Ya en la calle el nº 1041

El duelo (I): desautorizados

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

LAURA CABALLERO ESCÁMEZ

El artículo de hoy es el primero de varios que vamos a dedicar a abordar el duelo. Hoy concretamente vamos a hablar sobre algunos conceptos relacionados y algunas dificultades que pueden darse en dicho proceso. El duelo es la reacción frente a la pérdida de algo significativo: una persona, un animal, una cosa, como por ejemplo una casa, una relación, etc. Es una experiencia emocional humana y universal, única y dolorosa. El hecho de enfrentarse a esta pérdida se llama elaboración del duelo y conduce a una necesidad de adaptación a la nueva situación. En ocasiones estas pérdidas no son reconocidas ante la sociedad y eso también conlleva que el doliente, que es la persona que está experimentando el duelo,  no pueda expresarse abiertamente. Este tipo de duelos se llaman duelos desautorizados.  Algunos ejemplos:

El duelo (I): desautorizados

  • Relaciones no reconocidas de exparejas, amantes o relaciones homosexuales ocultas. Por ejemplo, finalizar la relación con un amante y que esa relación haya estado oculta, por lo que no se puede hablar abiertamente de este fin de la relación. También pude darse por el fallecimiento de la persona con la que se ha mantenido una relación secreta.

 

  • Duelo perinatal: Abortos espontáneos o pérdidas durante el parto o al poco de nacer el bebé. Muchas veces para las personas de alrededor es muy complicado entender esta pérdida. También se da en el caso de la esterilidad, en el hecho de que una pareja conozca la imposibilidad de tener hijos.

 

  • Cuando el doliente es excluido: los duelos desautorizados también pueden darse en personas con enfermedad mental, o discapacidad ante cualquier pérdida, e incluso con los niños. En estos casos se da por hecho erróneamente que no van a entender la pérdida y no se les incluye en la elaboración del duelo, ocultándoles información y manteniéndoles al margen.

 

  • En muertes censuradas socialmente como muertes por suicidio, homicidio, sobredosis, SIDA o por cualquier circunstancia que encierre tabúes y no se pueda hablar abiertamente de la pérdida.

 

  • Pérdida de mascotas: podemos sentir que nuestro alrededor no ve legítimo sentir tristeza ante este tipo de pérdidas restándole valor.

La presión social puede llegar a ser muy intensa, de manera que no es fácil encontrar apoyo cuando el entorno da por supuesto equivocadamente que la persona doliente no necesita expresar su dolor. En el caso de que alguien esté pasando por un proceso de duelo y sienta que no puede expresarse, bien porque lo lleva en secreto o bien porque el entorno le exige estar bien o silenciar el dolor, es importante buscar consuelo en aquellas personas que creemos que pueden comprendernos y escucharnos sin juicios. Si no tenemos esa posibilidad, lo más recomendable entonces es buscar ayuda profesional para evitar que este duelo se complique. Y si no somos nosotros, pero pensamos que alguien de nuestro entorno puede estar sufriendo un duelo de este tipo, es importante ser un apoyo. A veces solo es necesario una actitud de escucha y libre de juicio para ayudar a una persona que acaba de sufrir una pérdida.

 

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