Ya en la calle el nº 1040

La vida como lector de Juan González Castaño, director de la Academia Alfonso X El Sabio

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

JAIME PARRA

Nos recibe Juan González Castaño, director de la Academia Alfonso X El Sabio y cronista oficial de Mula, en su biblioteca, la más grande de la Región de Murcia, nos comentan otros que la visitaron antes, entre la admiración y la envidia.
El historiador, mientras nos enseña primeras ediciones, encuadernaciones primorosas, libros casi perdidos y otros insospechados, bromea con la pregunta “¿qué hará con su biblioteca?”. “Quemarla”. Y un escalofrío recorre a este periodista cuando se imagina todo ardiendo como en un entierro vikingo; como otro pero de distinto tipo cuando tiene entre sus manos un libro de poemas firmado por Machado o una primera edición de la Constitución de 1812, con las marcas de humedad de haber estado escondida cuando regresó El Deseado.


Pero la formación de esta biblioteca, de la que habla en “Memorias de un lector”, dará, esperemos, para nuevas visitas a la casa de Juan González y nuevos artículos para este periódico.
¿Qué papel juega en la sociedad murciana la Academia Alfonso X El Sabio?
-Es una Real Academia creada hace setenta y seis años, cuya misión es estudiar y divulgar la cultura en sentido amplio: geografía, historia, arte… Lo hacemos por medio de publicaciones, mesas redondas, conferencias, etc. Consta de veinticuatro académicos de número y cien correspondientes; es una entidad territorial y, como su nombre indica, abarca toda la Región de Murcia. Si pudiéramos hacer un recorrido rápido por las publicaciones de estos tres cuartos de siglo, hay de los cuatro puntos cardinales, y nuestra revista madre, Murgetana, con ciento treinta y siete números, cito de cabeza, contiene cientos, por no decir miles, de artículos de todos los lugares y poblaciones de la actual Región de Murcia.
-¿Qué objetivos se ha marcado para esta nueva etapa?
-Continuar con la política heredada de mis antecesores, que lo hicieron muy bien, además en una época de escasez. Las seis academias de la región estamos manteniendo el tipo decentemente a pesar de que los recursos brillan por su ausencia.
-¿Qué podemos encontrarnos en “Memorias de un lector”?
-Mi vida como lector. La vida de una persona que ha dedicado su existencia a leer y que, a parte, ha escrito algunas cosas. Pero apenas se refleja esa faceta. Cuento como de desde mi más tierna infancia, seis años que aprendiera a leer, no me interesó el estudio, ya cuento experiencias con profesores que eran muy duros con el alumnado, sino la lectura, sobre todo los tebeos de la época, no cómics como se llaman, tebeos como el Capitán Trueno, Jabato, El Guerrero del Antifaz, cómo esos tebeos los cambiábamos entre nosotros en las librerías. La primera parte está centrada en el aprendizaje, cómo he llegado a ser lo que soy, y la segunda está más centrada en la construcción de la biblioteca y las obras que realmente me interesan.
-¿Qué importancia tiene la lectura en su vida?
No recuerdo ni un solo día en que no haya leído algo, ya no leo con la rapidez de hace unos años, porque tengo mayor carga de trabajo, cuando leía un libro gordo cada dos o tres días. El libro está muy librado a mis experiencias vitales que eran también las de mis compañeros. Hasta los 13, 14 o 15 años retrata juventud española de los años de los años 50, 60, parte de los 70 con peripecias comunes hasta la primera pubertad, donde cada cual se fue a estudiar a universidades distintas y ya ha seguido por su camino. Estoy seguro que quienes se acerquen se van a reconocer en muchas de las cosas que me ha sucedido. A mí, volviendo a la pregunta no me gusta escribir, me gusta leer. Podría pasar perfectamente sin las cosas que he escrito, pero no sin las maravillas que se han escrito, no solo a nivel científico, también novela y poesía, sin olvidar a los clásicos que releo. Usted notará que se va haciendo mayor cuando se dé cuenta de que comienza a releer. Me gusta mucho el Siglo de Oro por deformación profesional, no se puede conocer la sociedad de la época sin conocer a Quevedo, a Cervantes, la picaresca…
-La Historia, en sus páginas, parece accesible

