Ya en la calle el nº 1037

Jesús López recuerda los años de El Roblecillo que vivió como líder de la oposición en Caravaca

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

El NOROESTE

«De desarrollarse los conJesús Lópezvenios que pretendían realizar en aquella época Domingo Aranda y Amador López la población potencial del municipio hubiera sido de 80.000 habitantes. Ese fue el cálculo que nosotros hicimos, y nos pareció disparatado», recuerda Jesús López, quien fuera portavoz socialista en el Ayuntamiento de Caravaca en la época en que se aprobó el convenio. «Todo era disparatado, pero movía al entusiasmo de algunos. Nosotros proponíamos ni más ni menos que lo que contemplaban los planes de carácter estratégico: el Plan General o el Plan del Desarrollo del Noroeste, un desarrollo endógeno, de acuerdo con nuestras potencialidades». Era la época en que el portavoz del PP lo definían a él y al PSOE como el partido «del esparto y pastoreo», mientras que el PP era el partido del progreso. De aquellos tiempos fue una de las afirmaciones que más le molestaron: que otros quisieran el desarrollo para Caravaca y no él. O que su oposición al urbanismo del PP fuera mero cálculo electoral. Recuerda el día que Domingo Aranda le habló del plan: «le dijimos que cuando lo tramitara ya lo estudiaríamos. Pero ya desde el principio me pareció disparatado en su dimensión. No era lo que queríamos para Caravaca. Incluso antes de tramitarse, ya enviamos una nota de prensa a los medios advirtiendo la transformación descomunal del territorio». Antes de hablar del ya famoso pleno en que se aprobó el Roblecillo, se detiene en la Comisión de Urbanismo del 10 de noviembre de 2004: «Es una de las claves de todo lo que viene después: convocan el pleno para un día y el día de antes la Comisión de Urbanismo, forzando hasta última hora los informes, los famosos informes que al final fueron contrarios al convenio. Y ahí en esa Comisión de Urbanismo empieza todo». Lo que viene después, explica, es «una carrera a ninguna parte; en el pleno se llega al paroxismo de las contradicciones: en un punto del orden del día, se aprueba la desclasificación del Roblecillo y en otro punto del orden se aprueba la aprobación provisional del plan con el Roblecillo protegido. Una cosa y su contraria. Fue así. En un mismo pleno una cosa y su contraria». Todavía se muestra incrédulo con lo sucedido: «en casi todos los plenos, a mis razonamientos de índole técnica, de defensa del patrimonio, de índole política, sólo me respondían con descalificaciones. Me negaban incluso el derecho a expresarme. Pero en ese pleno, no voy a hablar de cosas concretas, pero sí me sentí presionado e incluso hasta niveles chantajistas. Puedo poner un ejemplo concreto: llevaron de manera torticera a gente que no tenía ningún criterio sobre lo que se estaba aprobando, solamente iban a abuchearme a mí y a aplaudir al portavoz del Partido Popular. Los futbolistas del Caravaca, que al parecer lo había comprado uno de los promotores. Fueron momentos amargos, porque pretenden dar la sensación de que el pueblo va contra ti». Asegura que si hubiesen escuchado al PSOE, gran parte del Ayuntamiento no estaría ahora imputado: «Nuestro ocho escritos de alegaciones, no solamente al Ayuntamiento, sino a Confederación ya Consejería sustancialmente coinciden con lo que dice el auto: cuando un organismo protege algo no puede ese organismo desprotegerlo sin otra razón que el dinero. Me harté de decirlo por activa y por pasiva: ese pago de dinero no puede descompensar la protección de un espacio de valores medioambientales, paisajísticos…, la razón que fuera la que llevó a protegerlo. Luego viene que fueron forzando todas las teclas que quisieron tocar para aprobar como fuese todos los trámites urbanísticos». Incluso desde su propio partido temían que su oposición les restara votos: «Ahora he sentido el aprecio de la gente, pero también es verdad que la memoria es frágil. Y lo mismo que ahora hay una oleada de opinión pública contraria a la corrupción, a estos excesos, en aquellos tiempos la opinión pública iba en otro sentido totalmente diferente. No guardo rencor a nadie a pesar de todo, porque a mí me lo hicieron pasar mal: no era un juego, yo quería lo mejor para mi pueblo y creo que ahora sabemos que lo que el PP pretendía no fue lo mejor ni trajo el progreso».

¡Suscríbete!

Recibe cada viernes las noticias más destacadas de la semana

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.