Lourdes Aznar: 25 años más tarde

“En las páginas de este semanal la cercanía y la credibilidad han sido una constante en sus 25 años de existencia, con una defensa clara del municipalismo y la inclusión social”

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Lourdes Aznar: 25 años más tarde

Lourdes Aznar (primera directora de El Noroeste)

En 1997, en el mundo unos científicos clonan a la oveja Dolly, se publica Harry Potter, muere en un accidente Diana de Gales, la Infanta Cristina se casa con Urdangarín, España se estremece por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la gota fría deja dos muertos y cientos de desplazados en la Región, el Real Madrid gana su Liga número 27 y en La2 emiten una serie de culto llamada Doctor en Alaska (Northern Exposure). La serie está ambientada en un pueblecito de Alaska, donde un médico neoyorquino, neurótico y urbanita, ha de adaptarse a una naturaleza hostil y a una gama de peculiares vecinos. El título original en inglés corresponde al emplazamiento de las ventanas en los edificios del lugar, con el fin de atrapar la luz más tiempo.

Por ellas se ilumina un mundo impregnado de realismo mágico, en el que las vidas de sus habitantes se entrecruzan en el periódico y la emisora de radio locales. Un trasunto de la vida social del pueblo, como nudo gordiano de sus relaciones, que explora las noticias más banales junto a la filosofía y la tradición. Internet aún está aún muy lejos y la información de proximidad les proporciona su atalaya para el conocimiento interactivo.

Eran los Noventa, la última década de transición analógica, cuando los medios de comunicación diversificaron su objetivo hacia un entorno más próximo donde atender una demanda en aumento: La información local. Si bien la radio y los entonces llamados videos comunitarios protagonizaron los primeros avances, fue la prensa escrita la que completó el círculo al plasmar en papel la realidad más cercana. Y fue en ese contexto cuando un grupo de empresarios y periodistas de Caravaca idearon El Noroeste, una propuesta desde y para los habitantes de la comarca que buscaba ahondar en la realidad local, con noticias y con opinión. Diseñamos un logotipo, la tipografía, escogimos el grueso del papel y nos emocionamos cuando la primera tirada, con la tinta aún caliente, llegó a los quioscos. Aun así, no podíamos sospechar que el proyecto crecería hasta alcanzar en plena madurez -¡y en papel!- el cuarto de siglo.

“Realizamos entrevistas en profundidad a personajes que quizá no tenía una gran relevancia social, pero han sido y son imprescindibles para la vida local”

Nos sabíamos herederos de una tradición de prensa local en el municipio y en toda la comarca, y con la ilusión necesaria para dar vida a un nuevo medio de comunicación que nos permitiera ofrecer una visión de un territorio que crecía social y económicamente, y salía de su ostracismo tradicional.  Noticias que, con un plus de calidad, fueran más allá de las que se generan desde las instituciones en el devenir propio del calendario. Bien buscando un nuevo enfoque, o en otras realidades de la sociedad, la política y la economía locales.

Este diario se concibió con la necesidad reconocida de que los vecinos de la comarca del Noroeste recibieran una información de calidad, como una exigencia de la sociedad democrática. En las páginas de este semanal la cercanía y la credibilidad han sido una constante en sus 25 años de existencia, con una defensa clara del municipalismo y la inclusión social. En ese contexto, recuerdo uno de los primeros reportajes sobre la ampliación de la Gran Vía, conceptuada como una nueva milla de oro; o el incipiente turismo rural, con actividades que se ofertaban en los alojamientos rurales gracias a la expansión del Plan Leader.

O aquel reportaje sobre el trabajo que en el paraje de una pedanía para la conservación del burro. Un refugio para burros para tratar de salvar una especie que se estaba perdiendo, pero que se supo combinar como un atractivo turístico. Realizamos entrevistas en profundidad a personajes que quizá no tenía una gran relevancia social, pero han sido y son imprescindibles para la vida local. Un esfuerzo por abundar en la historia de los municipios, no sólo a través de los estudios, sino de los testimonios propios o de los cronistas. Un trabajo en el que, en definitiva, tratamos de combinar la tradición con la modernidad y la profesionalidad de un medio autóctono.

Mucho ha cambiado el mundo de la información en estos años. La revolución digital lo ha reinventado todo, pero pese a estar más informados que nunca, también lo estamos peor. Padecemos un exceso de información creado por el flujo incesante de las Redes Sociales, las plataformas y el acceso instantáneo a través de las nuevas tecnologías. La prensa local ahora es global. Internet ha quebrado las barreras físicas y permite que su difusión sea global, pero la exigencia de origen se mantiene. El interés por las noticias locales es ahora más necesaria y accesible, porque nos acerca de forma muy directa las cuestiones más relevantes que tiene el vecino en su municipio.

En un contexto complejo como el actual, los medios locales cuentan las historias que verdaderamente le importan a la gente, desde una cercanía y credibilidad fundamentales. Aunque esto no suple la profesionalidad de los medios locales que, como en el caso de El Noroeste, poseen la capacidad para generar información veraz, análisis, buena imagen y la opción, para los más nostálgicos, de leer en un formato enrollable. Un testigo palpable y duradero que mantiene su proyección sobre la comarca, como aquel sol suave y sempiterno del norte que se colaba por la ventana de la emisora en Cicely, para darnos conciencia de nuestra cercanía. Enhorabuena a todos por estos 25 años.

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