Ya en la calle el nº 1041

«La forma y la intensidad con la que se recuperaron los Animeros a finales de los años 70 es toda una excepción», Julio Guillén Navarro, autor de “Los Animeros de Caravaca”

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

JAIME PARRA

Los días 25 y 26 de enero se presenta la última publicación de la editorial Gollarín ‘Los animeros de Caravaca. Tradición musical y revitalización en las cuadrillas del sureste español’ del profesor Julio Guillén Navarro.

El viernes 25 está programada la presentación en la Casa de la Cultura a las 20:00 horas, y el sábado 26 de enero, a las 16.30 horas, en el CEIP ‘Virgen de la Candelaria’ de Barranda, dentro del programa de actos de la 41 edición de la Fiesta de las Cuadrillas’.

«La forma y la intensidad con la que se recuperaron los Animeros a finales de los años 70 es toda una excepción», Julio Guillén Navarro, autor de "Los Animeros de Caravaca"“Se trata de un riguroso trabajo musicológico y social, fundamentado en la tesis doctoral del profesor Julio Guillén Navarro, que merece por su relevancia antropológica ser publicado para su conservación entre generaciones presentes y futuras”, tal y como ha avanzado el concejal, Óscar Martínez, cuya concejalía ha colaborado en la edición del libro, quién participará en la presentación, junto al autor del mismo, el editor de ‘Gollarín’, Francisco Marín, y Juan Montiel Vila, en representación de los Animeros.

Entrevistamos a Julio Guillén, autor del estudio sobre los animeros. 

  • ¿Cómo comenzó su interés por la música de tradición oral?

Cuando tenía 15 años entré en un grupo de folklore de Albacete (Abuela Santa Ana) gracias a que mi padre era el presidente y me animó a ello. Poco a poco me fue interesando más y más hasta que un día sobre 1998 conocí las cuadrillas en Nerpio (Albacete).

  • ¿Por qué ha centrado su estudio en los Animeros de Caravaca?

Aunque conocía a los Animeros desde hacía mucho tiempo, no fue nada premeditado. Me cuesta recordar cómo tomé la decisión, pero creo que a ellos les interesó algún trabajo que realicé sobre la cuadrilla de Huebras (Nerpio) justo cuando ellos grababan su Misa de Ánimas y nos pusimos en contacto. Yo por entonces ya había empezado mi doctorado en etnomusicología, pero no tenía muy claro sobre qué aspecto de la música tradicional del sureste quería trabajar.

  • En 2014, presentó en Caravaca “La Hermandad de Ánimas de Caravaca de la Cruz: música, revival y etnicidad en la Sierra del Segura”, ¿en qué se diferencia y en que se asemeja su tesis al libro que publica con Golllarín?

La tesis fue un trabajo académico orientado a la obtención de un título, así que cumplía una serie de requisitos formales. A la hora de pensar en la elaboración de un libro tuve claro que debía ser más compacto y más asequible que un trabajo académico. Por otra parte, en estos años me he ocupado de darle más entidad al trabajo cubriendo algunas lagunas que quedaron en la tesis; también he incorporado nuevos puntos de vista a través del marco teórico que me han ayudado a profundizar en la interpretación de lo que son los Animeros como fenómeno social y musical.

  • Con su tesis, con recientes novelas como la de Jesús López García, “Y también se vivía”, se destaca la importancia que ha tenido para muchos pueblo como lazo de unión la Sierra del Segura. ¿sigue siendo así? En el plano musical, ¿en qué se asemejan los cantos y bailes de esta zona de, por ejemplo, La Copa de Bullas, donde este fin de semana se celebra San Antón?

La sierra del Segura es una entidad con mucho carácter, desde muchos puntos de vista: geográfico, lingüístico, histórico, gastronómico, musical…. Por supuesto que Caravaca tiene puntos de unión con esta zona tan cercana y en mi trabajo le doy importancia a esa visión. Pero Caravaca es una ciudad con mucha personalidad que en general se podría encuadrar en esa “zona de las cinco provincias” a la que aludía Manuel Luna hace ya muchos años y también como enlace entre Castilla, Levante y Andalucía. En cambio, en Bullas ya se nota una música bastante distinta a la de la zona de Moratalla, Caravaca o Cehegín.

  • ¿Qué futuro le encuentra a la música de tradición oral? ¿Se está produciendo o se ha producido ya un relevo generacional?

Ya en 1901 Federico Olmeda alertaba que la jota se moría y cierto es que las culturas tradicionales como se conocían en las primeras décadas del siglo XX ya apenas existen. Por otro lado creo que, aunque la música tradicional ya no sea una práctica tan extendida dentro de la sociedad, siempre tendrá su sitio. Aunque sus modos de transmisión, sus contextos y sus rituales ya no sean los mismos, siempre existirá lo tradicional.

  • ¿Se están conservando suficientes grabaciones de música de tradición oral para que futuros musicólogos puedan continuar sus investigaciones? En este sentido, ¿qué falta en España?

Como ya he comentado anteriormente, lo estudiosos de las tradiciones llevan quejándose más de un siglo de la pérdida inexorable de todo este mundo rural, pero por otro lado, hay bastante material recopilado a través de partituras y grabaciones y muchas veces nos olvidamos de revisar lo que otros han recopilado. A veces nos encontramos gratas sorpresas y podemos aprovechar un trabajo anterior.

En España siguen faltando todavía trabajos de base, tales como la catalogación y el estudio sistemático que no se quede en generalidades. Por otro lado, también hemos llegado bastante tarde a la introducción de los enfoques antropológicos que, sin menospreciar los musicológicos, son bastante importante por el estudio de los contextos, las ideas y los grupos humanos.

  • ¿Qué espera que aporte su trabajo sobre los Animeros de Caravaca?

Creo que lo que puede aportar este trabajo es, principalmente, un punto de vista cualitativo al fenómeno de hermandades de ánimas y cuadrillas en el sureste. Existen algunos estudios generales y sobre todo, muchos estudios breves que no profundizan en el fenómeno en sí desde un enfoque holístico. Con este trabajo trato de explicar este fenómeno de la manera más completa posible y desde un solo colectivo: los Animeros de Caravaca con su historia, funcionamiento, ideas subyacentes, patrimonio musical material e inmaterial…

Especialmente me han interesado dos aspectos que a mi juicio son muy relevantes: por un lado, la importancia del plano musical en cuanto a riqueza organológica, ya que se puede hablar de que los Animeros de Caravaca recogen en algunos aspectos el testigo de toda la práctica de la guitarra popular de los dos o tres siglos anteriores en España. Por otro lado, ya a nivel ideológico, la forma y la intensidad con la que se recuperaron los Animeros a finales de los años 70 es toda una excepción, ya que posiblemente sea el primer lugar del sureste donde se da un fenómeno de revitalización consciente que colaborará en el auge del movimiento cuadrillero a partir de los años 80.

  • ¿Se encuentra inmerso en algún nuevo proyecto?

Este libro que se presenta ahora es el colofón a más de diez años de investigación de la música de los Animeros de Caravaca y en general de toda una zona que abarca el norte de la Región de Murcia y otras cercanas de Albacete, Granada o Jaén. Si bien doy por terminada esta etapa, ya estoy inmerso en otro proyecto más enfocado a lo audiovisual en el que esta zona de Caravaca, Moratalla y Nerpio también estará presente.

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