Ya en la calle el nº 1037

El prendimiento en el Huerto de los Olivos. Calasparra

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El prendimiento en el Huerto de los Olivos. Calasparra

MANUELA SEVILLA

Todos los pueblos tienen sus peculiaridades cuando adaptan un hecho a su idiosincrasia, en Calasparra hemos adaptado
bastantes, será por su carácter de tierra fronteriza o por la fuerte personalidad de sus gentes.El caso es que nuestra Semana Santa tiene un ramillete de singularidades que otros pueblos de alrededor no comparten. Hoy abordaremos la representación de «EL PRENDIMIENTO».

Los calasparreños sabían que comenzaba la Semana Santa cuando veían en el centro del pueblo las ramas de palmera y olivo, que eran cogidas del jardínde Carmen Jaén, para realizar el Huerto de los Olivos, que antiguamente lo construían la escuadra de «armaos» o «picas». Esta representación o conmemoración no se puede considerar un Auto Sacramental ya que no tiene texto, siendo más bien una representación visual del Huerto de Getsemaní en las calles del pueblo.

A lo largo de los años ha tenido varias ubicaciones. La primera fue en la Plaza de la Corredera, que se quedó pequeña, trasladándose durante unos años a la Avenida Primero de Mayo, hasta que en 2003 se ubicó definitivamente en el Parque del Prendimiento, construido por el Ayuntamiento con todos los elementos necesarios para la representación: anfiteatro, torre, iluminación. Se celebra la noche de Miércoles Santo, aunque en otros tiempos se realizó en Martes Santo, y es una celebración declarada de Interés Turístico Regional. Se representa desde el s.XIX y tiene como protagonistas a los»armaos» o»picas», una escuadra de romanos que tienen un papel activo en todas las procesiones de la Semana Santa calasparreña, junto a la imagen de Nuestro Padre Jesús, pertenecientes a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús.

El acto comienza con la construcción del Huerto de los Olivos, de forma circular con palmas, olivo y, antes, sabina (curiosamente los símbolos de las tres culturas asentadas en le levante español). En el centro se coloca unas ramas más grandes, simulando un olivo, con una entrada por donde pasaran los participantes en la representación. Al día siguiente, al anochecer, la escuadra de picas recoge el estandarte de la casa de la familia Valverde, actualmente el nieto de Gaspar, que heredó el puesto de abanderado de su bisabuelo Domingo Valverde y éste de su padre. Antes el centurión que iba a prender a Jesús, también portaba la escalera al hombro, y junto con la Banda de Cornetas y Tambores se dirigen al Huerto. El pueblo sale a la representación y todo comienza cuando elCura del pueblo, u otro religioso que se hacía venir expresamente para este acto, subido en un balcón, realiza el sermón. Al finalizar se representa el Prendimiento, el cura hace el personaje de Jesús y otro hombre de Judas, con el diálogo del beso de traición. El primer acto es de una singularidad única, una figura de ángel se descuelga del balcón con un mecanismo y baja junto a la imagen de Jesús, produciéndose un efecto escenográfico que nos ayuda a adentrarnos en la trama de la representación. Basado en el Evangelio de San Lucas, que es el único que nos habla del ángel con rompimiento de gloria, para reconfortar a Jesús antes de ser apresado, en este momento suena la corneta de fondo y entra la escuadra de picas en el huerto. Comienza el cura haciendo las veces de Jesús y pregunta a los romanos ¿A quién buscáis?,pero nadie contesta. A la segunda ocasión que lo pregunta, los picas se ponen de rodillas, preparándose para la acción, y en la tercera, los picas contestan A Jesús de Nazaret y la voz del párroco contesta ¡Aquí me tenéis, prendedme! Entonces se produce una emotiva escena, el centurión de los picas sube y ata las manos del Nazareno. No es ésta una labor fácil, implica mucha responsabilidad y una carga emotiva que no todos los picas quieren asumir y que Joaquina Ponce enseña a los nuevos centuriones que cumplen el cometido. Mientras la escuadra de picas rodea la imagen de Nuestro Padre Jesús, no la de San Pedro que es de 1944, el silencio de la noche se quiebra con redobles de tambores y repique de cornetas y empieza la procesión. Acto seguido la chiquillería y los asistentes empiezan a romper el huerto, los niños por placer y los mayores para conservar las palmas en sus balcones.

Este auto se celebra en otros lugares de España y de la Región (Bullas, Cieza, Abarán, Cartagena) pero en Miércoles Santo y con un escenario de carácter efímero hecho para la ocasión, solo en Calasparra.
Merece la pena que veamos cómo ha ido evolucionando la indumentaria de la Legión de Romanos. A principios del S. XX existía una Escuadra de Gastadores formada por seis picas, escogidos entre los de más envergadura física, con traje de legionario romano sobre camisa amarilla con armadura de hojalata; la parte inferior calzón del mismo color y sobrefalda de piel en tiras; casco sin visera, que era hecho manualmente con hojalata; en la parte delantera de las piernas las espinilleras también de hojalata y en los pies, sandalias de cuero atadas con cintas. En el brazo izquierdo portaban escudo de madera también recubierto de hojalata y en su interior pintado el haz de rayos símbolo pagano del Dios Júpiter. En el cincho, por el lado derecho, espada corta de madera pintada.
Seguían a esta escuadra dos largas filas de «armaos» con sus picas al hombro, gorros de hojalata con penacho de plumas, arrancadas a los más vistosos gallos de los corrales del pueblo, y el abanderado de la familia Valverde al frente, con el traje heredado de la familia, que es el mismo que se luce hoy en día junto al estandarte. Éste lleva bordadas las siglas SPQR, de la frase latina Senātus Populus Que Rōmānus, cuya traducción es «el Senado y el Pueblo Romano». Al mando de esta tropa iban tres hombres con la graduación de Capitán y dos Tenientes, con trajes iguales pero de telas más lujosas, con capa de terciopelo decorada con brillantes lentejuelas doradas, los penachos de los cascos eran plumas de aves exóticas. En el pecho un escudo de tela en color morado, bordado con hilos de oro los símbolos de la Pasión: lanza de Longino, corona de espinas, tres clavos de la crucifixión, martillo, columna, látigo y esponja mojada en vinagre.
Hoy en día se sigue realizando, en esencia, como antes, los trajes de los picas han cambiado, el sermón se hace más corto y desde 2010 se ha recuperado la tradición del ángel, pero el huerto se sigue haciendo con la misma forma y con la misma finalidad mostrándonos de forma muy didáctica una de las escenas más destacadas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo a creyentes o no.

El prendimiento en el Huerto de los Olivos. Calasparra

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