Ya en la calle el nº 1037

José Carlos Gozalbes, «Pipa»: educando a niños a través de su pasión, el fútbol

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JUAN CARLOS FLORES

Tu partido comenzó un 26 de Febrero de 1980, y los primeros minutos de ese partido ya fueron prometedores. En tus primeros años ya afloraba tu pasión por el fútbol, los juegos escolares con Cervantes, las pachangas de verano en el Poli, y por supuesto, las escuelas deportivas y la Peña Madridista de Caravaca, donde te fuiste haciendo como futbolista hasta debutar bien joven en tercera división con tu Caravaca CF.

Zurdo, con mucha calidad y buena visión de juego, de los futbolistas que conseguían que tus compañeros pareciésemos mejores, aunque a veces como tú nos decías “no entediésemos tu fútbol”.

A nivel personal, solo los que te conocemos desde siempre podemos entenderlo. Un chico que tiene amigos por todas partes, todos diferentes entre ellos, de distintas edades, pero con un nexo común, tu amistad. Igual un día estabas tocando el bajo con tu grupo heavy, Statuto, que al siguiente estabas jugando al fútbol con Mista, Oyo y Jesús, tus hermanos mayores.

La primera parte de tu partido iba avanzando, y la vida te obligaba a jugar “en bloque bajo”. En la universidad no eras un estudiante brillante, todo hay que decirlo, y tu carrera futbolística rondaba por campos de tercera división; Calasparra, Blanca, Beniel, Moratalla… y un último baile en el club de tus amores, el Caravaca CF en segunda B.

En lo laboral hiciste tus pinitos como DJ en Quatro, pero poco a poco ya te ibas encaminando hacia lo que últimamente tan bien controlabas, el marketing y las redes sociales. Aún recuerdo cuando nos contaste tu idea de futuro, community manager. Nuestras caras debieron ser todo un poema, pero a la larga hay que reconocer que no te ha ido nada mal.

En estos minutos ya empezabas a tomar la iniciativa, comenzabas a tener la posesión y cambiabas a “bloque medio”. Ahora sí que destacabas en tus estudios en CENAFE y en la Real Federación Española de Futbol, eras encargado de marketing y comunicación en Elpozo Murcia, Tenredo iba viento en popa, también con su vertiente educadora, enseñando a niños y adolescentes a hacer un uso responsable de las redes sociales, y Cañonita, bueno Cañonita quizás no ha sido tu mejor negocio, pero ¡qué buenos momentos nos ha hecho pasar!

En tu pasión, el fútbol, cambiaste de tercio; del césped a los despachos. Director de Fútbol del Caravaca CF, donde aún se recuerdan tus llamativas campañas publicitarias. Globos en los coches con el eslogan “llévame al campo”, o la archiconocida equipación caballista que nos hizo aparecer en las noticias de todos los canales nacionales.

En lo personal también mejoraba todo. Esa amiga que te visitaba en Quatro cuando estabas trabajando, pasó a convertirse en tu esposa. María José, Ajete para los amigos, se convirtió en tu inseparable compañera de vida. Con tus amigos todo seguía funcionando como siempre: la maravillosa época de “la guarde”, nuestros años desfilando con los Taifa, los fines de semana en Campoamor, viajes a Valencia y Madrid… miles de momentos inolvidables.

Y llegamos a la segunda del partido, aquí sí que tomaste por completo la iniciativa del juego. Como bien nos decías, “en la vida, como en el fútbol, hay que ir a por todas, en bloque alto”, y así lo hiciste. Descubriste tu pasión por formar a niños en el Campus Mista, la escuela de fútbol de San Miguel y el Real Murcia, donde muy pronto te convertiste en coordinador de sus bases. Tu filosofía, formar en valores, educar a niños a través de su pasión, el fútbol.

Al mismo tiempo también coordinabas la Selección Comarcal del Noroeste, bajo mi punto de vista tu proyecto estrella. Trabajar por amor al arte, dedicando tu tiempo libre, para continuar un maravilloso proyecto que en su día iniciaron Jorge Vera y Julio Cardozo y que se vio interrumpido durante muchos años, demasiados. Los que disfrutamos de aquel proyecto siendo niños, sabemos los momentos inolvidables que pasábamos compartiendo equipo y amistad con nuestros rivales de toda la temporada. Niños de todos los pueblos de la comarca del Noroeste compartiendo equipo, viajes, vivencias y amistad.

Y en tu mejor momento llegó el final del partido, un partido que acaba antes de tiempo. Tu despedida, a la altura de tu persona. Primero en Caravaca, con tu familia, tus amigos y muchísimos niños, cada uno con el chándal de su equipo demostrando la unión y la amistad que tú has sembrado en ellos. Después en la Nueva Condomina, con un estadio homenajeando a un loco del fútbol y con tu camiseta con el número 10.

Nos dejas un vacío enorme, imposible de llenar, pero son muchas las cosas bonitas que a todos nos genera pensar en ti. Como leíamos en la pancarta del estadio, “Pipa, tu legado continúa”. A nosotros ahora nos queda la responsabilidad de dar continuidad a esa locura tan lúcida y de recordarte como lo que siempre has sido, una persona única.

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