Dijo la Santa que escribía como hablaba. Y me gusta aplicarme ese consejo. Hay que ser llano, una escritura alambicada cuesta mucho. Siempre les decía a mis alumnos que es lo mismo “el hábitat de…” que “la casa de” o “delgada” que “enteca”. Es lo mismo, pero “la casa de” y “delgada” todos lo entendemos. Intento, por tanto, escribir para la mayor parte de la gente posible. La historia que yo escribo es divulgativa, sin notas, como en “Breve historia de la Región de Murica”, donde hay una completa biblografía, pero las notas me parecían una interrupción en la lectura que no se merecía quien se acercase con el afán de conocer la historia de su tierra. Pretendía interesar a la gente, los rudimentos. Pueden abrirlo por donde les interesa y moverlo adelante o atrás según su interés.
¿Nos interesa a los murcianos la historia?
-Es curioso cómo se ha despertado en el gran público el interés, ha ayudado mucho la novela histórica, vivimos un bum en España, incluso en Europa, que está adquiriendo altas cotas de calidad, yo he leído algunas muy buenas y muy bien redactas. No nos engañemos, eso nos ayuda. El lector empieza con esa novela y, si le ha interesado el periodo histórico, luego puede ir a la historia para ver que tiene de realidad y qué de ficción.
En Murcia se vive una edad de oro, yo que me muevo por muchos pueblos, veo como aparecen muchos grupos de trabajo, asociaciones que velan por las costumbres y tradiciones y por el correcto estudio de la historia. Ayuda a ver lo que fuimos y a ver lo que somos. Es interesante conocerlo de modo llano y la gente, yo que doy muchas conferencias veo que cuando a la gente le tocan la fibra sensible, mirándola a la cara, le interesa conocer el pasado de su tierra.
¿Cómo es el trabajo del cronista
El cronista no cobra, suelen ser personas que conocen el pasado de la ciudad, y son muy asequibles, cercanas, que van a asesorar sin ningún tipo de problema y de interés extraño a colegios, asociaciones, ayuntamientos… Mi casa está abierta a cualquier persona que necesite trabajar. Para mi tesis me abrieron sus casas muchas personas, y no sería justo que yo no hiciera lo mismo. Los libros solo valen para ser consultados y leídos, no es un elemento decorativo.
¿Cómo son los archivos de Mula?
Magníficos. Tenemos un excelente archivo municipal. Con una importantísima cantidad de monumentos medievales hasta 1516 que muere Fernando el Católico; las iglesias están también muy bien en cuanto a libros parroquiales (bautismo, matrimonio y confirmaciones) y libros de difuntos, aunque estos son más modernos. Las clarisas tienen un archivo apreciable, no es muy grande porque sufrieron los avatares de la Guerra Civil, y luego están los de familias de Mula. Pero lo que es más importante para los historiadores, el Archivo Municipal es espléndido con muy buenos profesionales.
-¿Qué periodo es el peor o menos estudiado de Mula?
-Aunque parezca mentira el siglo XIX y el XX, son fáciles de leer en los manuscritos y sin embargo en Mula y en las tierras de Mula se conoce mucho, porque le he dedicado trabajo del XVI al XVIII los dos más brillantes, no el XVII, que fue un siglo de de calamidades, y sin embargo el XX que a los que hemos nacido en él nos parece próximo pero quienes ya tengan diecisiete les parece la época de Felipe II. Son fáciles porque hay mucha bibliografía y la letra se entiende fácil en los documentos. y luego están los recurso de los periódicos, los audiovisulaes… pero no nos engañemos el trabajo de investigación es muy duro, es una mala novia. No es un camino de rosas, pero luego da muicho gusto y alegría. Es como una mujer con un parto duro pero ve la criatura en su regazo y le hace olvidar todos los sufrimientos pasados.
-¿Cómo es la relación histórica entre las comarcas del Río Mula y del Noroeste?
– Las comarcas son invento de los hombres. Es indudable que si se llama del Río Mula, Bullas, donde nace el Río, debería pertenecer, pero al final somos tierras hermanas con límites ficticios. En época islámica anterior a la conquista, Mula era cabeza de un distrito que llegaba más arriba de Caravaca, que era una alquería, llega la conquista alfonsí, la orden del temple, que se instala en Caravaca, luego Santiago, se establecen divisiones, encomiendas, realengo o señorío.. Pero la vinculación es total, como los viñedos, que muchos de los de Bullas están en Mula. En mi caso me siento encantado de la vida en Cehegín, en Caravaca, que me siento en mi casa, en Bullas, donde escribir su historia, No veo diferencias algunas con mi tierra, esos pinos, esa frondosidad, me la recuerdan.
-¿Se dan las condiciones en las comarcas del Noroeste y Río Mula para un turista interesada en la historia?
Tienen grandes posibilidades. Concentramos en las dos comarcas y en Lorca y un poco en Jumilla y Yecla, la mayor parte de monumentos de la región. Solo los que visiten el alcázar de Caravaca, el templo de la santísima cruz, una reliquia de más de setecientos años, acercarse al convento de Mula a ver la Santa Espina… El potencial turístico no está aprovechado del todo, es más, estoy convencido que el futuro de las comarcas pasa por el incremento del turismo, las próximas generaciones van a tener que vivir del turismo cultural bien entendido, no debe verse la restauración de un edificio como un gasto, sino como inversiones del futuro, es muy importante tenerlo en claro. Pero hay que poner más carne en el asador.
¿Qué le parece el Mercado Barroco de Mula unido con la semana sobre el Marquesado de los Vélez?
-Se ha hecho con bastante inteligencia, han acertado la autoridades al unir la parte cultural y divulgativa con los espectáculos.
-¿Para los muleños qué valor tiene el Castillo?
Es el símbolo de Mula, se divisa desde la carrera, construido en el siglo XVI, de los cuales no hay mucho en la Región de Murcia y, aunque fuera una misión coercitiva para tener sojuzgado a la mayor parte de los muleños, eso se ha olvidado y hoy en día todos ven la fortaleza como el símbolo. Dos fundamentales, el castillo y el Niño de Mula y el tercero los Baños de Mula, muy conocidos los tres a nivel nacional. Ver cómo se ha ido degradando por una u otra razón ha hecho que ese castillo, que cualquier niño al que le piden que pinte algo, es lo primero que hace porque es omnipresente, eso ha hecho que el Ayuntamiento y la Plataforma estén haciendo una gran labor, los segundos concienciando, de que debe ser para el pueblo de Mula.

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