Ya en la calle el nº 1041

El miedo invisible: American Crime

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

CARLOS MARTÍNEZ SOLER

Hace unos días nos levantamos consternados por un trágico suceso ocurrido en los EE.UU. Allí, un policía de raza blanca abatió a tiros a un ciudadano de color tras darle el alto por un piloto fundido en su coche, y tras lo cual, terminó por matarle alegando que éste intentó arrebatarle su taser (pistola eléctrica)American Crime El fatal incidente transcendido porque la versión dada por el policía no parecía ser tal, pues un vídeo en la red mostraba a éste disparando al ciudadano de color sin motivo aparente.
Algunos os preguntaréis qué hago yo hablando de esto cuando este apartado versa sobre críticas de series de televisión y no sobre la crónica de sucesos. La razón es sencilla, la serie que hoy nos ocupa, American Crime, trata precisamente sobre este tema, el conflicto interracial, creando un discurso duro, desgarrador, en ocasiones manipulador, pero profundamente atractivo.
La historia nace con la llamada de teléfono de la policía de Modesto a un padre. En ella le cuentan que su hijo ha sido asesinado y que su nuera presenta signos de violación y se debate entre la vida y la muerte. El padre tiene que ir a verificar la identidad de su hijo y a partir de aquí todo se desmorona.
Lo que podía haber sido un asesinato más, pasa a convertirse en un conflicto interracial cuando descubrimos que los presuntos homicidas son 2 mexicanos y un hombre de raza negra, despertando en la madre del fallecido un odio infundado fruto de un miedo invisible, inexplicable…, hacia todo aquello que le es ajeno. De hecho, de su propia boca podemos escuchar que si el asesinato hubiera sido al revés, es decir, de un hombre blanco sobre otro de raza negra, la cosa sería diferente, pues los medios se habrían hecho eco del suceso y la gente hubiera salido a la calle a manifestarse.
Esta lacra que nos parece lejana, el racimo y la xenofobia, y que pensábamos quehabíamos dejado atrás hace ya mucho años, sigue más vigente que nunca en nuestra sociedad, sobre todo en territorio americano, donde todavía persisten algunos reductos de este sinsentido. En los últimos años el cine y la tv han volcado su mirada en ella, dando lugar a varios productos reseñables, entre ellos:12 años de esclavitud, Django desencadenado,Crash…De la última de ellas es de la que más bebeAmerican Crime, pues al igual que ocurría en la cinta de Haggis, aquí también se recurre al discurso fragmentado, a las historias paralelas, para mostrarnos todas las aristas de un complejo rompecabezas, donde las cosas no son negras, ni blancas, sino grises, aspecto que iremos descubriendo con el paso de los capítulos.
El drama familiar, los miedos invisibles, las adicciones, el desamparo… son el caldo de cultivo de un relato que si bien apunta maneras no es una obra redonda, pues peca de un gran mal: la manipulación. Si algo no soporto de una obra es que ésta me diga cuándo debo llorar, reír, emocionarme…, y al igual que le pasaba a Crash, American Crimetambién abusa de ello.

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