Ya en la calle el nº 1040

La Autovía, el gran hito de desarrollo de estos veinte años

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Salvador Gómez (Secretario General Ejecutivo Calzia – Yute de Caravaca Industrias de calzado y afines Región de Murcia)

Acababa yo de terminar la carrera cuando uno de mis compañeros de piso en Murcia me dijo que se lanzaba a la aventura emprendedora de crear, junto a un grupo de amigos, el primer periódico de la historia de nuestra comarca. He vivido, por tanto y de cerca, su nacimiento, niñez, pubertad y esa estable madurez que ha logrado en los últimos tiempos. Sin duda un caso excepcional entre la decreciente prensa de papel. Es la demostración de que lo local vende y la cercanía es un grado.

La Autovía, el gran hito de desarrollo de estos veinte añosMe pide el director, Jaime Parra que escriba sobre la economía de la comarca en estas dos décadas y es lo que voy a intentar hacer de forma amena en las siguientes líneas.

En primer lugar diré que me siento orgulloso de pertenecer a la primera generación de caravaqueños que mayoritariamente y tras acabar los estudios universitarios en Murcia pudo regresar a nuestro pueblo, a hacer familia y a trabajar. En las décadas de los 70, 80 y primeros 90’s lo habitual era montarse en la Alsina con 18 años para solo volver en las fiestas, en la cena de Navidad y algunos días en verano. El declive poblacional era patente y las estadísticas lo confirman. Era aquel Noroeste más campesino, lejano y, algo romántico a los ojos de los murcianos de la capital, que obligaba a sus habitantes a marchar en oleadas a Barcelona, Mallorca o Benidorm.

Estas situaciones son difíciles de revertir, pero esta comarca lo logró, y en el periodo 2000-2010 fue capaz de incrementar su población en casi un 20%, motivado en las nuevas oportunidades laborales que surgían en los distintos municipios que elevaron las cifras de empleo y actividad económica.

¿Qué fue capaz de dar tal vuelco positivo a esta comarca secularmente deprimida y alejada? Sin duda lo que cambió las reglas del juego fue la Autovía del Noroeste. Una inversión que nos ponía en el mapa y nos acercaba a las oportunidades laborales del entorno de Murcia y Alicante sin tener que cambiar de domicilio. Las cifras no mienten, y el Noroeste-Río Mula pasó del estancamiento en torno a los ochenta mil habitantes a acercarse a los cien mil en solo una década. Este dinamismo poblacional ayudó también a atraer inversiones y a que nuestras empresas tuvieran mejores condiciones para competir. También por cierto, a evitar la terrible siniestralidad que tenía la vieja carretera de Murcia.

Esto demuestra que las inversiones bien planificadas y ejecutadas tienen un efecto directo en el crecimiento económico de la misma forma que la ausencia de las mismas lleva al estancamiento y la emigración obligada. Precisamente desde 2014 esta zona vuelve a perder población y reaparecen las sensaciones de antaño. El Noroeste necesita un nuevo impulso y sin embargo, lo que recibe es la pérdida de su última conexión ferroviaria en Calasparra, sin lograr compensación alguna y mientras sigue atascada la gran inversión que consolidaría la posición logística de la comarca. Me estoy refiriendo a la Autovía Lorca – Caravaca – Venta del Olivo – Jumilla cuyos planos y proyectos se hacen viejos sin que parezca que preocupe a casi nadie. Es costosa, como todas, pero su rentabilidad social y económica está fuera de toda duda. De hecho, no faltan quienes defiendan esta vital infraestructura como solución definitiva para desviar el transporte pesado y de larga distancia de la colapsada A7 entre Lorca y Elche, en lugar de los parches planteados en el entorno de Murcia capital.

Esta comarca perdió el tren (con Murcia) y tuvo que esperar 30 años para ganar una autovía. Ahora el progreso nos hace perder otro tren (con Madrid) y ojalá no tengamos que esperar tanto. Infraestructuras y transporte son las más eficientes soluciones al despoblamiento y aquí andamos muy necesitados de ambas. Con buenas redes de comunicación y sistemas de transporte adecuados, las inversiones y los empleos vendrán solos, dada nuestra estratégica ubicación.

Mientras tanto, los sectores económicos viven una profunda transformación derivada de la globalización y la nueva economía digital. Vemos en estos veinte años como Reina nos sigue dando alegrías, la conserva ha sufrido mucho, el calzado languidecía por la competencia asiática y resucitaba con fuerzas renovadas por su apelación a la artesanía y el diseño. El mármol intenta con dificultades recuperar actividad tras la crisis de la construcción y el turismo (¡ay!, el turismo) da la sensación que no llega a cumplir nunca las expectativas planteadas. Tal vez para ello esta comarca tendría que tomarse en serio de una vez dejar de promocionar Galicia cuando vamos a una feria nacional o internacional. No podemos seguir teniendo una marca tan confusa y poco evocadora como “El Noroeste” del sureste. Estamos al noroeste si nos miran desde Cartagena, pero también al oeste desde Murcia, al suroeste desde Valencia o al norte desde Almería. Para eso, mejor “Tierra de nadie”.

Escribir esto en un periódico que se llama “El Noroeste” celebrando su cumpleaños puede parecer atrevido y en realidad lo es, pero este debate lo seguimos posponiendo mientras otras comarcas se van posicionando en el mercado turístico y, con menos atractivos, nos llevan mucha delantera.

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