Ya en la calle el nº 1040

La última tatuadora Kalinga

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

MARIANA PÉREZ ALMAGRO

En mí recorrido por la historia del tatuaje, como mujer tatuadora y tatuada, he descubierto y aprendido mucho  a cerca de mis antecesoras. Mujeres que rompieron moldes y esquemas sociales, abriendo el camino a todas nosotras. En esta ocasión, trataré sobre la más longeva, ya que actualmente sus manos siguen tatuando.

Largo es el camino para llegar a la aldea donde reside y trabaja,  a sus 103 años Whang-od Oggay conocida como María Oggay, es denominada como  la última y más vieja “mambabatok”, tatuadora tradicional Kalinga., en Filipinas.

Comenzó a tatuar cuando tenía apenas 15 años, principalmente motivos tribales a mujeres y guerreros de su tribu y las colindantes. Actualmente ya no existen esos llamados guerreros pero sigue tatuando a pesar de su avanzada edad al público al que ahora se debe, el turismo.

Su padre maestro tatuador cuando el arte del tatuaje en la región Onggay se daba solo a manos de hombres, vio un talento especial en ella, enseñándole la técnica milenaria tradicional de tatuaje Kalinga a Whang-od, convirtiéndose así en la primera mujer tatuadora de su tribu. Los aprendices de Whang-od  han sido todas mujeres, rompiendo las tradiciones patriarcales de la tribu Kalinga en cuanto al tatuaje se refiere.

Emplea una técnica manual llamada “batok” que consiste en penetrar la piel con una espina de calamansi, cítrico común en Filipinas, que se clava en el borde de una rama y en su punta se unta la tinta, realizada con un mejunje de carbón y patata dulce.

El tatuador tradicional Kalinga, hacía adivinación y cantaba mientras tatuaba los diseños empleados que son, principalmente, simbologías de la cultura mambabatok.

Los Kalinga también  utilizan el tatuaje con símbolos estéticos, por ejemplo en las mujeres, utilizados como joyas decorativas, mostrando su belleza y riquezas mediante este tipo de tatuaje denominado “Fatok” .Cuando se tatúa el brazo de mujer, la  familia de esta  está obligada a pagar el trabajo con algo de valor para la comunidad como es un cochinillo o arroz.

Sus 88 años de carrera en el mundo del tatuaje le han valido para ser premiada con el prestigioso Premio “Dangal ng Haraya en Tabuk”, otorgado por La Comisión Nacional de Cultura y las Artes  Filipinos en 2018 y nominada para el Premio Nacional Filipino de Tesoros Vivos en 2017, el cual en la fecha  aún no ha sido resuelta su nominación.

Whang-od es reconocida en todo el mundo por su trayectoria y  legado al tatuaje, recibiendo cada año a miles de amantes del tatuaje de todos los rincones del mundo,  para que con sus arrugadas y dotadas  manos de mujer, plasme en sus pieles “free hand”,  figuras geométricas y simbología “mágica” haciendo así, que su arte y esencia perdure para siempre en quienes la eligen para tatuarse.

 

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