Ya en la calle el nº 1040

“El ejercicio físico, un poderoso aliado contra el Cáncer”

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

DIEGO MARÍN RUIZ

La vida tiene que seguir, aunque nos encontremos confinados y aislados del resto de la sociedad, por desgracia, hay enfermedades que no se detienen. Hay que intentar seguir adelante, día a día, para combatir aquello que focalizaba nuestra atención y pensamientos antes de esta pandemia.

Por eso, cuando Fernando me habló de que estaban realizando rutinas de ejercicios y sesiones online para continuar con el proyecto que habían empezado, enseguida, quise saber más.

“El proyecto se llama ´Mujer-activa´, y pertenece a la universidad de Murcia en colaboración con la asociación Amiga”. Está destinado a mujeres con cáncer de mama, o en rehabilitación por las consecuencias que este les haya derivado. “Somos un grupo de licenciados en ciencias del deporte que nos encargamos de evaluar la condición física, rango de movimiento del miembro afectado y una serie de parámetros para obtener una información precisa del estado de las mujeres que se apuntan al programa. De esta manera podemos llevar a cabo una planificación de entrenamiento que mejore sus cualidades físicas y, por tanto, su calidad de vida”. Todo el que haya vivido un Cáncer de cerca, sabe que el deterioro físico del paciente es considerable y a veces devastador, por eso, no puedo dejar pasar la oportunidad de preguntar sobre este tema. “La evidencia científica respalda que el ejercicio físico es una herramienta no farmacológica que es capaz de reducir la recurrencia y comorbilidades asociadas al Cáncer de mama. Mediante un programa de trabajo basado en cargas de fuerza adecuadas y entrenamiento aeróbico van a disminuir la fatiga”.

Como puede uno inscribirse en este proyecto: “En primer lugar, hay que dirigirse a la asociación Amiga, y desde allí las ponen en contacto con nosotros. Entonces les realizamos una entrevista personal para conocer su situación y el estado de la enfermedad en el que se encuentran”. ¿Qué parámetros se evalúan?: “Realizamos un análisis general, si han realizado actividad física a lo largo de su vida y los rangos de movilidad por si están disminuidos, o si han sufrido operación, y la adaptamos a sus necesidades”.

Le pregunto cómo llevan a cabo las actividades, con qué frecuencia…”. Dos días por semana realizamos actividad física grupal de todas las integrantes, y por otro lado un entrenamiento personalizado para cada una de ellas, cuatro días semanales en total” lo que me hace pensar en la edad, “no tenemos límite de edad, cualquier mujer afectada puede participar en el proyecto”.

“El objetivo del proyecto es tanto una mejoría física como que se relacionen entre ellas, además de inculcar hábitos de vida saludables a través de la realización de ejercicio físico”.

Le comento que muchas veces no somos conscientes de los programas sociales que se realizan a nuestro alrededor y pregunto por cuánto tiempo lleva en funcionamiento este programa y como llego a él. “Este es el segundo año, empezó en 2018. Y, como se suele decir, estaba en el momento adecuado en el lugar preciso. No teníamos ni idea de que pudiéramos realizar un proyecto de estos. El proyecto había empezado en 2013 y se paró, nos lo propusieron y aceptamos encantados”. Es una iniciativa genial, ¿da miedo esta responsabilidad?: “Recuerdo el primer día que nos pusimos con el primer grupo de mujeres para valorarlas, a mi me temblaban hasta las piernas” me comenta con riendo, y por su cara me tengo que reír con él. “Ellas venían también muy asustadas, pensando  a ver que nos van a hacer estos muchachos. Algunas con una cara de miedo impresionante. Pero, poco a poco, se formó grupo y nos llevamos muy bien con ellas, hasta hemos creado un grupo de Whatsapp, en el que tenemos contacto permanente”.

Me resulta muy interesante el proyecto y le pregunto por sus resultados, y los indicadores de medición arrojados. “Bueno, el proyecto tiene una segunda vertiente, hace unos meses empezamos a recoger datos de la mejoría de las integrantes, para llevar a cabo un seguimiento, pero por culpa de la situación actual, esos datos no serán validos y deberemos empezar casi de cero. Aunque ellas nos comunican constantemente que están muy contentas, que les ha cambiado la vida, que son capaces de salir a andar o, incluso, a correr muchas de ellas. Este es el mejor indicador que podemos recibir”.

El problema con esta clase de iniciativas suele ser económico, y muchas veces la viabilidad del mismo se va al traste por no contar con fondos. “Este programa es un convenio, entre la universidad de Murcia y la asociación amiga, por lo que está subvencionado. Al final solo deben de pagar unos 30 euros al año, por lo que está muy bien. Es una cantidad simbólica por tener un entrenador personal titulado todo el año”.

Quiero cerrar la entrevista, preguntándole por el factor humano, que le aporta personalmente un proyecto de estas características: “Te cambia la forma de pensar o ver las cosas respecto a esto, es una satisfacción increíble, aunque suene a tópico”.

Fernando Romera está actualmente realizando el doctorado, actividad que compagina con entrenamiento personal, en el que tiene un máster. Desde aquí aplaudimos iniciativas como esta y le animamos a seguir con este tipo de proyectos que ayudan y mejoran el estado de la sociedad.

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