Ya en la calle el nº 1040

La rueda

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Antonio Jesús Martínez García

Una vez alguien me dijo que la vida es como una rueda. Desde el mismo momento en el que nacemos, esa rueda comienza a girar. Y da vueltas y vueltas. Y no para, aunque tenga que sortear más de un bache en el camino. Avanza. Inexorable. Sin descanso. Y aunque a veces disminuya su ritmo, con el sordo bombeo del corazón, la rueda, como la vida, se mueve.

Marcha Rosa de Calasparra se Mueve
Marcha Rosa de Calasparra se Mueve

Hace ahora unos cuantos años un grupo de amigas se reunía, normalmente en horario vespertino, para hacer algo que a todas apasionaba: deporte. Pueden imaginarse las risas de aquellas mujeres, la mayoría de ellas ya madres, a la hora de hacer frente a los temibles burpees, los cansados sit upo los balanceos con la kettlebell. Y, sin embargo, aquellas mujeres que lidiaban día a día con el trabajo, la casa y alguno que otro problema más, encontró un nexo de unión que serviría para cimentar aún más esa estrecha amistad: la solidaridad.

Aquel año, hace ahora ya casi un lustro, esas amigas decidieron comprar unas pulseras solidarias, cuyos beneficios se destinaban a la lucha contra el cáncer y venderlas entre amigos y conocidos. Aquel gesto, sin que ellas lo supieran, supuso el inicio de algo muy grande. Acababa de nacer el colectivo Calasparra Se Mueve.

Desde aquel momento, el deporte pasó a un segundo plano y las actividades benéficas de las amigas comenzaron a tomar una mayor dimensión. El fin estuvo claro desde el principio y se ha mantenido indeleble hasta este momento. Aquellas mujeres se propusieron organizar lo que hiciera falta, cuando hiciera falta y del modo que fuese para recaudar fondos que estarían destinados a colaborar en la investigación contra el mal de nuestro siglo. De esta manera, surgiría la idea de llevar a Calasparra la primera Marcha Rosa, en el día en el que se conmemora la lucha contra el cáncer de Mama. Quien les iba a decir a ellas que aquel día lo vivirían de manera especial, no solo por todo el esfuerzo y la ilusión invertidas, sino porque una de ellas, uno de los pilares de Calasparra Se Mueve, también luchaba contra la enfermedad en aquel mismo momento. La enfermedad no minó las fuerzas de ninguna de aquellas mujeres y aquel día, Calasparra entera se movió, vestida de rosa, mostrando ese apoyo infinito a aquellas personas que luchaban contra el cáncer. De una manera especial se recordó a quienes habían luchado y habían vencido y, como no, a todos aquellos que habían luchado y habían perdido la batalla. Calasparra se estaba moviendo y, con ella, más de tres mil personas, que se dice pronto.

Y la cosa no acabó ahí. Pulseras, gafas de sol, camisetas…, cualquier cosa era válida cuando el objetivo era un fin tan especial. Y los fondos recaudados no paraban de crecer. El colectivo decidió embarcarse en otros retos, otras aventuras. Diseñaron un calendario, que este año cumple su tercera edición. Los fondos, como siempre, a beneficio de otros. El primero, con toreros que quisieron poner su granito de arena con el colectivo; el segundo, con personas que luchaban y supervivientes del cáncer, unos cuantos nada más. El tercero, el de este año, supera la cuarentena. Consiguieron dinero para financiar una silla especial para Paola, mejorando así su calidad de vida. Y del cáncer de mama pasaron a colaborar activamente con AFACMUR, la Asociación de Familiares de Niños con Cáncer de la Región de Murcia, para arrancar sonrisas a los más pequeños. Para estar con ellos, en la manera que fuera. Para ayudarlos. Para luchar. Para hacer que la rueda siga girando. Para moverse.

En la actualidad, aquellas mujeres siguen siendo amigas y, si bien el deporte ha pasado a un segundo plano, Juana, Loli, Marife y las demás, no han dejado de moverse.

Y esperan de nosotros lo mismo. Hay diversas citas con ellas próximamente. Los días 19 y 20 de octubre se presenta en Calasparra la obra Un Inesperado Compañero de Viaje, escrita y dirigida por Juan Montiel. Calasparra Se Mueve organiza el espectáculo y la sorpresa viene cuando se abra el telón. Los beneficios de la primera taquilla serán para el colectivo y su lucha incansable, los de la segunda función, se entregarán al término de la misma a la Asociación Contra el Cáncer de Calasparra. Pocos días después, Calasparra se vuelve a vestir de rosa, con la IV edición de la Marcha Rosa, con todo un pueblo unido, caminando por las calles con un objetivo común.

Pero este viernes próximo, día 5 de octubre, se hará un reconocimiento en la gala con motivo del XX aniversario de esta publicación, bajo el amparo de la fiesta de entrega de los VIII premios El Noroeste, a un colectivo que, desde que inició su andadura, ha hecho honor a su nombre.

Juntos somos capaces de todo, reza una de las publicaciones de su muro en Facebook. Y creo que ese podría ser el grito de guerra de estas mujeres valientes que luchan de manera incansable por una causa común. Calasparra Se Mueve y se seguirá moviendo. Calasparra se mueve para que la llama no se apague. Se mueve por todos nosotros. Por los que luchan, por los que resisten, por los que se han ido. Y, sobre todo, Calasparra se mueve por la vida y para conseguir que ese sueño, que esa rueda, nunca deje de girar.

 

 

 

 

 

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