Ya en la calle el nº 1041

El teatro en la educación: el juego como inicio del aprendizaje

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Alba María Sánchez Sánchez, maestra de educación infantil

Theatrón “lugar para ver, contemplar” El teatro se podría definir como una rama de las artes escénicas que consiste en la puesta en escena o actuación de historias delante de un público, para ello utiliza el habla, mímiAlba María Sánchez Sánchezca, gestos, danza y/o música. Es hecho de escenificar historias es antiquísimo, pero las bases y los modelos de tragedia y comedia que conocemos actualmente en occidente se sentaron en la antigua Grecia.
Este tipo de actividades ha estado siempre presente en los centros educativos, aunque básicamente de una manera transversal, en fiestas y días especiales. Pero de lo que realmente quiero hablar es de su origen en las personas, y concretamente, en nuestro alumnado más joven, el de educación infantil. Para ello debo nombrar la “expresión corporal”.
La expresión corporal es un concepto tan ambiguo como impreciso. Es el lenguaje más natural que podemos encontrar, los niños se sirven de él para expresarse desde que nacen prácticamente. Es espontáneo, no cuenta con un código establecido aunque determinados gestos tienen un significado culturalmente aceptado (movimientos de cabeza para afirmar o negar) Es común a todos los hombres, ya que se trata de una de las formas más universales de comunicación y comprensión entre los seres humanos. Los gestos y movimientos que utiliza este lenguaje son aún anteriores a las evocaciones verbales.
Por todo esto, debemos pensar que todo el mundo es capaz de expresarse corporalmente, no es una técnica ni un arte reservado únicamente a algunos privilegiados iniciados en éste aprendizaje. Afortunadamente, nuestro alumnado aprende y se desarrolla “a pesar de los maestros” tanto el teatro como la expresión corporal constituyen un juego para ellos, podemos observar que aparece espontáneamente en los niños, en el llamado “juego simbólico”
Simbolización “que significa algo” con esto nos referimos a la relación entre un objeto, persona o acción reales en un plano no real, se va dando conforme el niño logra tener una representación mental de objetos que no se hayan presentes en ese momento.
El juego simbólico aparece en los niños de alrededor de un año, y a partir de ahí va evolucionando, Piaget distingue en él varias etapas. Los niños comienzan repitiendo acciones cuando no se están dando en el presente, tales como “voy a planchar, voy a cocinar”, después proyectan esas acciones en otros objetos, “el gatito juega”, “el pececito salta” Más adelante imitan conductas; pueden saltar y hacer cómo si fueran un animal, coger una caja u otro objeto y hacer que éste sea el animal, hacer de mamá o de la abuelita… conforme avanzan en edad se va acomplejando e introduciendo el lenguaje en sus actuaciones.
Por lo tanto, insisto, para nuestro pequeño alumnado el teatro es ante todo una actividad lúdica, es “voy a hacer de” y una de los ejercicios más educativos de los que nos podemos servir. Sin embargo, insistimos en perpetuar una concepción fragmentada de nuestros niños, en la que cada aspecto del aprendizaje requiere una serie de actividades específicas, monótonas y sin ninguna relación con el resto. De esta manera se dificulta el desarrollo íntegro y completo de la persona.
Animo a nuestro profesorado a aprovechar al máximo esas disposiciones naturales que tienen nuestros pequeños hacia el juego simbólico y las actividades teatrales. Al no tener aún una personalidad formada ni un objetivo marcado en la vida siempre muestran interés por explorar e imitar todo lo que les llama la atención a su alrededor.
No se trata de montar una obra de teatro para un auditorio ni de formar actores y actrices, sino de trabajar un tipo de lenguaje que les ayudará a empatizar con la en la que vivirán. Les ayuda a conocer su cuerpo, controlar y afianzar movimientos, sus posibilidades motrices y expresivas, fomentar su confianza, su seguridad y su autoestima.
Con un pequeño proyecto en el que cuenten, representen un personaje, se disfracen, creen un cartel o una marioneta a la que le den vida, se trabaja una gran cantidad de contenidos de nuestro currículo de forma continuada y coherente.
Démosle la importancia que se merece a una rama de la educación que hoy en día sigue siendo cuestionada. El juego es el inicio del aprendizaje, como decía Mols “Los niños juegan para encontrar la realidad, los adultos para rehuirla”

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