Ya en la calle el nº 1041

Juan pelotero y los Inocentes en Calasparra

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Antaño, en Calasparra, El día de Los Santos Inocentes, 28 de diciembre, era un día de fiesta callejera en la que la broma y el juego se convertían en protagonistas. Las figuras de Juan Pelotero y Los Inocentes se hacían dueñas de la calle y divertían a grandes y a chicos.
Juan Pelotero era un personaje ataviado con ropa vieja y la cara pintada de hollín. Perteneciente a las clases bajas del pueblo ese día podía ganar un dinerillo extra y algún que otro trago si bien su final no era nada agradable. Juan Pelotero llevaba una vara de metro y medio a cuyo extremo se ataba una cuerda de esparto de unos dos metro y medio con una pelota de trapo con la que pegaba por dinero. El juego consistía básicamente en que cualquier calasparreño le daba unas monedas para que pegase a cualquier otro…cuando Juan Pelotero llegaba a cumplir su encargo la víctima debía pagar más dinero para que no le pegase o para que le devolviese el pelotazo al primero.
Así pasaba la mañana de correntillas para un lado y otro del pueblo con su vara y su pelota cobrando por pegar a unos y a otros…A veces también se daban “pelotazicos de broma” a cualquier chiquilla de parte de algún enamorado que la quisiese conquistar.

Antaño, en Calasparra, El día de Los Santos Inocentes, 28 de diciembre, era un día de fiesta callejera en la que la broma y el juego se convertían en protagonistas. Las figuras de Juan Pelotero y Los Inocentes se hacían dueñas de la calle y divertían a grandes y a chicos.
Juan Pelotero era un personaje ataviado con ropa vieja y la cara pintada de hollín. Perteneciente a las clases bajas del pueblo ese día podía ganar un dinerillo extra y algún que otro trago si bien su final no era nada agradable. Juan Pelotero llevaba una vara de metro y medio a cuyo extremo se ataba una cuerda de esparto de unos dos metro y medio con una pelota de trapo con la que pegaba por dinero. El juego consistía básicamente en que cualquier calasparreño le daba unas monedas para que pegase a cualquier otro…cuando Juan Pelotero llegaba a cumplir su encargo la víctima debía pagar más dinero para que no le pegase o para que le devolviese el pelotazo al primero.
Así pasaba la mañana de correntillas para un lado y otro del pueblo con su vara y su pelota cobrando por pegar a unos y a otros…A veces también se daban “pelotazicos de broma” a cualquier chiquilla de parte de algún enamorado que la quisiese conquistar.
Al mismo tiempo, ese día salían los Inocentes. Los Inocentes salían por su cuenta, no tenían nada que ver con el Juan Pelotero. Los Inocentes representaban los poderes del pueblo: El alcalde, el juez y el carcelero. Iban los tres en una comparsa de cambio de roles en los que se solía hacer crítica a lo absurdo del poder. Multaban por beber, pero también por no beber, por robar,. Pero también por no robar…entonces el multado, al igual que sucedía con Juan Pelotero, tenía que pagar para no ser multado y encerrado en la cárcel.
En otros pueblos existen estas figuras de los Inocentes, pero la figura de Juan Pelotero es propia de nuestro pueblo y no se conoce referente alguno en otros lugares.
Aunque el pobre que hacía de Juan Pelotero ese día se llevaba una buena cantidad extra de monedas para casa, su final solía ser triste y humillante para el bromista. La gente del pueblo terminaba por cazarlo ,solían pegarle, mantearlo y finalmente terminaba en la Fuente del Secano, en el pilón más sucio, donde bebían las bestias y las mujeres lavaban ropa y tripas de animales. Y, así, Juan Pelotero, tras ser pintarrajeado de azulete, de yeso o de lo que la gente tuviese más a mano terminaba dándose un baño involuntario que con los rigores del invierno calasparreño, imaginamos no sería nada agradable..…
A veces, incluso, se le llevaba al campo y se le hacía el “agarejo” o “gargarejo”, que consistía en desnudarle y ensuciarle sus partes genitales con saliva y tierra. Era tal la paliza, el remojón y la humillación de Juan Pelotero que tal vez por eso, o por la represión de los años de dictadura contraria a las tradiciones populares, Juan Pelotero y Los Inocentes dejaron de salir el día 28 de diciembre.

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