José Moya (1975) es natural de Calasparra. Militar de formación, desde hace quince años se dedica a la extinción de incendios forestales pilotando diversas aeronaves a lo largo de su carrera. Junto a un equipo formado de copiloto, mecánico y un técnico de base, presta servicio este año en la Base de la Alberquilla de Caravaca con un helicóptero Bell 412 que ha sustituido al afamado Kamov por los motivos que explica en esta entrevista.
¿Es la primera vez que estás en esta base?
No, en los años de 2016 a 2018, estuve aquí con el helicóptero ruso Kamov, pero por motivos de la crisis de Ucrania y con la guerra de Rusia, el suministro de repuestos se ha visto reducido y el Ministerio de Transición Ecológica ha tenido que sustituirlo por uno de capacidad inferior como es el actual porque no hay en el mercado nada que se le pueda parecer.
¿Con que medios contáis?
La campaña 2023 la estamos cubriendo con un Bell 412, tiene una capacidad de lanzamiento de agua de 1200 litros en contra de los 5000 litros que lanzaba el Kamov. También este helicóptero está habilitado para el transporte de hasta once brigadistas en el caso que sea necesario el traslado de personal adicional especialista o combatiente del fuego.
¿Cómo es el día a día de en la base?
Prestamos servicio hasta 12 horas al día de forma presencial. Lo primero que hacemos al llegar a la base es preparar la documentación del vuelo, comprobar que la disponibilidad de horas o los mantenimientos de la aeronave están cumplidos, tienes saber las horas que te quedan hasta el próximo mantenimiento, porque son imperativos, y luego hacer una labor de preparación del vuelo, tras esto, el mecánico, Carlos, hace a diario su inspección, a continuación supervisamos nosotros con una inspección complementaria, se vuele o no se vuele. Y el resto del tienes que ir a comprar, tenemos que bajar corriendo porque cierran las tiendas en verano, cuando salimos a las nueve, pues las tiendas cierran a las nueve y media, o sea que tenemos diez minutos para ir a comprar. Entonces te subes al día siguiente, te preparas tu comida, te lavas la ropa, planchas, etc. Aquí no tenemos ningún lujo, lo único que viene Rosa a echarnos una mano buenísima con la limpieza, el resto de tareas las hacemos nosotros.
En caso de aviso, ¿cuál es el tiempo de respuesta?
15 minutos como máximo desde que se produce el aviso. Una vez que nos dicen dónde tenemos que ir planificamos todo el vuelo, comprobamos que la meteorología en ruta es adecuada, vemos nuestras bases de repostaje, ya que tenemos una autonomía de vuelo máxima de dos horas. Normalmente, en la base tenemos siempre desplegado el helibalde, también llamado Bambi, la cesta donde se llena el agua que es este dispositivo naranja con el que cogemos el agua.
¿Dónde os podéis suministrar de agua?
Nos suministramos de casi cualquier balsa, pantano o piscina privada incluso en la que podamos hacer la recogida de manera segura, es importante decir a los vecinos que estén tranquilos, que si les vaciamos la piscina de agua, luego se les devuelve. Esto es una emergencia y prestar el agua es una obligación, cuando llegamos, apuntamos las coordenadas de dónde hemos tomado el agua y a través de los agentes de Medio Ambientales ese agua se devuelve. Recientemente en Tenerife se ha dado el caso de vecino que apedreaban las aeronaves porque no querían que cogiéramos el agua de sus piscinas.
¿Cuál es la diferencia entre el piloto (comandante) y el copiloto?
Diría que casi solamente la responsabilidad, en el aparato los dos tenemos los mandos y los dos podemos hacer las descargas. Quiero dejar claro que esto no es trabajo del piloto y copiloto solamente, hay un equipo de mecánico y técnico de base imprescindible para que todo el dispositivo funcione de manera optima.
¿Cuál es la preparación que se necesita para llegar a ser piloto?
Hay dos vías, la civil y la militar. En el caso de la civil hay escuelas de vuelo, el curso dura dos años y creo que se puede acceder tras bachillerato, es como un grado superior. Ahí te dan el conocimiento necesario que te marca la ley y la formación en vuelo, la imprescindible, la mínima luego ya le tienes que ir añadiendo especialidades.
La otra vía es la militar, como es mi caso que soy Teniente de Navío de la Armada en excedencia. Esta vía es muy atractiva para las empresas, porque la experiencia de vuelo que has cogido durante tu servicio es lo que echan de menos las empresas, gente con muchas horas de vuelo, los cogen primero.
¿Te parece importante divulgar vuestro trabajo?
Me parece una buena idea que nuestros vecinos tengan unas nociones de cómo funciona el sistema de extinción de incendios a nivel regional y a nivel nacional. Y bueno, al final este es un medio que ponemos entre todos con nuestros impuestos y me parece necesario una labor divulgativa, también como que sirva para poder concienciar poco a poco a la sociedad en materia de incendios forestales, a ver si en un futuro a medio plazo se reducen este tipo de emergencias.
¿A qué nivel de cansancio físico y mental se puede llegar en la cabina en pleno incendio?
Has ido a dar en una cuestión clave. Aquí se produce un cosa que se llama fatiga en vuelo. Porque en coche, si de aquí a Bilbao te entran ganas de tomar un café, paras en Albacete y si no llegas a Bilbao a las ocho, llegas a las nueve. Aquí sucede que pueden haber pueblos ardiendo o una sierra de tu pueblo o granjas de animales que están en peligro. Entonces, la presión que tú te metes adicional a lo que la operación demanda hace que por la noche sueñes con el fuego.
Cuando hay un gran incendio de una semana de duración, tú le tienes que ir sumando esas ocho horas de vuelo máximas, porque la jornada diaria de vuelo son ocho horas al día en periodos de dos pero le tienes que añadir esa presión, luego coordinar que tu tripulación tenga el alojamiento correspondiente, conseguir que en el sitio donde vas tengas hotel, que todo el mundo funcione bien, que los repuestos necesarios para el próximo mantenimiento estén en tiempo y forma en el sitio para que puedas continuar con tu aeronave.
A veces la fatiga te supera y te rompes, somos seres humanos y en ocasiones tienes que decir “basta, llevo ya cinco días a ocho horas en una ola de calor y yo no puedo más, no estoy en condiciones” y te tienen que relevar.
Somos piezas del helicóptero y también nos rompemos. Ni somos héroes ni nada de eso. Somos personas.