Ya en la calle el nº 1037

La Caldera de los Santicos

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MANUELA SEVILLA

En todas las familias de Calasparra se ha comido Caldera, bien en las Fiestas Patronales de San Abdón y San Senén o a lo largo de la Feria de Septiembre, que son las fechas en las que se dispone de carne de toro en el pueblo, esta se hace para agasajar a la familia con tan contundente comida, pero desconocemos su historia y su carácter de «caridades» desde el principio de las fiestas.


La advocación de estos santos en Calasparra se remonta a finales del s. XVI y posteriormente se funda su ermita a cargo de Mari Ruiz y su esposo Pedro Fernández de Orozco, el porqué de esta veneración a los santicos no se sabe, pudiera ser que la trajeran los primeros colonos allá por 1412 o que el solo hecho de tener unas reliquias de estos santos desde 1631 (que no sabemos cómo vinieron a Calasparra pero si como se fueron de manos de los franceses) fuera suficiente para su patronazgo, por cierto único en la Región de Murcia, aunque si muy venerados en Alicante, Valencia y Cataluña. También pudiera ser que siendo estos los patronos de la agricultura (Cofradía de los Labradores de Barcelona 1428) como protectores de las cosechas, se importaran a Calasparra eminentemente agrícola. Desde antiguo con el solo hecho de sacarlos a la puerta de la ermita hacían que las tempestades y nubes se partieran en dos y no descargaran su granizo en el pueblo. De todas las teorías la más plausible parece ser la de las reliquias guardadas en unos viriles y con cedulas de autenticidad desde 1631 en la Iglesia de San Pedro denotando su pertenencia a la Orden de San Juan de Jerusalén y recibidas por algún Comendador por sus servicios prestados. Por eso las antiguas imágenes de los santos destruidas en 1936 tenían un hueco redondo en su pecho cerrado con cristal donde se colocarían los citados viriles y tapados con las bandas para preservarlas.
Estas fiestas se han celebrado en varias fechas siendo su onomástica el 30 de Julio, para honrarlos desde que son patronos se han hecho diversos actos siendo los principales la función religiosa, pólvora, toros, chirimías y la comida para todo el pueblo «LA CALDERA DE LOS SANTICOS». Siendo esta forma de hacer comida para todo el pueblo denominada «caridades» (limosna o auxilio que se da a los pobres) que se realiza en otros lugares de España pero con carne de toro en fiestas de Siles (Jaén), Talavera y en Soria.
En 1764 un padre franciscano destinado en Calasparra durante muchos años Fray Sebastián Sáez escribe un precioso libro «Vida portentosa y sagrada Novena de los Santos Martyres y Exclarecidos Reyes San Abdón y Senén Patronos de la Villa de Calasparra» en el nos narra la vida de esos santos pero también como se realizaban estas fiestas y ya se destaca la caldera de la que dice textualmente:»en está Villa se reserva una gran y espaciosa Caldera , circunvalada de ceños por su mayor firmeza , la cual está solo destinada para el dia, …y para fin de disponer comida para tantos, esta proporcionada Caldera siendo capaz en el concavo de su circunferencia, cocerle suficiente menestra para surtir un batallón de Gente. Guisada comúnmente en ella toda la carne de una gran res de Vacuno, que con dos, ó tres cargas de las berzas, que da el tiempo, y a correspondencia, una desmedida porción de otras legumbres, y demás condimentos, que se requieren, para sazonar aquel manjar» Aquí se transcribe la primera receta culinaria de la caldera, que vemos que difiere de la actual en la cantidad de verdura que llevaba dada como donación en especie por los vecinos del pueblo. También recoge que esta caldera se daba una parte de limosna a los necesitados, y otra por reliquia, á los que no necesitan siendo «el caldo gordo para pobres y ricos» dicho que recoge el citado libro y que significa que se repartía la caldera a los necesitados y a los ricos esperando obtener de estos algún beneficio en otro momento.
Los encargados de organizar las fiestas eran los Mayordomos titulo de gran prestigio social y que pertenecían a familias notables y con recursos, salían el «Viernes de Mayordomas» a recoger la limosna para celebrarlas, contratando las reses y disponiendo todo lo relacionado con la caldera, que se hacía en las calles donde vivían ellos, el «Sábado de calderas» también tenían el privilegio de repartir primero la porción de pan y luego la caldera que toma el nombre del recipiente donde se cocinaba al aire libre de gran tamaño y posiblemente decorada con símbolos referidos a los santos cincelados en el cobre.
En este libro ya se recoge el famoso dicho calasparreño «Es más grande que la caldera de los santos» aludiendo a algún objeto de gran tamaño.
Otro autor que también nos describe la caldera es nuestro tan recurrido Pascual Mádoz en su viaje por España 1845: «San Abdón y Senén en el último domingo de agosto: para dar principio a esta fiesta ha de correrse un toro la tarde del día anterior (conocido como «Sábado de Calderas»), el cual guisan en una famosa caldera que al efecto tienen preparada, en la que colocan además de dicha res, gran porción de jamón, garbanzos, berenjenas y calabazas.
Con la construcción de la Plaza de toros de «La Caverina» en 1896 el formato de las fiestas cambia celebrándose las corridas en la plaza y dejándose las diferentes plazas públicas que ha tenido Calasparra (Plaza del Olmo y Corredera) como escenarios taurinos. La Caldera tuvo un renacer después de la guerra, realizándose por notables señoritas de la localidad repartiéndose para pobres en la Corredera y en el Cine Rosales. Aunque también se daba algún plato a personalidades siendo la caldera que llevaba la pata del toro (previamente chamuscada en alguna fragua del pueblo) la más buscada por el caldo gelatinoso que hacía.
En los últimos años se han recuperado tradiciones olvidadas y en desuso dejando la caldera con carácter público relegada, hubo unos años que se cambio por descomunales paellas de nuestro afamado arroz, costumbre que también se ha perdido, y hoy en día ya solo se hace esta ancestral receta en las peñas y casas particulares.
Y por último para que todos podamos festejar estos días con un buen plato de caldera transcribimos la receta de Rosario Pérez Haro (familia de Perico «del vino») de principios del s. XX.
Ingredientes por persona: 100gr de garbanzos en seco y que remojaremos el día anterior, 100gr de molla de toro de los encierros, hueso de toro y hueso de jamón sin tocino, especias pimienta en grano y unos clavillos. Preparación: se echa la carne y los huesos en un olla grande con agua y se pone a calentar, cuando empieza a hervir se espuma y se añaden los garbanzos y las especias, dejándose cocer hasta que los garbanzos estén blandos. Algunas cocineras y cocineros de caldera también le han puesto canela como toque calasparreño.
Que aproveche y ¡Qué vivan lo Santos!

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