Ya en la calle el nº 1037

La visita del rey Fernando “el Católico” a Caravaca

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Francisco Fernández García/Archivo Municipal de Caravaca de la Cruz

Este presente año se conmemLos Reyes Católicos. Talla de Alonso Menaora el 525 aniversario de la visita y prolongada estancia de los Reyes Católicos en el reino de Murcia con motivo de la campaña militar contra el reino nazarí de Granada que tuvo lugar el año 1488. El objetivo principal de esta campaña era la toma de diversas poblaciones de importancia como Vera, Almería, Baza, Huéscar incluyendo también otras del Valle del Almanzora y los Velez, por lo que los Reyes Católicos decidieron establecer su centro de operaciones en Murcia, debido a su posición estratégica frente a los objetivos señalados, de modo que a mediados de abril de 1488 iniciaron su viaje a la ciudad de Murcia, a donde llegaron el 26 de ese mismo mes, siendo recibidos con grandes fiestas y regocijos. Tras aguardar a que las tropas se concentrasen y ultimar los preparativos para la expedición militar, se dispuso la salida del contingente hacia Lorca. La reina Isabel fijó su residencia en Murcia, donde estableció la corte, en tanto que el rey marchó hacia Lorca para dar inicio a la campaña. Asustadas por el potencial de las tropas castellanas, tras la toma de Baza varias villas nazaríes optaron por pactar, solicitando el correspondiente vasallaje a la corona de Castilla. El rey Fernando asistió personalmente a varias de estas capitulaciones, la última de ellas en Huéscar el 12 de julio de 1488. Conseguido casi totalmente su objetivo el rey regresó a Murcia donde le aguardaba la reina Isabel; siendo en este momento cuando se produjo la visita real a nuestra ciudad. El único testimonio directo sobre la visita lo encontramos en la “Chrónica de los muy altos y esclarecidos reyes Cathólicos don Fernando y doña Ysabel” escrita por Fernando del Pulgar, cronista oficial de estos reyes desde 1481: “Otro dia siguiente, el Rey vino para la çibdad de Huéscar, la qual se le entregó luego, e puso en ella por alcayde a Don Rodrigo Manrique. E allí mandó despedir toda la gente, e fue a hazer oración a la Vera Cruz de Caravaca; e de alli vino a la çibdad de Murcia”. No existe ningún otro documento que corrobore este suceso, pero impresionó tanto a los pobladores de Caravaca, que rápidamente quedó fijado en la memoria popular, transmitiéndose oralmente de generación en generación. Así se explica que cuando Juan de Robles Corbalán, en su libro de 1615 sobre la historia de Caravaca y su Cruz, abordó este acontecimiento lo hiciese cometiendo algunos graves errores, puesto que afirma equivocadamente que la visita la realizaron ambos monarcas y que tuvo lugar el 4 de diciembre de 1488 tras la toma de Baza. Su relato es como sigue: “En el año 1488 cercaron a Baza los Catolicos Reyes Don Fernando y Doña Isabel, y tuuieron grandes dificultades en ganalla, entonces ofrecieron venir a visitar esta Santa Veracruz, y la entraron a 4 de Deziembre del dicho año dia de Santa Barbara”. El suceso quedó así fijado en la tradición caravaqueña, siendo referido en idénticos términos por otros historiadores locales posteriores como Martín de Cuenca o Marín de Espinosa, entre otros. La mencionada Crónica de Fernando del Pulgar no especifica la fecha en se produjo la visita real; sin embargo Diego Marín, en su interesante artículo sobre este asunto publicado en la Revista de Fiestas de este año, se aventura a precisar que esta tuvo lugar el lunes 14 de julio de 1488, puesto que la capitulación de Huéscar se produjo el día 12 y que lo más probable es que el cuerpo de ejército que acompañaba al rey tardase dos días para recorrer las 20 leguas castellanas que separaban ambas villas. El viaje fue