ISABEL ESPÍN
Controlamos el tiempo, sin embarg, a la hora de mencionar el pasado preferimos utilizar elementos difusos de éste, tal es el caso de “el otro día” o “antiguamente”. Con estas expresiones, todos sabemos que nos referimos a un periodo anterior pero ¿a cuál concretamente? Pero, ¿acaso importa?
Parece ser que lo que en realidad nos gusta es jugar con el presente, encerrándolo en una jaula del tiempo como si fuésemos conscientes de que en el futuro iremos hasta él para rescatarlo y devolverle el valor que merece. Mas, esto no pasará sino solo para lapidarlo de nuestros recuerdos, aquellos formados de muy diversos otros días que nadie nunca precisará. Pero, ¿acaso importa?