Ya en la calle el nº 1037

Jean Seberg, la cazadora solitaria

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GLORIA LÓPEZ CORBALÁN
La película Al final de la escapada (1959) los europeos descubrimos a una americana rubia, con el pelo cortado a lo garçonne, los ojos azules y grises, que paseaba por los alrededores de París con un entonces jovencísimo Jean Paul Belmondo.  SLa actriz Jean Seberge llamaba Jean Seberg y había sido elegida entre 18.000 candidatas para protagonizar la película Juana de Arco, dirigida por Otto Preminger. Tiene 20 años y ya se ha convirtió en el icono de la nouvelle vague francesa.
Jean nació el 13 de noviembre de 1938 en Marshalltown (Iowa), hija de emigrantes suecos era la típica chica mona: rubia, ojos claros, sensible y con una personalidad indecisa. Quizás demasiado débil para lo que se le venía encima. 
“Yo comencé mi carrera donde la mayoría de las actrices la termina”. Y es que Jean se hizo rica y famosa con la primera película. Al poco se caso con un diplomático de origen lituano 24 años mayor que ella, Romain Gary. Demasiado pronto para ella, demasiado rápida para él. El matrimonio vivió 10 años de altibajos y vidas paralelas que no acabarían bien. Le daría un hijo, Alexander Diego. Vuelve a EEUU en 1969 para protagonizar el western musical La leyenda de la ciudad sin nombre junto a Clint Eastwood, durante el rodaje tuvieron un romance que hizo que su marido Romain Gary le pidiera el divorcio. Principalmente porque cuando volvió del rodaje colocó una foto de Clint en la mesita del dormitorio principal.  
Hacia 1970 Jean comienza a apoyar a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, a los grupos de Nativos Americanos y a los Panteras Negras, convirtiéndose en voz pública de éstos últimos.  Su activismo político llamó la atención del director del FBI, J Edgard Hoover, que la considera una amenaza a los intereses norteamericanos y ordena que la actriz sea «neutralizada» por el Programa de Contrainteligencia. Hoover se enteró de que Seberg estaba embarazada y aprovechó la ocasión para desacrediarla: creó el rumor de que el hijo que esperaba era de Raymond Hewitt, líder de los Panteras Negras. 
Y como dice el refrán, entre todos la mataron y ella sola se murió. Jean no pudo soportar el escándalo mediático al que fue sometida e intentó suicidarse con una sobredosis de barbitúricos, lo que le provocó un parto prematuro el 23 de Agosto de 1970. El bebe, que iba a llamarse Nina, murió a los tres días. En el funeral, la niña fue mostrada en un ataúd de cristal para que pudieran comprobar que no era negra.
Intenta dejar todo atrás, menos la pena y se muda de nuevo a París. Un año después se casa de nuevo con otro director: Dennis Charles Berry. En 1974 viaja a España para trabajar con Barden en La corrupción de Chris Miller. Durante el rodaje, conoce a Ricardo Franco y comienzan una relación que el director no llegaría a superar nunca. 
Para entonces ya estaba bastante desquiciada, lo mismo salía toda desnuda del baño de un aeropuerto que solo se alimentaba de comida para perros, con un carácter insondable y aniquilador, dulce a veces, díscola y rebelde. Libre pero atada a cadenas invisibles que la arrastraban y que la hacían irresistible. En 1978 se divorcia de Berry y comienza una nueva relación con Ahmed Hasni. Pero este la maltrata y comienza una nueva huida. Vuelve a Paris sola.
 A fines de Agosto de 1979 desaparece y es encontrada muerta 11 días después en el asiento trasero de su Renault, envuelta en un poncho, el cuerpo lleno de quemaduras de cigarrillos y una nota en que le decía a su hijo: 
«Perdóname, yo no puedo vivir más así”.

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