realizado por el rey acompañado de parte del ejercito, ya que tras la toma de Huéscar despidió a buena parte del mismo, quedándose “con su Alteza el marqués y el adelantado y çiertos otros caballeros, los quales fueron con su Alteza hasta la çibdat de Murçia, donde la señora reyna estaua”. Aún con todo, el sequito debió de ser bastante númeroso, causando gran sensación entre los sencillos habitantes de la villa de Caravaca poco acostumbrados a este tipo de demostraciones. El propósito del rey para desplazarse a Caravaca fue rezar ante la Vera Cruz, posiblemente en acción de gracias por los éxitos cosechados durante la campaña militar, persuadido por los comentarios y relatos de don Juan Chacón, Adelantado Mayor del Reino de Murcia, que le acompañaba en esa ocasión, y que era familiar muy cercano del vicario santiaguista don Diego Chacón, a cuyo cargo estaba la reliquia caravaqueña. Durante la visita el rey Fernando hizo donación a la Vera Cruz de una lámpara de plata, hecho que demuestra claramente la veracidad de su presencia en Caravaca, puesto que este objeto aparece inventariado entre las posesiones de la Vera Cruz ya en 1536: “Vna lanpara grande con quatro cadenas que dio el Rey Catolico, çiertos pedaços de plata quebrada”. No creo que la lámpara fuera un objeto traído específicamente para ser regalado, sino que posiblemente se tratase de una de las existentes en la capilla de campaña del rey, lo que explica que apenas medio siglo después de su llegada a nuestra población estuviese “quebrada e desbaratada que no se pueden seruir della e ay pedaços quebrados por sy e otros que se quiebran”. Para frenar su deterioro y asegurar su conservación, el 6 de noviembre de 1539 el concejo de Caravaca ordenó el envío de la misma al licenciado Ginés Miñarro, contador del Arzobispo de Granada, para que la hiciese reparar en esa ciudad por un platero experto. Para evitar fraudes y engaños, se pesó la lámpara antes de enviarla, resultando tener 8 marcos y 2 onzas (aproximadamente 2 kilos). La lámpara se conserva actualmente, estando colocada en el lado izquierdo del altar mayor del Santuario de la Stma. y Vera Cruz, aunque muy reformada, puesto que en 1782 fue renovada totalmente por el maestro platero Juan Lorenzo Valdivieso, aprovechándose también la ocasión para fabricar otra similar para ser colocada en el otro lado del altar. Para diferenciarlas, a cada una ellas se le realizó una inscripción diferente, siendo la de la regalada por el rey Fernando la siguiente: “Vino a adorar esta Sta. Crvz el rey dn. Fernando el cathco. y le dio esta lampara añ. 1488. Se rrenobo esta lampara por mandato y decreto del ayvntamto. de esta villa de Caravaca como patrona de la Ssma. Crvz. añ. de 1782: Siendo comisario favriqvero el sor. dn. Diego Melgares de Agvilar regor. pptvo. desta dicha villa”. En otra ocasión diferente, el rey Fernando hizo otros regalos a la Vera Cruz, en concreto una “casulla de pichilado con su çanefa de oro que dio el Rey Catolico”, “dos almaticas de lo mismo con las Armas Reales con sus collares e cordones” y “Vna capa de brocado raso que dio el Rey Catolico con su çanefa” que aparecen reseñadas en los inventarios de ornamentos de la Vera Cruz de mediados del siglo XVI, no conservándose en la actualidad ninguna de estas piezas. Para conmemora el 525 aniversario de este acontecimiento el Archivo General de la Región de Murcia, en colaboración con la Fundación Integra y el Ayuntamiento de nuestra ciudad, ha organizado una conferencia que tendrá lugar el próximo jueves 17 en el aula cultural de Cajamurcia. Ese mismo día se inaugurará en ese mismo lugar una exposición que estará abierta hasta el día 30, que recoge diversos testimonios y objetos relacionados con esta visita.

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