Ya en la calle el nº 1039

Juventud, participación y sociedad transparente

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

José Molina Molina. Doctor en economía, Sociólogo y Presidente del Consejo de la Transparencia de la Región de Murcia

El desarrollo de nuestras sociedades se produce con interacciones sociales complejas en sus entornos, y una de las características de la sociedad global que vivimos es por un lado su universalización y por otro su individualización. Individuos y masaJuventud, participación y sociedad transparente social, son los dos polos de una sociedad que no encuentra su fórmula de integración. La pregunta que debemos hacernos es ¿Por qué?
¿Será por las desventajas de los entornos sociales que hemos creado en la convivencia de nuestras ciudades en donde la delicada interacción con los entes sociales no tienen una solución adecuada?;
Tendríamos que examinar no sólo la biografía individual de nuestra juventud local, sino también su historia y el presente de su sociedad. Compararlo con los períodos en los que se produce con mayor intensidad la interacción entre las tendencias individuales, las adquisiciones psicosociales, las metas socialmente disponibles, las fortalezas y desventajas del entorno, los fracasos de la búsqueda de su futuro, el desencanto ante sus salidas para un primer empleo. Es la indignación de no conseguir su encaje a pesar de que ha hecho un esfuerzo por acumular un capital humano, y no encontrar una salida. La falta de políticas de movilidad intercomunitaria, y la ausencia de proyectos de desarrollo local en donde todos los factores se impliquen en poner los medios en coordinar un desarrollo compartido.
La globalización ha influido en que los adolescentes se encuentren expuestos a influencias multiculturales que los han envuelto en sus vidas sin comprenderlo adecuadamente. Ello ha roto la homogeneidad de las culturas y, por consiguiente, ha creado una inmovilidad de los roles, principalmente al no permitir procesos de transición racionales hacia lo que entendemos por emancipación y autonomía de la vida adulta. Se han redefinido los patrones de consumo y agudizado las diferencias en el acceso de oportunidades y en las condiciones de vida entre los grupos que disfrutan de ventajas socioeconómicas y aquellos que no tienen los bienes mínimos de subsistencia. Las diversas juventudes, son donde más claramente se empieza a diferenciarse las desigualdades y se desarrollan los diferentes grados de vulnerabilidad y exclusión.
Las políticas de juventud se han modificado, se han reducido y se han devaluado, con la reducción del Estado de Bienestar. Su oferta se ha fragmentado y sus servicios cercenados, en un momento en el que difícilmente los jóvenes vislumbran un horizonte claro. El futuro como meta orientadora se ha tornado incierto para ellos por la velocidad de las reestructuraciones sociales y culturales y la crisis económica de los últimos años que ha agravado el déficit de inserción laboral que acarreaban desde hace décadas.
El paso del modelo de Estado de Bienestar al modelo actual demanda que la construcción de las políticas sea un trabajo conjunto de la sociedad civil y de los gobiernos, con lo cual la participación ciudadana y la puesta en escena de oportunidades revitalizadoras de la juventud es relevante. Las instituciones políticas y la sociedad se encuentran ante el desafío de dar inclusión prioritaria a los derechos humanos en las políticas y legislación para la juventud.
Pensar en la Juventud, es impulsar un compromiso social, con un cambio y una transición a la vida adulta, con el compromiso de impulsar una política integral de proximidad en las redes de trabajo y del capital social del mundo juvenil. Además de políticas con valores de fondo, que desarrollen políticas de empoderamiento, que sean capaces de asumir el conflicto, buscando espacios de confluencia, y por último políticas creativas, orientadas al aprendizaje social como factor clave de la construcción de ese espacio social de la juventud
Nuestra juventud, requiere una reflexión profunda, pide su espacio, pide sus prioridades, quiere que se le informe, rechaza los engaños que la sociedad ha montado, no quiere saber nada de los antiguos sistemas, y la política la ven con otros ojos, la imagen que damos la quieren borrar, no quieren repetir el pasado, pero pueden cometer similares errores, porque las malas semillas no las hemos cortado de raíz, hay que limpiar el sistema, tenemos que esforzarnos, para dejar una sociedad más transparente, más solidaria y con menos desigualdad, y en ese camino será más fácil ir de la mano, porque juventud, madurez y experiencia, son el complemento social que fortalece el desarrollo local.

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