Ya en la calle el nº 1040

Fallece Pedro Osinaga, el actor que, antes, fue músico

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA

No queremos ni pretendemos perder nuestra relación con la música y que nuestros obituarios y demás colaboraciones sigan estando enfocados, como ya tenemos más que desvelado, al mundo musical especialmente, así como a algunos “grandes” del periodismo por nuestra gran afición y respeto a esa profesión. ¿Por qué decimos esto?. Sencillamente, porque el de hoy, aparentemente, podría parecer un obituario alejado de esa línea de actuación, pero, precisamente, comenzamos aclarando que no, ni mucho menos, porque nuestro personaje de hoy, Pedro Osinaga Escribano (15-12-1936, Pamplona/29-12-2017, Madrid), conocido artísticamente como Pedro Osinaga, está considerado, erróneamente, como un actor español que ha triunfado en grandes obras y ha actuado en los mejores teatros de España. Es verdad, desde luego que sí, pero todo eso fue después de probar suerte en la música, disciplina en la que se convirtió en un auténtico especialista, aunque la suerte no le sonrió con la intensidad y generosidad que le brindó el mundo de las tablas.

Y es que Osinaga, cuando comenzó a ubicarse en el mundo artístico, estudió música en su ciudad natal, a cuyos sanfermines solía no faltar nunca. Y, tras conseguir una beca, se trasladó a Madrid para especializarse en canto. Fue la zarzuela su primera tarea remunerada, actividad en la que ejerció como notable barítono. Pero tuvo que ser la música la que le llevara a las tablas del teatro por la puerta de la comedia musical, primero, y la revista, posteriormente. No obstante, sus estudios musicales, su dominio de la voz y los éxitos cosechados en el teatro se deben, esencialmente, al haber sido descubierto a través del pentagrama y el dominio que exhibió del mismo.

La música en el corazón.- Y no quedó la cosa en la revista musical o la comedia, sino que se convirtió en un grande de la escena teatral que también dio el salto al cine. Su afición musical no la ha negado nunca y era amante de escuchar buena música y cantar cada vez que tenía oportunidad de hacerlo, aunque fuera en reuniones de buenos amigos o celebraciones familiares, porque la vena de la partitura la ha llevado dentro permanentemente.

En su actividad por la que ha sido más reconocido, se ha codeado con actores españoles de primer nivel, como Tony Leblanc, con quien protagonizó la todavía revista “Ven y ven… al Eslava”. Ya con la comedia dramática, “se destapó” con “Sé infiel y no mires con quién”, pieza del británico dramaturgo Ray Cooney, un título que le permitió mantener la obra en cartel durante catorce años consecutivos, desde 1971 a 1985, con el teatro abarrotado constantemente y más de 10.000 representaciones en sesiones de tarde, noche y algunas matinales festivas.

Cine y televisión.- En el cine, cabe destacar “Amor bajo cero”, de 1960 o “Don Juan” (1974), “Cuentos de las sábanas blancas” (1977) o “Réquiem por un empleado” (1978). También la televisión le dejó espacio, protagonismo y le otorgó popularidad, trabajando bajo la disciplina de Gustavo Pérez Puig, en “Estudio 1”, de TVE, con la inolvidable “Doce hombres sin piedad”, de 1973, cuando solamente existían dos canales de televisión pública y ese espacio se emitía en la entonces conocida como UHF. Precisamente, el título citado sirve para invitarnos a recordar que era el único superviviente de los “doce hombres” que daban vida a esa realización televisiva, medio en el que, igualmente, actuó como presentador del programa-concurso “Todo queda en casa”, divulgación que enfrentaba a dos familias en formato competitivo, un programa que estuvo unos nueve meses en antena, arrancando su emisión en 1986.

Numerosos premios.- Cosechó premios merecidos, tras una carrera repleta de trabajo, buen hacer y dedicación, tales como el “XV Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert”, en 2011, que la “Asociación Nacional de Amigos de los Teatros de España” concede mediante votación popular, reconocimiento considerado como el galardón más relevante que se concede en España por parte de una privada organización. Y se le entregó en el manchego “Teatro Circo”, de Albacete, en 2011. También recibió, en 1999, la “Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes” e, igualmente, en 2010, recibió otro galardón de la “Asociación de Periodistas de Navarra”, entre otras muchas distinciones y reconocimientos.

La fuerza de su popularidad reside, fundamentalmente, en que fue uno de los actores españoles que más teatros recorrió con su compañía de comedias. Igualmente, mantenía una clara, cercana e íntima amistad con Alfonso de Borbón y Dampierre, así como con su hijo, Luis Alfonso de Borbón, quienes fueran aspirantes legitimistas al trono de Francia.​ Deportista, Osinaga, que abandonó su plaza en el equipo de fútbol regional de Pamplona, en el que militaba, para iniciar en Madrid los estudios antes mencionados.

Reseñas en “Twitter”.- Pilar Eyre, escritora y periodista, ha señalado en su cuenta de “Twitter” que se trata de “un actor moderno, guapo y simpático que no se recuperó nunca de la muerte en accidente de un hijo de 20 años. Esa misma noche subió al escenario con el corazón roto, pero subió”. Y el eurodiputado y ex-presidente del Partido Popular en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, en la misma red social ha dedicado palabras a “uno de los grandes talentos del escenario como fue Pedro Osinaga, con cuyo fallecimiento el teatro se pone de luto en España”. Contaba con 81 años de edad.

Martín Llade sustituye al fallecido José Luis Pérez de Arteaga.- Acabamos recordando que el pasado día 1, el “Concierto de Año Nuevo”, que se celebra en la “Sala Dorada”, en Viena, tuvo la ausencia, por vez primera en muchos años, de José Luis Pérez de Arteaga, el inolvidable narrador y comentarista de este magno acontecimiento musical, cuyo obituario ofrecimos, en su momento, en estas mismas páginas, ya que falleció el día 8 de Febrero de 2017. Fueron muchas las ediciones en las que estuvo al frente del referido e importante cometido, haciendo el evento más ameno, documentado y cercano. En el concierto del año anterior, anunció el interés que iba a tener el del pasado lunes, pero no contaba, él, con no estar entre nosotros. Le ha sustituído un gran profesional de la radio musical, Martín Llade, quien ha tomado el relevo mostrando su respeto por el fallecido y consciente de que no es fácil recuperar el listón de Pérez de Arteaga, hombre pausado, documentado, con gran sentido de la medida del tiempo y el comentario, un profesional irrepetible, en definitiva. No obstante, Llade nos agradó mucho y estamos convencidos de que, en cuanto le tome el pulso y no se deje condicionar por la insustituíble sombra del fallecido, hará un extraordinario papel en esas funciones comunicadores. Buenos días.

Pedro Antonio Hurtado García

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