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El Método Montessori. Cómo educar niños felices

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

NOEMÍ GARCÍA MARÍN/PEDAGOGA Y ORIENTADORA ESCOLAR

El método Montessori, es una pedagogía científica que tiene como propósito liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle en un ambiente estructurado. Fue creado por la educadora, científica, filósofa, psiquiatra, psicóloga y antropóloga María Montessori, una mujer convencida de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo. Así, esta corriente educativa, la cual podría entenderse como una filosofía de vida, ayuda al niño a obtener un desarrollo integral, potenciando el crecimiento de sus capacidades intelectuales, psíquicas, físicas y espirituales.

ImaginiaLas escuelas dónde se aplica esta pedagogía se caracterizan por poner énfasis en que la actividad sea dirigida por el niño, con una observación por parte del maestro, con la intención de adaptar el entorno de aprendizaje a su nivel de desarrollo. El ambiente Montessori se caracteriza por ser un lugar amplio y abierto, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño, favoreciendo la cooperación espontánea, el deseo de aprender, el respeto mutuo y la incorporación profunda de conocimientos a través del ejercicio de enseñarle a otros.  El aula está subdividida en áreas temáticas donde se exponen los materiales, juegos, libros e instrumentos de una forma accesible a los pequeños, permitiendo una gran libertad de movimiento. Pueden trabajar en grupos o individualmente, respetando, de este modo, su propio estilo y ritmo. Así, la escuela no es «un lugar donde el maestro transmite conocimientos», sino «un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño, se desarrollará a través de un trabajo libre con material didáctico especializado».

Hay familias que sienten un gran interés por incorporar este método en la educación de sus hijos, el cual también puede introducirse en casa. Como se decía anteriormente, este modo de educar es una filosofía de vida, la cual empieza por un profundo cambio interior del adulto, cambio que requiere de paciencia, creatividad y un gran respeto y admiración por la infancia. Este método, no solo consiste en adaptar los materiales y los espacios a los niños, sino en promover su autonomía desde edades muy tempranas, acompañándolo en su desarrollo y educación, construyendo su propio aprendizaje a través de la exploración y la curiosidad, potenciando el orden y la calma. El niño será el centro del aprendizaje, aprendiendo en un ambiente rico de estímulos, siendo libres de escoger los materiales, los juguetes y los instrumentos que prefieran en cada momento.

Esta libertad y la autodisciplina hacen posible que cada niño encuentre actividades que den respuesta a sus necesidades evolutivas, creando niños felices, autónomos, independientes, responsables y capaces de pensar por sí mismos.

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