Entrevistamos a Francisco Javier Gallego, presidente del Bando de los Caballos del Vino
¿Cuáles son los objetivos que se marca el Bando de los Caballos del Vino para el 2023?
Mantener los cambios y afianzarlos más, porque son unos cambios muy complejos que se irán afianzando a lo largo del tiempo. Y como objetivo que todo salga bien. Siempre se quiere que todo salga perfecto aunque sabemos que es muy complicado porque son factores externos, pero confiamos.
El año pasado iba a ser tu útimo año
(Risas) Si, me lo han preguntado varias veces y se suponía que era mi último año. Tenía que haber dimitido, porque en realidad con todo este lío de la pandemia, a mi me correspondía 2019 y 2020 pero 2020 no hay, pido un año de excepcionalidad pensando que en el 21 iba a haber fiesta y tampoco la hay. Me presento de nuevo, pero ya te presentas para dos años, 2022/2023. La idea era haber terminado en el 22 con mis cargos que venían saliendo desde el 2019. Al final la junta directiva, que ha sido fiel siempre, casi en su totalidad me pide echar un año más para afianzar los cambios. No era mi intención pero seguimos trabajando, sigo trabajando por lo que amo que son los Caballos del Vino porque es una forma de vivir para mí igual que para muchos caravaqueños, estoy eternamente agradecido porque los Caballos del Vino me levantaron de una silla de ruedas.
¿Puedes explicar esto último?
Tuve una enfermedad a raíz de un tumor en la cabeza, acabé en una silla de ruedas y mi único propósito era volver a correr los Caballos del Vino y con ese propósito me fui recuperando. Esto me hizo mejorar físicamente, volver a ganar la movilidad suficiente y esforzarme, y a los cuatro años lo conseguí. Mi propósito era volver a sentirme caballista, agarrar un ramal para mí es vida, y así quiero continuar haciéndolo.
¿Queda resuelta la polémica de los horarios? ¿Era un melón que había que abrir?
Sí, había que abrirlo, estés más o menos de acuerdo con lo que se propuso, porque tenía sus pros y sus contras. Pero no solo Caballos del Vino, también moros, cristianos, cofradía, ayuntamiento, gigantes, todos, porque salimos todos a la calle el día 2 de mayo. Somos muchísima gente. Sólo caballistas estamos censados 8000 personas. A esto se le suma la gente que viene de fuera. Hay que mover todo eso. Es un día también de fiesta. Estamos todos el año esperando y la verdad es que fastidia meterle prisa a los caballistas y se les mete prisa, y se les sanciona en algunos momentos por si hacen mucho atranque. Entonces, nos tenemos que implicar todos. Siempre miramos para los caballos, pero ya te digo que podemos ser de los más implicados el día 2 de mayo, porque desde el Bando sancionamos incluso por retrasos cuando otros no lo hacen. Tenemos que implicarnos todos si queremos que las fiestas sean más visuales, que no sea un día dos aburrido y que al final es un día grande no solo para los caballos, sino para las fiestas de la Santísima Cruz y para Caravaca.
¿Como ha sido la experiencia del segundo año tras la declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de los Caballos del Vino?
Desde que se obtuvo la declaración, el itinerario que hemos hecho para darle difusión al festejo nos ha llevado por hasta nueve ciudades diferentes exponiendo los maniquíes que se han ido donando por algunas empresas. Ha sido un trabajo que nos vino de frente y había que cogerlo, porque inmediatamente después de la Declaración, entrando ya en 2021, incluso en pandemia, ya se elaboraron varias exposiciones, como la primera, que fue la cartuja en Jerez de la Frontera.
¿Qué ha llevado a elegir a Pedro Salcedo como caballista del año?
Hay personas que han querido su festejo, que lo han dado todo trabajando por ello. Y Pedro es una persona que desde muy joven ya le inculcaron ese sentimiento y ese saber estar. Fundó, con esa peculiaridad que tiene la Peña Espartaco y que tienen cada uno de sus componentes, de ese amor a lo antaño, y así lo magnifica siempre Pedro, colaborador incansable del Bando, incluso un año fue la voz de la cuesta. Cuanto más lo conozco, más caballista lo veo, con más calado, y una persona que lo lleva dentro. Él es de las personas que ni para una foto de la revista de las fiestas le gusta ponerse el pañuelo, él solo quiere ponerse el pañuelo el 2 de mayo. Y solo quiere ponerse la camisa el 2 de mayo. Es una persona que le gusta todo muy bien estructurado, como antiguamente, y aunque los tiempos cambian y como el dice, la globalización trae perjuicio a veces, pero siempre hay que agarrar el festejo para que no se devalúe.
¿Cómo están viviendo Rosalía y Adriana, las nuevas amazonas, el cargo?
Están encantadas y disfrutando al máximo. Siempre decimos que hay que dejar de recordar que no son de Caravaca, al fin y al cabo, sus padres han sido de la peña Campeón de toda la vida, Rosalía nació siendo caballista igual que nosotros, ha vivido las fiestas desde que tiene uso de razón, al igual que Adriana. Aunque no hayan nacido en Caravaca, creo que aman el festejo como cualquier otro caravaqueño, incluso puede que más, piensa que su semana de vacaciones, la emplean, no para irte de viaje, como pueden hacer algunos de aquí, sino para venirte a Caravaca a celebrar su fiestas, yo creo que no hay más símbolo de amor que a un festejo. También hay que destacar la relación tía-sobrina que aporta una complicidad entre ellas y una tranquilidad que con una mirada se nota que existe.
Un deseo para este año.
Que todo salga bien. Al final, cuando escuchas a la gente que ostenta algún cargo, les escuchas decir siempre lo mismo, «que todo salga bien, que no haya accidentes», pero es que es la realidad, que al final un accidente por pequeño que sea, te fastidia, son personas y son animales y no quieres que pase nada. Lo que a mí me gustaría a mí es que todos los cambios salieran perfectos, que no hubiera retrasos, que la gente disfrutara, que no se soltara ni un caballista en la carrera de los caballos del Vino, porque es un momento delicado, cuando un caballista abre la mano, siempre sea por un accidente, por tropezar con alguien o porque le falten las piernas. En definitiva, cuanto más desapercibido pase el Bando, la Junta, el presidente, es lo mejor. Porque querrá decir que todo eso ha ido genial. A ver si no me vieras en muchos sitios más que dando a los premios y que nadie silbara. (risas)