JAIME PARRA
Leticia Sánchez, 31 años, estudiante de dirección y dramaturgia en la Escuela Superior de arte dramático de Murcia y formada como técnica en audiovisuales y espectáculos.
Empezó como actriz con la compañía de Bullas, Matícate donde participó en obras como, “Páncreas”, “Las mujeres que aman demasiado” y “La casa de Bernarda Alba”. Actualmente trabaja como técnica en la compañía Teatro de la Entrega, El precio del peine y Arena Teatro.
Ha dirigido obras como “Udada” de creación colectiva, “Sombras quemadas” a partir de textos de Angélica Liddell, “Not I” de Samuel Beckett y “Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams. Actualmente directora de la compañía Prex Teatro.
Este próximo domingo 16 de abril a partir de las 18:30 horas en el Auditorio Casa de Cultura , podrás ver la obra dirigida por ella “El sueño de Alba”.
¿Qué nos vamos a encontrar en “El sueño de Alba”?
Nos vamos a encontrar con una niña enamorada de la astronomía que tiene miedo a la oscuridad. Y acompañaremos a Alba en su primera noche durmiendo sin luz. Ella nos transportará a un mundo mágico donde descubriremos su luz interior.
Escrita para niños mayores de 6 años, ¿cuál es el secreto para entretener a los adultos que los acompañan?
Esto es lo bonito que tiene el teatro, que la obra tiene una relación particular con cada persona. Me gustaría pensar que Alba consigue que los adultos conecten con su niño interior y que disfruten de la obra tanto como los pequeños.
¿Cómo ha respondido el público en las dos actuaciones previas?
La verdad es que muy bien, el conjunto de la obra, las actrices, la historia y la puesta en escena creo que atrapan mucho al público. Lo que más nos sorprende y nos encanta, es la reacción de los niños. Al terminar, algunos se acercan a las actrices pensando que son los personajes y son adorables.
¿“El sueño de Alba” tiene una parte educativa?
Claro, tenemos a una niña que es capaz de dormir una noche entera sin la luz, superando sus miedos. Una niña, que, a pesar de sentir un terror profundo por la oscuridad, poco a poco y con ayuda consigue encontrar la valentía para enfrentarse a ese miedo.
¿Crees que en general el teatro infantil debe tener una función educativa?
Creo que de alguna manera el teatro tiene esa función educativa, no como una lección que debes aprender, pero sí como una visión que te puede hacer reflexionar sobre ella. Los niños absorben lo que ven, así pues, estoy segura de que algo les enseña.
Si ya hubiese visto “El sueño de Alba”, ¿por qué repetir? ¿qué puede variar de una a otra función?
Pues por una razón sencilla, el teatro es un arte vivo y cada función es diferente siempre. Cada función es una relación con el público que está en ese momento. Es el feedback entre público y actrices, y aunque la historia es la misma, a veces la emoción nos puede llevar a sitios diferentes.
Escrita y dirigida por ti, ¿en qué faceta de las dos te encuentras más cómoda?
En la dirección sin dudarlo. No imaginaba que terminaría haciendo el proyecto final de carrera escribiendo una obra propia. Pero mi profesora, Edi Liccioli me animó mucho y luego recibí gran ayuda por parte de mucha gente. Mi hermano, Ginés, fue fundamental a la hora de escribir el texto, me ayudó muchísimo. Y mi tutor Jorge Fullana, que realizaba algunas correcciones y me ayudó con todo el proceso.
¿Cuántos actores pones en escena?
La obra se hizo inicialmente para seis actrices, pero hemos tenido que adaptarlo para cinco esta vez. En escena nos encontraremos con Virginia Uve, Bárbara Menaches, Rebeca Ortiz, Marina Santos y Montse Saferr. Y un personaje sorpresa que tiene la voz de José Arias. Todos, estudiantes de la escuela de arte dramático de Murcia.
En realidad, tuve muy en cuenta a la hora de escribir la obra el número de actrices porque junto a Zoe L. Samper, había trabajado con ellas en otros montajes y formamos un grupo maravilloso.
¿Qué has aprendido como actriz que te haya ayudado como directora?
Para mí, no habría sido posible llegar a dirigir una obra sin haber participado anteriormente como actriz en obras con una compañía amateur. Al final, esa experiencia te ayuda a empezar por un camino a la hora de dirigir, a tener los primeros conceptos del espacio y la interpretación.
¿Qué papel juegan en esta obra la iluminación, sonido, la decoración, el vestuario…?
Sobre todo, la iluminación juega un papel fundamental en la obra. Todos los personajes han sido llevados a escena a través de luz o de la oscuridad. Relacionando la iluminación con sus características. Por ejemplo; la luna, emite luz reflejada, así que el personaje de la luna tenía que reflejar la luz. Para esto también ha sido imprescindible el vestuario.
Las actrices han tenido que trabajar con diferentes elementos lumínicos que son utilizados durante la representación. El concepto de la iluminación estuvo muy presente desde el comienzo de creación del texto ya que yo quería trabajar en este campo y presentarlo como trabajo final de estudios.
Por otro lado, el espacio sonoro también es esencial, y tuve la suerte de que Arturo Casabuena creó la mayor parte de este. Es un lujo contar con música original para un proyecto.
¿Es tu primera obra como directora?
No, a lo largo de mi paso por la escuela tuvimos que realizar diferentes montajes. Entre ellos, dirigí “Not I” de Samuel Becket y “Udada” una obra de creación colectiva sobre Medusa y Atenea que fue seleccionada en el Creamurcia 2021 y en el festival Estrenarte 2022. Ambas con las actrices que ahora están en el sueño de Alba y con quién hemos creado el grupo Prex Teatro. También tuve la suerte de dirigir una pequeña obra “Sombras quemadas” con Matícate.