Ya en la calle el nº 1037

Jesús Jiménez, presidente de Hostemur: «Los grandes perjudicados de esta situación son los trabajadores»

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MICAELA FERNÁNDEZ

La consejería de Sanidad anunciaba el pasado miércoles el cierre del sector de la hostelería como medida fundamental para reducir la curva de incidencia de contagios por Covid-19 en la Región de Murcia. Desde ese día se iniciaba una carrera de fondo entre el Gobierno regional, la patronal y las asociaciones de hostelería para alcanzar acuerdos que paliaran la situación del sector hostelero durante el periodo de crisis. Con bares, restaurantes y cafeterías cerrados durante 14 días, los empresarios siguen reclamando que el cierre de este sector causará enormes pérdidas al tiempo que ven cómo sus negocios sufrirán aún más las consecuencias de esta pandemia.

Jesús Jiménez preside la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo, Hostemur, uno de los colectivos que participaron en el Plan de Rescate propuesto por el Gobierno.

Un momento delicado para la hostelería regional…

Delicado es un eufemismo de la situación. La hostelería regional atraviesa el peor momento de la historia reciente, una situación inimaginable que trastocará al sector y marcará un antes y un después de la hostelería como la conocemos hasta ahora.

¿Qué supondrá este segundo cierre para el sector?

Este segundo cierre significará el fin para muchas empresas hosteleras, los establecimientos lo afrontan sin el pulmón que tenían en marzo.

Lamentablemente nuestra región ha sido las más restrictiva en todo el país con la hostelería en la desescalada y eso ha impedido que los hosteleros pudieran coger aire para afrontar esta segunda ola. No ha pasado lo mismo con nuestras provincias colindantes, sus gobierno regionales les permitieron trabajar con más flexibilidad y ahora pueden encarar el invierno de otra manera. Irónicamente ellos registran mejores datos que nosotros respecto a la pandemia, es un claro ejemplo de que estabilidad sanitaria y estabilidad económica pueden ir de la mano.

Los datos contabilizan 8.000 establecimientos dedicados a la hostelería y 39.000 empleos directos, ¿será posible llegar a todos ellos?

Estos datos reflejan la realidad a 31 de diciembre de 2019. Lamentablemente no tenemos datos actualizados tras el desastre de este año, pero sabemos que muchas empresas no han llegado y que muchas no podrán volver a abrir la persiana tras este nuevo cierre. Pero ciertamente los grandes perjudicados de esa situación son los trabajadores. Va a ser imposible mantener esos puestos de trabajo, esperemos que la administración tenga un Plan ‘b’ mejor diseñado para ellos que el que ha tenido con los empresarios.

Respecto al importante número de familias que viven de la hostelería, ¿cómo afectará a los trabajadores de la hostelería este cierre?, ¿se ha pensado en ellos?

Es un tema que está permanentemente en nuestro pensamiento. No hay reunión que no se hable de ello. Realmente, al ser un sector tan atomizado compuesto por tantas pequeñas empresas, hace que la sociedad y la administración no entiendan la magnitud que abarcamos. Son miles de familias que viven de la hostelería directa o indirectamente, no solo los trabajadores directos, también hablamos de proveedores, repartidores, fabricantes y todos sus empleados. La situación es verdaderamente alarmante.

¿Esperan la pérdida de empleos derivados de este sector?

Obviamente, con la destrucción empresarial viene aparejada la destrucción de empleo. Con las limitaciones existentes hasta ahora es imposible mantener el número de trabajadores, ni siquiera es posible mantener la viabilidad de los negocios. Se avecinan meses muy negros y muy duros para la Región.

El sábado se firmaba un acuerdo desde la patronal y el Gobierno regional con medidas para los hosteleros, ¿qué puede decir de este plan de reactivación?, ¿es el que necesita el sector en este momento?

Ningún plan de ayudas es suficiente para mantener un sector cerrado. La única ayuda posible para nuestra supervivencia es que nos permitan trabajar, con todas las medidas y protocolos necesarios para garantizar las medidas de seguridad pertinentes, pero es fundamental que nos permitan reactivar la actividad.

Este plan es solo una gota de oxígeno para estas 2-3 semanas de cierre, nadie se salva con una ayuda de 3.000 o 10.000 euros. Lo único que va a permitir a muchos es sobrevivir unos días hasta la reapertura. Lo que sí es cierto es que hemos sido pioneros. Se ha firmado la mayor ayuda a fondo perdido a un sector productivo en la Región de Murcia y la de mayor volumen de todas las comunidades autónomas que a día de hoy están cerradas.

