Fernando López Miras, Presidente del Gobierno de la Región de Murcia
Las Fiestas Patronales de Caravaca en honor de la Santísima y Vera Cruz son una inmejorable ocasión para vivir y disfrutar de unas de las celebraciones populares más increíbles y apasionantes de todas las que tienen lugar en España; no en vano, se encuentran también entre las más universales y conocidas en todo el mundo por su originalidad y espectacular puesta en escena.
Pero, por encima de otras virtudes, si hay algo que hace grandes e irrepetibles a estas fiestas tan queridas, es la pasión, la entrega y dedicación con que toda la gente de Caravaca se implica en cada edición de estos festejos únicos, que constituyen una parte inseparable de su identidad. Y que son, también, un inmenso motivo de orgullo para el resto de la Región de Murcia, que cada mes de mayo se suma con una presencia masiva de visitantes a tan formidable acontecimiento social, cultural y religioso celebrado en tierras caravaqueñas.
Unos días, sin duda, inolvidables y repletos de grandes momentos, en los que cobran singular importancia, por su representatividad y su popularidad como imagen de estas fiestas, los Caballos del Vino, y más aún tras su muy merecido reconocimiento por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cumpliendo así con el anhelo tantas veces deseado por todos los caravaqueños y caravaqueñas.
Pero hay un símbolo que, por encima del resto, identifica en todo el mundo a estas celebraciones y el lugar en el que se desarrollan a lo largo de esos días, la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, tan venerada en los cinco continentes por millones de fieles que acuden a lo largo de su vida como peregrinos a la ciudad santa del Noroeste murciano para testimoniar su fe.
Ésta es la consecuencia de una hermosa tradición religiosa de orígenes milagrosos que se remonta ocho siglos atrás y que ha unido para siempre tan preciada reliquia con la ciudad que lleva su nombre, esa Caravaca de la Cruz que ya está volcada en la celebración de su Año Jubilar en 2024, una cuestión que tuvimos la ocasión de abordar junto al Su Santidad el Papa Francisco durante la audiencia privada que mantuvimos en el Vaticano. Se trata, sin duda, de una ocasión histórica, no sólo para Caravaca sino para toda la Región de Murcia, y una muestra del gran interés del Santo Padre por este acontecimiento de la máxima relevancia para toda la cristiandad.
Todos los que hemos tenido la inolvidable experiencia y el privilegio que supone vivir en persona las fiestas de Caravaca de la Cruz hemos disfrutado de momentos increíbles, en los que tienen un papel principal los actos de carácter religioso tan esperados por todos. Celebraciones entre las que destacan la ofrenda floral a la Santísima Cruz, el traslado de la reliquia para su adoración por enfermos e impedidos, la Misa Pontifical, el rito del Baño de la Cruz o la procesión del ‘Lignum Crucis’, en la que los presentes muestran su devoción.
Y lo hacen en un entorno urbano cuya monumentalidad y valor histórico aportan aún más valor, si cabe, a todos y cada uno de los actos que se celebran allí esos días, en los que el pasado medieval de Caravaca de la Cruz cobra un excepcional valor como seña de identidad de todos sus vecinos y que justifican sobradamente su más que merecida declaración como Fiestas de Interés Turístico internacional.
Todo ello con el característico toque de las campanas llamando a la fiesta desde primeras horas de la mañana, o el alegre sonido de las bandas de música y de los pasacalles, sin olvidar el papel principal que desempeñan las kábilas y mesnadas de los Bandos Moro y Cristiano, tanto las infantiles como las adultas, que siempre cautivan a los presentes con sus espectaculares y coloridos desfiles, y que hacen de estos festejos una incomparable suma de emociones que nadie debe perderse.
Mi enhorabuena y mi agradecimiento, en nombre del millón y medio de murcianos, para todas aquellas personas, entidades e instituciones que, con la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, el Bando Moro, el Bando Cristiano y las Peñas Caballistas al frente, hacen posible cada año estas celebraciones únicas y de tan acreditada vocación internacional.
Sin duda, la mejor ventana de Caravaca de la Cruz al mundo, en unas fechas que invitan a sumarse a tantas alegrías y momentos cargados de emoción como los que allí se viven durante sus fiestas patronales, en las que todos son bienvenidos por la proverbial hospitalidad de la que siempre hacen gala los caravaqueños.