Ya en la calle el nº 1037

Fiestas de la Vera Cruz, un legado a transmitir

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José Francisco García, portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Caravaca
Las Fiestas de la Vera Cruz de Caravaca son una escuela de vida. Memoria de nuestra memoria. Todas las vivencias y emociones que una persona puede sentir se resumen en lo que vivimos en Caravaca durante los primeros cinco días del mes de mayo. El amor, la amistad, el compañerismo, la alegría, la tristeza, la sorpresa, el ansia y le decepción. Todo cabe en unos breves pero intensos días que nos retrotraen a nuestra niñez. Cada año nos dejamos seducir y sorprender por una concatenación de rituales y momentos personales que, siendo exactamente iguales e invariables, son siempre distintos, porque distintas son las circunstancias en los que se desarrollan y celebran.


Las Fiestas de la Vera Cruz, con su tupida red de ritos y celebraciones, con su complejo programa festivo, están fuertemente ancladas en el pueblo porque de él nacen. El caravaqueño las siente como algo propio. Como el mayor tesoro colectivo a preservar. Como una copa de cristal frágil (aun siendo tan antiguas y sólidas) que hay que cuidar para que no se rompa. Por eso, son el principal elemento de cohesión y vertebración social. Esto se traduce en la conquista de la calle por miles de personas en una convivencia pacífica, reviviendo y actualizando lo que antes hicieron sus padres, y los padres de sus padres, y así hasta muchas generaciones atrás.
Siempre se ha destacado la potente identidad que tiene Caravaca. Gran parte de esa identidad proviene de estas varias veces centenarias fiestas primaverales, y esto es así porque ellas surgen de la Vera Cruz, que es a su vez el principal símbolo de la identidad local desde hace ocho siglos. Enseñar y transmitir a las nuevas generaciones este legado es una responsabilidad de todos. Pero debemos enseñar este legado en su pureza, sin banalizarlo. Nunca han sido chabacanas nuestras fiestas del mes de mayo. Siempre han sido popularmente serias, popularmente elegantes, aunando a personas de cualquier condición e ideología. Son tan ricas y tienen tantas facetas (desde lo religioso a lo histórico, desde lo artístico a lo musical pasando por otras muchas manifestaciones) que es un deber que las enseñemos a nuestros jóvenes.

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