Ya en la calle el nº 1037

Luisa Molina, cantante y percusionista boliviana, vencida por la cruel pandemia

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PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA

Su trayectoria artística comenzaba en 1973. Participó en el “III Festival de la Canción Boliviana del Sur” siendo muy jovencita, lo que no fue obstáculo para que lograra ganar el certamen y conseguir, con ello, la preciada “Quena de Plata” que certificaba su condición de mejor intérprete en la categoría de solistas, alternando su actuación con su clara destreza en la ejecución de instrumentos típicos de su país de origen, destacando considerablemente en el manejo de la percusión. Luisa Gabriela Molina Terrazas (25-08-1955, Uyuni-Potosí-Bolivia/30-05-2021, La Paz-Bolivia), acreditada cantante del folclore boliviano, aunque siempre sin renunciar a su profesión de maestra, artísticamente conocida como Luisa Molina, gozaba de la insuperable condición de tratar de hacer, siempre, patria con su música. Convertida en otra víctima más del cruel y traidor coronavirus, tenía 65 años.

De sus canciones más señeras, cabe mencionar “Falso amor y falso corazón” y “Añoranzas”. Alternando, finalmente, su condición de cantante con la de actriz de teatro y bailarina, gozo de la suerte de que fuera demandada su presencia en numerosos lugares, comprometiendo incontables conciertos en Francia, otros países europeos, América Latina y una amplia dimensión geográfica. Fue fundadora del “Grupo Femenino Bolivia”, en 1983, formación con la que grabó dos discos. Su carrera como solista brindó más de una docena de exitosas producciones musicales.

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