JOSÉ A. ZAPATA PARRA, Arqueólogo Municipal de Mula / [email protected]
Sin duda es el enterramiento más importante documentado en la necrópolis tardorromana de la villa romana de Los Villaricos. El hallazgo se produjo el 12 de julio de 2021, siendo, por azar, una de las últimas tumbas excavadas. A diferencia del resto de enterramientos, caracterizados por una fosa simple con cubierta a base de lajas de piedra, en cuyo interior se inhumaba al difunto, la T-35 incorporaba en el interior de la fosa y bajo el encachado de mampostería, un sarcófago monolítico realizado en piedra arenisca formado por dos piezas: una tapa de sección triangular y una caja rectangular.
El enterramiento, con una orientación noreste-suroeste, se situaba en la parte central de la H-52, una estancia de la domus que, tras su abandono, fue convertida en un posible panteón, pues junto a la T-35, hallamos otros dos enterramientos.
Tras la retirada del encachado de mampostería y del relleno de la fosa, hallamos el sarcófago, con unas dimensiones de 2 m de longitud, 0,62 m de ancho en la cabecera y 0,56 m de ancho en los pies. Como decimos, el sarcófago presenta dos partes claramente diferenciadas: la tapa, que tiene forma de prisma trapezoidal y sección triangular, presenta una decoración geométrica similar en las dos caras de la cubierta, realizada a base de un trenzado formado por tres cordeles que configuran once grandes ojales y con hojas cordiformes en las enjutas superiores.
Asimismo, en el extremo sureste de la tapa, coincidiendo con la cabecera del sarcófago, también encontramos decoración. Se trata de un estaurograma, es decir, una cruz monogramática formada por las letras tau (τ) y la rho (ρ), flanqueadas por las letras alfa (A) y omega (w) en posición permutada e inserto en una corona o rueda dentada. Alrededor del mismo, se observa tanto en la tapa como en la caja una decoración de orla configurada mediante un semicírculo compuesto por trazos curvilíneos concéntricos. Por su parte, la caja es un prisma monolítico de base trapezoidal y sección rectangular, realizado con el mismo tipo de piedra arenisca que la tapa.
Los motivos decorativos, tallados a bisel, son característicos del repertorio escultórico de época visigoda en Hispania, entre los que destacan las cuerdas o cordeles trenzados, entre otros. En cuanto a la cronología, los motivos decorativos del sarcófago, unido a las analíticas de C14 realizadas a los restos óseos de las tumbas de la necrópolis y los restos materiales arqueológicos hallados en el yacimiento, como la cerámica o los ajuares personales de los enterramientos, nos permite precisar su cronología entre el siglo VI y la primera mitad del VII d. C.
La espectacularidad y singularidad del hallazgo, con repercusión nacional e internacional, llevó al Ayuntamiento de Mula a la redacción de un proyecto museográfico que contemplará la musealización el sarcófago y los hallazgos de época romana en el municipio, que ya se encontraban expuestos en una de las salas del Museo Ciudad de Mula. Para ello, se ha habilitado una nueva sala de exposición permanente en el Museo, en planta primera, que abarca cronológicamente desde la romanización hasta época visigoda, momento al que pertenece el sarcófago.
El proyecto museográfico, contempla todos los yacimientos de época romana del término municipal de Mula, entre los que destacan, el cerro de La Almagra, antigua ciudad de Mula, y por supuesto, la villa romana de Los Villaricos. En la sala, se podrán contemplar dos ámbitos expositivos: la vida cotidiana y el mundo de la muerte. En la primera de ellas, se explica el proceso de asentamiento de los diferentes núcleos de hábitat romano, mostrándose todas las piezas de carácter arquitectónico y de vida cotidiana de los diferentes yacimientos.
En la segunda sala, dedicada a las necrópolis de Los Villaricos y de La Almagra, nos introducimos en el mundo de la muerte, mostrando numerosos fragmentos de sarcófagos hallados en la antigua ciudad de Mula, así como los ajuares personales hallados en ambas necrópolis. Presidiendo el centro de la sala, podemos contemplar el sarcófago, perfectamente restaurado.
La exposición, organizada por el Ayuntamiento de Mula, ha contado con la colaboración de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la Fundación CajaMurcia y la Universidad de Murcia. El proyecto, comisariado por el Arqueólogo Municipal, José Antonio Zapata Parra, ha sido realizado por Rocamora. Estudio de Arquitectura, S.L. y ha sido ejecutado por la empresa Patrimonio Inteligente, S.L.