes se encuentra la transición ecológica, pueden servir para esos fines, pero solo si tenemos claro el tipo de territorio que queremos y somos capaces de ordenarlo en ese sentido. Es responsabilidad de todos que, lo que ha ocurrido en nuestro territorio con los nuevos regadíos, no ocurra ahora con las macrogranjas.

 

 

 

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