Ya en la calle el nº 1037

“En Caravaca Moros y Cristianos no nos disfrazamos, nos vestimos”, Loli Sánchez Carreño, presidenta del Bando Moro

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JAIME PARRA

Loli Sánchez Carreño es la primera presidenta del Bando Moro; segunda en los tres bandos tras Mª Cruz García Esteller.

Pertenece a una nueva generación que está tomando el relevo en los cargos festeros, una generación más joven pero que trata de que no se pierda el sentido último de la Fiesta, como bien le enseñó su padre Paco Pim.

Tras este tiempo dirigiendo el Bando Moro, volverá a desfilar con las Halconas, con quien lleva haciéndolo desde hace quince años.

 ¿Cómo han sido las presentaciones tanto de la sultana infantil como de los sultanes?

Estuvieron muy muy bien, pretendimos que se hicieran cortas, que no resultaran aburridas ni para los protagonistas ni para el público, que estos últimos salieran diciendo “si podía haber durado un poco más…”.

La de la sultana infantil fue una historia sobre una persona que se fue de emigrante a Australia con sus padres y, cuando vuelve, a sus sobrinas que se quedaron en Caravaca les explica cómo eran las fiestas cuando él era niño. Sus sobrinas, claro, alucinan. Quisimos llamar la atención de los niños, trasladar a los más jóvenes el significado profundo de las Fiestas de Caravaca de la Cruz.

Con los sultanes volvimos también a inspirarnos en las presentaciones antiguas. Un mantenedor que habló de los sultanes y después los regalos de las cabilas.

Volvimos a las presentaciones antiguas. Un mantenedor hablaba de quien se presentaba y se entregaban los regalos de las cabilas para los sultanes.

-Tras un año en el cargo, ¿qué ha podido llevar a la práctica de las intenciones con las que llegó?

Uno llega con unas ideas y luego se te caen por tierra. Hay mucho que hacer pero no hay tiempo.  Se acaban las Fiestas, tenemos que preparar las cuentas para su aprobación, y ya llega agosto y ha que preparar unas nuevas fiestas.

Pero urge muchísimo renovar los estatutos del Bando Moro, que están antiguo, no, lo siguiente, no hay reglamento, por lo que no existe comité sancionador.  Hay una serie de vicios creados que, como no nos pongamos en serio Comisión y los tres bandos, no se van a quitar en la vida.

– ¿Qué vicios?

Esto es como un reino de taifas, me da la sensación de que la junta de gobierno del Bando Moro se ve como una cábila independiente, así que falta unión entre las cabílas, que sean conscientes de que entre todas formamos el bando Así surgen muchas iniciativas para engrandecer las Fiestas pero sin contar con los demás. Esa es mi impresión, quizá esté equivocada.

-¿Ha pasado ya el tiempo en el que se temía por el descenso del número de moros?

Nos mantenemos como el año pasado. Las odaliscas, por ejemplo, siguen de excedencia al no ser suficientes. Pero otras cábilas han aumentado este año al sacar traje nuevo.

Con los jóvenes perdimos mucho tiempo, unas generaciones que ahora echamos de menos al no dejar que desfilaran con los mayores. Hablamos de niños de más de 8 años que no entorpecen el desfile de los mayores y que en el infantil se sienten ridículos. Estamos recuperando el tiempo perdido.

¿Fue fácil la elección de Halcones Negros como Moros del Año?

Nos costó decidirnos, precisamente por aquello de “qué dirán”. A ellos les ha hecho mucha ilusión, sobre todo a los más veteranos.

-Una cabila, como demuestra su unión con el Círculo Mercantil, que va más allá de las Fiestas.

– Siempre ha sido así. En sus comienzos fundaron el Hogar Cultural Árabe y ahora tratan de que no se pierda el Círculo como Asociación Cultura, que tuvo una época de mucho esplendor. Como sede de los Halcones además se encuentra en el mejor sitio posible.

-Este año ha sido de renovación entre los cargos festeros.

 

Era una renovación necesaria. Cuando te acostumbras a un cargo, cuesta irte. Y no puede ser, hay que dejar paso a gente con ideas nuevas. También es cierto que es complicado dar el paso para presentarse. Este año los tres bandos y Comisión de Fiestas estamos muy unidos, y ese es el camino.

– ¿Qué me puede decir de sus sultanes?

Son dos criaturas encantadoras, con tanta ilusión… a donde los llames allí están. Y la infantil también, que era consciente de que salía sola si no encontrábamos sultán infantil.

– ¿Qué ha pasado para no tener sultán infantil?

Hemos llamado a muchas puertas, cuando querían los padre no quería el niño, cuando el niño, eran los padres quienes decían que no. Hasta el mes de febrero estuvimos buscando. Pero a la sultana infantil no le ha preocupado en ningún momento.

-¿Podría adquirir el Bando un vestuario apropiado y ponerlo a disposición de familias que no puedan permitírselo?

Era otro tema que llevaba en la cabeza cuando entré, pero el presupuesto es muy bajo y la mayoría se lo llevan los sultanes, queda algo para el protocolo, la misa del bando moro, sí que era la idea. Y es un asunto que supongo se retomará.

– Para quien conozca los desfiles de la zona de Levante pero no los nuestros, ¿en qué se diferencian?

La diferencia es abismal, nuestras fiestas están basadas en los ritos de la cruz, aunque conmemoremos también la Reconquista. Nuestro vestuario se ajusta a lo auténtico lo más posible. Con mi respeto allí es como si te disfrazaras. Aquí no nos disfrazamos, nos vestimos.

Un deseo para los caravaqueños.

Que las fiestas son para vivirlas, para divertirse, pero siendo conscientes que debemos hacerlo dentro de la representación histórica que conmemoramos y de los actos en honor a nuestra patrona. Hay tiempo para todo, para divertirse, para reír y por supuesto para honrar a nuestra Patrona.

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