Hemos hecho una apuesta por ayudar al mayor número de empresas, las de 0 a 5 trabajadores, que al final es el grueso de todo el sector, ya que son el 85 por ciento de todo el sector de la hostelería.

¿Cuándo empezará a ponerse en marcha para que la hostelería pueda acogerse a estas ayudas?

Ahí también hemos centrado nuestros esfuerzos. La administración es muy lenta y sus plazos no tienen nada que ver con la empresa privada, pero hemos conseguido simplificar los pasos y deben estar operativas a principios de diciembre. Por desgracia los plazos administrativos de subvenciones no nos han permitido acelerar aún más la puesta en marcha.

¿Cree que llegarán a tiempo?

Sinceramente, creo que ya llegan tarde. por desgracia perdemos empresas y empleo en el camino.

Este segundo cierre está planteado para 14 días, ¿se prolongará?

Ojalá me equivoque, pero mucho me temo que se alargará más de esos 14 días. Pero ni el sector ni la sociedad murciana se pueden permitir un cierre superior a 21 días. El sector hostelero va a hacer nuevamente el esfuerzo que nos piden las autoridades sanitarias, pero el 30 de noviembre tenemos que empezar a recuperar parcialmente la actividad, sí o sí.

¿Cómo prevé la campaña de Navidad?

Es imposible hacer previsiones este año, pero simplemente con que sean un reflejo de los vivido hasta ahora se presentan poco halagüeñas.

El sector hostelero ha trabajado intensamente estos últimos meses para adaptarse a todas las medidas impuestas, ¿se merece ser ahora el único que sufre las consecuencias?

Rotundamente no, pero nosotros no queremos criminalizar al resto de sectores. No queremos hacer con ellos lo que se ha hecho con el sector de la hostelería. Creemos que c on un buen protocolo de actuación todos los sectores pueden subsistir y sobrevivir a esta situación. Las restricciones sin plan de contingencia no llevan a ningún sitio.

Como empresario del sector, ¿cree que se podrían haber buscado otras alternativas antes de decretar el cierre?

Por supuesto. De hecho llevamos meses presentando a la consejería de Sanidad propuestas alternativas y en ningún momento han formado parte de su estrategia. Han apostado por la limitación, pero llevamos más de siete meses de confinamientos, restricciones, limitaciones de aforos y de actividad, y de cierres. Poco más puede aguantar un empresario, pero, es más, poco más puede aguantar la ciudadanía.

¿Podrá mantener al sector la opción ‘para llevar’?

En este momento las únicas opciones de negocio son las de servicio a domicilio y para llevar. Firmemente creo que se van a quedar instauradas como nueva vía de negocio para muchos establecimientos. Es un segmento que no se había trabajado mucho, que se está iniciando en nuestra Región, pero que se ha disparado en el resto de Europa. Durante la pandemia en el resto de países este segmento ha crecido por encima del cien por cien y en España apenas crece al diez por ciento. La sociedad está cambiando y nos queda mucho recorrido, especialmente en los pequeños municipios.

Y de forma indirecta, ¿han previsto cómo se verán afectados otros sectores indirectos de la hostelería?

La transversalidad de nuestro sector hace que colateralmente nuestro cierre afecte a un gran tejido empresarial no hostelero. Hablo de distribuidores, cárnicas, bodegas, empresas de limpieza, lavanderías, cerveceras, asesoría, telefonías, verdulerías, pescaderías, panaderías… Y más allá empresas vinculadas al mundo de eventos: fotógrafos, tiendas de novio y novia, zapaterías, peluquerías, maquilladores… Es tanto lo que abarcamos que las restricciones, por mínimas que sean, afectan a la economía regional con una magnitud impresionante.

Tras el cierre, la confianza del cliente vuelve a resentirse, ¿cómo se puede incentivar el consumo para estos clientes posteriormente?

Los clientes que han visitado nuestros establecimientos estos meses han visto cómo hemos ido implementando y manteniendo medidas higiénico-sanitarias fundamentales para el desarrollo de un servicio seguro. De hecho, según datos del Ministerio, los casos procedentes de nuestro sector no superan el 3,2 por ciento, qué mejor indicativo para la confianza de un cliente.

En cualquier caso, no es un momento fácil…

Efectivamente, no es un momento fácil. Creo que es el momento más complicado desde la Guerra Civil, pero si algo bueno tiene este sector son sus empresarios y sus trabajadores. Somos luchadores natos, que aún con todas estas adversidades, seguimos trabajando para mantener nuestros negocios. No olvidemos que somos el sector de la eterna sonrisa, el que te acompaña en los mejores momentos de tu vida, y el que está ahí para consolarte en los malos. Somos el testigo silencioso de los grandes momentos de la historia. Así que tengo claro que de esta saldremos.

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