CARLOS MARTÍNEZ SOLER
EE.UU es un país que tiene historias desgarradoras, sobrecogedores, grandiosas, hilarantes, surrealistas…, las cuales la industria de Hollywood se ha procurado en llevar a las pantallas de cine en numerosas ocasiones, raro es el año que no vemos al menos 2 o 3 títulos en las carteleras narrándonos algunos de sus hitos más significativo. Por ejemplo, Clint Eastwood, un director al que admiro profundamente, se ha nutrido de ellas en sus 2 últimas obras: El francotirador y Sully.
La serie que hoy nos ocupa, American Crime Story: The people Vs. O.J. Simpson, aborda precisamente esto, uno de los episodios más trágicos y mediáticos de la historia reciente de los Estados Unidos, ése en que el famoso y prestigioso jugador de fútbol americano acabó con la vida de su exmujer y la pareja de ésta.
Tras el asesinato, todas las pruebas incriminaban a O.J. Sin embargo, lo que parecía ser un camino de rosas para la acusación, terminó derivando en uno de los episodios más delirantes y surrealista de la historia de la abogacía. La influencia social y mediática del acusado, la cuestión racial y el poder de los medios, desvirtuaron un juicio que a la postre acabó con la liberación de O.J.
Pese a conocer su desenlace, esta serie tiene un poder hipnótico grandioso, es de esos relatos que te atrapa, pues a cada paso que da la cosa se retuerce un poco más, haciendo que tus expectativas se vayan al traste minuto a minuto. En ella no solo importa el qué se cuenta, sino cómo se cuenta, y en eso Ryan Murphy, uno de los productores de la serie, anda más que sobrado.
American Crime Story: The people Vs. O.J. Simpson, se mueve como pez en el agua dentro de los cánones propios de los relatos sobre juicios, ésos en los que cada pista supone un golpe en el mentón de tu contrincante. A esto debemos sumarle su acertado casting y su interés por anclarse en la realidad, no en vano se nutre de un buen número de imágenes-vídeos de archivo, así como de continuas recreaciones de los acontecimientos vividos (la secuencia del guante es simplemente magistral), haciendo de ella una obra sobresaliente y necesaria, que por méritos propios ha estado a la cabeza de muchas de las listas de las mejores series del año del curso pasado.