El arpista José Antonio Domené actúa este sábado en La Encarnación dentro del ciclo Músicas en la Ermita

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José Antonio Domené es uno de los arpistas españoles más prominentes de su generación. Nacido en Alberca de las Torres (Murcia), se graduó en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, en la cátedra de Mª Rosa Calvo-Manzano y, posteriormente, en el Royal College of Music de Londres, bajo la dirección de Ieuan Jones. Fue ganador de la «RCM Harp Competition» y obtuvo el «Artist Diploma» bajo la dirección de Ieuan Jones y Rachel Masters (London Philharmonic Orchestra).

José Antonio Domené será el encargado de poner punto y final al ciclo Músicas en la Ermita 2023 el sábado 15 de julio en la Ermita de La Encarnación

¿Cómo nace tu interés por el arpa, un instrumento en el que no muchas personas se fijan cuando empiezan a estudiar?

Bueno, en mi caso, creo que fue toda una casualidad. Yo no tenía en mente el arpa cuando comenzaba. Escuchaba en casa que podía elegir el violín, porque teníamos uno, de cuando mi padre lo estudió. Había que aprovecharlo. Pero, con ocho años, cuando fui aceptado para estudiar en el conservatorio de Murcia, asistí a unas jornadas de puertas abiertas. Recuerdo que las clases de acordeón y arpa estaban una al lado de la otra, y pude conocer ambos instrumentos. Cuando escuché el arpa me gustó enseguida y ya no seguí viendo más. Pensándolo con perspectiva, fue una decisión totalmente espontánea, y creo que acertada. Cuando se es niño estas cosas pueden salir mal, pero a mí me salió bien.

¿Qué te aporta tocar en solitario frente a hacerlo acompañado de otros músicos?

Es totalmente diferente. Cuando uno toca música de cámara o en orquesta comparte energías con los demás intérpretes, creando algo en conjunto, con la magia que eso tiene. En un recital en solitario el intérprete está, obviamente, solo con su instrumento, mostrándose tal como es, con sus grandezas y vulnerabilidades. El músico da lo que tiene y lo que es, en un acto de generosidad artística, siempre y cuando haya sinceridad. Si esto es así, el público puede conectar de manera especial con el intérprete. En el caso de este recital, el público podrá apreciar las características sonoras de un instrumento con milenos de historia, cuyo sonido se produce de la pulsación directa de los dedos.

¿Qué van a presenciar este sábado los asistentes al ciclo Músicas en la Ermita? ¿Puedes adelantarnos algo del repertorio?

El recital que he preparado contiene un nutrido repertorio de música francesa, alemana y española, todas originales para arpa, que va desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Habrá obras de Saint-Saëns, Guridi, Hindemith, Montsalvatge y Gombau. Además, interpretaré por primera vez la obra Melos, del murciano Moreno-Buendía, escrita en 1988 sobre el cuarto movimiento de su Suite Concertante para arpa y orquesta, que fue premio nacional de composición en 1958. Es una obra preciosa que me hace especial ilusión poder compartir. Como sé que no es habitual asistir a conciertos de arpa, siempre me gusta compartir los secretos del repertorio y del instrumento entre pieza y pieza, para que el público pueda apreciarlos de manera más consciente.       

¿Cómo crea un arpista en solitario el aura necesaria para conectar con el público?

Uno toca muchos conciertos y cada uno es diferente, porque cambian las condiciones: el repertorio, el lugar, el público, etc. En mi caso, creo que intento ser yo mismo y ofrecer con honestidad lo mejor de mí. Si el público cree en lo que está escuchando, si empatiza o no, es algo que no podemos controlar, más allá de poner todo de nuestra parte para que así sea. Cuando la respuesta entre las partes es positiva es cuando se da esa magia inexplicable.    

Háblanos sobre el escenario del concierto, ¿conoces la Ermita de la Encarnación?

Claro que sí. Es un enclave maravilloso en el que he estado tanto de visita como de espectador en un concierto, hace años ya, en la ermita. El conjunto arqueológico es excepcional, con ese santuario del siglo I a. de C., construido sobre otro ibérico, junto con la cantera romana. Soy un apasionado de la historia y de la arqueología, y desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a las autoridades para que se siga trabajando en este entorno, que tiene muchísimo por ofrecer.      

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