Lluvia

ANTONIO F. JIMÉNEZ

Tiene Francisco Umbral unas palabras deliciosas sobre la lluvia: Escribo en ese momento de inminencias en que todavía no llueve pero existimos dentro de un poema a la lluvia. Sugiere que los periódicos debieran dar vacaciones en los días grises porque no se puede hablar de política cuando lo que apetece es escribir de la lluvia. La lluvia es una cosa que siempre sucede en el pasado. Cita Umbral a Borges. Es una columna para El Mundo, el día después de la boda de los Príncipes de Asturias, ahora Reyes, en el que Umbral se describe buscándose en las fotos del cotarro, y se cansa y se pone a escribir lo reglamentario. Escribir es un poco como la lluvia. Teclear es llover palabras para fluidificar el mundo. Y luego cita a García Nieto, a Verlaine, a los malditos, y dice Umbral que los poetas muertos vuelven socapa de la tormenta. O sea, bajo el pretexto de la lluvia. Suena a verso por su ingeniosidad y brevedad lírica. ¿Quién usa ya la palabra socapa? Es un artículo ejemplar sonsacado de súbito. Umbral convierte un hecho tan cotidiano y global como el de la lluvia en almuerzo inolvidable. La lluvia nos deja siempre sin actualidad, sin tiempo, sin noticias. Todos hemos detenido alguna vez el ritmo de la mañana o de la tarde para mirar la ventana cuando se ha ensombrecido el cristal y la habitación se puebla de penumbras acogedoras. La lluvia desamuebla la casa y hay que quitar del balcón las plantas que viene a matar la lluvia. Es un artículo también inminente, como si estuviera escribiéndose siempre. Aunque Danilo Kis aconsejó no creer en la inmortalidad del escritor y pese a que Bolaño instaba a no leer a Umbral, yo sigo creyendo que este artículo debería lucirse en las facultades de periodismo. Un día, por ejemplo, de lluvia.