Ya en la calle el nº 1037

Las Hermanas Comunicadoras Eucarísticas: arropadas por Mula y llenas de ilusión

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MICAELA FERNÁNDEZ

Nos encontramos con las Hermanas Comunicadoras Eucarísticas del Señor pocos días antes de Navidad. Se respira ese ambiente familiar y de recogimiento en las casas cercanas al Convento de La Encarnación, donde las hermanas llevan instaladas poco más de un año.

Un árbol de Navidad y un Belén nos acompañan durante todo nuestro encuentro unido a la paz y silencio de las antiguas paredes del inmenso edificio sólo roto por la alegría y ternura que transmiten las hermanas mientras nos cuentan cómo fue su llegada desde Colombia a España -es el primer asentamiento de esta congregación fuera de Sudamérica- y, sobretodo, lo agradecidas y arropadas que se sienten por el acogimiento que les ha brindado el pueblo de Mula desde el primer momento. Llegaron tres y ya son siete las religiosas instaladas en el Real Monasterio de La Encarnación.

Han sido muchísimos los acontecimientos que han vivido las hermanas desde su llegada a estas instalaciones y su labor en este momento, nos cuentan, es establecer el contacto y asentarse de forma firme antes de iniciar su labor evangelizadora. España es un país generoso y lleno de bondades y, realmente no sabíamos que esa bondad sería tan inmensa, no sólo nos han acogido como si formaramos parte de esta ciudad desde siempre sino que están pendientes de nuestras necesidades en todo momento y eso, no puede más que llenarnos de satisfacción y realmente darnos fuerza para seguir la misión que tenemos y devolverles a estas gentes lo que un día nos llevaron hasta nuestro país, su fé, su religión, ese amor primero que hicieron llegar a muchos países de la tierra y que nosotras queremos devolver con ese mismo fervor que nos llegó.

Las Hermanas Comunicadoras, como bien indica su nombre, desarrollan su labor evangelizadora a través de los medios de comunicación y canales audiovisuales principalmente.

Todo empieza por algo local pero abriéndonos a que cualquier persona pueda tener acceso a ese mensaje y siempre contando con la ayuda inmensa de quienes se acercan a nosotras. Quizá no tengamos los medios pero hay alguien que ofrece una cámara, otro que tiene el equipo de sonido, uno más que sabe utilizarlo y entre todos esta labor puede llegar muy lejos y ayudarnos a transmitir todo lo bueno que hay en nosotros.

Hablamos de las dificultades, acaban de llegar, son sólo siete mujeres y la ambición es muy grande. Todo llega en su momento y debemos primero asentar las bases, explican. Podríamos decir que somo las exploradoras, que nuestra misión aquí ahora mismo es analizar la situación, el momento y las oportunidades, como un estudio de mercado que nos llevará a poder establecer esa conexión, transmitir el mensaje y para ello no podemos más que dar todo aquello que tenemos que es un agradecimiento inmenso de todo lo que nos fue dado.

Mientras asientan estas bases las hermanas hacen frente a todos los retos que les plantea Mula. Junto al convento, la iglesia de la Inmaculada, la sede de la Cofradía de Jesús Resucitado y la capilla de la Santa Espina de Cristo. Nos cuentan que actualmente participan en diversas actividades que se desarrollan en las parroquias de Mula, que han tenido la oportunidad de cantar y participar en los principales actos y se emocionan al hablar de la Santa Espina y de los centenares de personas que vienen a visitarla y que ellas gustosas muestran a todos los que se acercan hasta el Monasterio como actuales custodias de la reliquia.

Mantienen abierto a toda aquella persona que lo demande la Hospedería Monástica para peregrinos que cuenta con catorce camas, dos cuartos de baño y varias salas comunes. Es una importante fuente de ingresos y sigue teniendo gran demanda. Esperamos que durante el próximo Año Santo de Caravaca de la Cruz pueda formar parte del camino de muchos peregrinos. Esta hospedería tiene un carácter muy especial por el lugar donde se encuentra y por las oportunidades que ofrece, explican.

Las hermanas están poniendo en valor nuevamente el huerto del Convento y, nos cuentan como sigue viniendo y llamando gente para pedirles encargos de los dulces que hacían en el obrador las hermanas clarisas antes de marcharse del convento. Nosotras no hacemos dulces y nuestra labor debe centrarse en esa transmisión evangelizadora por lo que no podríamos dedicarnos a esta tarea, explican, aunque sí nos llena de alegría poder hablar con ellos y anunciar nuestra llegada aquí.

Pudieron acompañar a los muleños durante la visita al Señor de la Escalera y acoger al Niño del Balate durante parte de su estancia en Mula, dos costumbre muy arraigadas al Convento.

Otro de los aspectos es la diferencia entre la cultura española y la colombiana. Hemos visto que aunque somos muy parecidos también somos muy distintos y tenemos que adaptarnos y conocer estas costumbres y, también intentar que conozcan alguna de las nuestras. Nos hablan sobre cómo va a ser su Navidad, los villancicos y todos los preparativos y la grandeza e inmensidad de este tiempo de alegría por el nacimiento de Jesús.

No nos vamos a quedar dormidas mucho tiempo por lo que la intención es empezar a hacer cosas pronto pero tenemos que tener unas bases sólidas para poder llegar a cuanta más gente mejor.

Por el momento ellas dependen de lo que les transmite su Casa Madre y las decisiones que el Señor tiene sobre ellas. Ahora están aquí y se sienten como en casa y con muchas ganas de seguir trabajando.

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