Jaime Parra: Mientras un jueves o un viernes cualquiera…

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp
Jaime Parra: Mientras un jueves o un viernes cualquiera…
.

Jaime Parra Navarro, director de El Noroeste

Acababa de aterrizar en la Redacción cuando me enviaron a realizar mi primera entrevista.

Aunque había aprendido alguna noción del oficio durante un par de meses en la desaparecida SER Noroeste, llevaba años lejos de Caravaca de la Cruz. Del resto de la comarca que da nombre al semanario sabía del Santuario de la Esperanza, del camping de La Puerta y de La Rafa de cuando nos llevaban en viajes escolares. Ah, y de los cochecitos de Cehegín en sus fiestas patronales.

Se trataba de entrevistar a Paco Liceo, librero caravaqueño entonces ya retirado, una entrevistilla que acompañaba a un artículo de José Antonio Melgares, formato que repetimos un tiempo hasta que se hizo innecesaria la entrevista y publicábamos solo sus artículos que se han recogido en “ “.

No la llevaba preparada: lo de aterrizar y correr a casa de Paco Liceo fue tal cual. Escuché y apunté y descubrí nombres, oficios y anécdotas que desconocía. Y aprendí a no temer al silencio, a que no me molestara su posible incomodidad, a escuchar con paciencia más que a preguntar (un consejo, no lo prueben con un niño de 6 años), a que el periodista no debe confundir su oficio con el de una estrella de rock (también pronto me enseñaron a desechar anglicismos como rock star, aunque confieso que otros como el italiano graffiti me sonaban mejor que grafito) y que si alguien es la estrella es el entrevistado, en este caso el librero. Se me olvidó agradecerle que de niño me hubiese recomendado “El conde de Montecristo”, mi novela favorita, y por pudor no se lo dije y por pudor no apareció en la entradilla.

Entonces el semanario no era tal sino un quincenal que a los periodistas de la redacción, todos jóvenes, nos sabía a poco. No existía edición digital y tratábamos de combinar entrevistas con reportajes porque las noticias al poco quedaban desfasadas. Aunque es verdad que el tiempo pasaba más lento, ya que los gabinetes de comunicación apenas echaban a andar, nosotros -y el director y los editores, suya era la decisión- quisimos dar un paso más. Y luego otro paso, al convertir un periódico en blanco y negro (a excepción de las dos primeras y las dos últimas páginas) en otro totalmente en color. Puedo decir con orgullo que, gracias a nuestros impresores, Entorno Gráfico, no hay otro periódico en la región cuyas imágenes luzcan con la calidad y claridad de las de El Noroeste.

No recuerdo, o no quiero recordar, cuando me designaron director. Quizá porque han pasado tantos años que me produce vértigo, como me produce desazón solo el pensar en tanto periodista y tan bueno que ha trabajado conmigo estos años y que huyó de la profesión en la que destacaba para refugiarse en otra más estable. Porque hubo años difíciles y sobrevivimos a la crisis del ladrillo porque, a diferencia de otros medios que surgían al calor del político, del empresario que buscaba influir en el político, El Noroeste solo se ha debido a sus lectores y le ha proporcionado a sus anunciantes un espacio de calidad donde publicitarse sin tener que avergonzarse por la noticia que acompañaba su anuncio.

Gracias a los lectores, gracias a los anunciantes, no solo se superó la crisis, sino que el periódico se reforzó aumentando la plantilla con vendedores de Apcom cuyo chaleco rojo con las letras “El Noroeste” pasó a convertirse en parte reconocible del paisaje de nuestra comarca. Y después de la comarca del Río Mula, donde el periódico llegó hace unos años y con él los chalecos rojos de nuestro equipo de ventas, en este caso pertenecientes a Intedis.

Podría seguir y hablarles de la programación cultural que este periódico, por decisión de su editor, Francisco Marín, organiza cada año, y cada año superándose en ambición. O de nuestra editorial hermana, Gollarín, pero de ella escribe en estas páginas con mayor propiedad el escritor Luis Leante.

Para finalizar, una pequeña consideración, aunque en este medio siempre hemos preferido informar a opinar:

Mientras un jueves o un viernes cualquiera en un comercio entre con su carrito uno de los vendedores del semanario, los ciudadanos del Noroeste y Río Mula pueden estar tranquilos: un periodista cercano, que ha vivido o ha conocido lo que él, estará allí para contar sus historias.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.