Ya en la calle el nº 1040

El coronavirus también se lleva al polifacético artista Vangelis

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pedro Antonio Hurtado García

Recordar su música, impregnarse de sus especiales sonidos, gozar de su repertorio, acercarse a sus múltiples géneros interpretados y entrar en su mundo, es tocar la gloria, rozar uno de los mejores universos musicales y disfrutar de éxitos, uno tras otro. Evángelos Odysséas Papathanassíou (29-03-1943, Volos-Magnesia-Grecia/17-05-2022, París-Francia), artísticamente conocido como Vangelis, músico, tecladista, compositor​ de música electrónica, ambiental, orquestal, rock progresivo y new age.

“Carros de fuego”, un éxito mundial.- De sus múltiples y muy exitosas obras, se distinguen, especialmente, las bandas sonoras originales de las películas​ “Carros de fuego” (ganadora del Óscar a la mejor banda sonora, en 1981); “Blade Runner” (1982) ​ y “1492: La conquista del paraíso” (1992). Su muerte, a los 79 años, ha estado protagonizada por complicaciones derivadas del maléfico y cruel coronavirus. Perteneció a destacadas formaciones de renombre internacional, colaboró con los mejores artistas del mundo, parió obras de enorme calidad, triunfó a todos los niveles y fue referente para muchos artistas que hubieran dado un ojo por ser como él.

Envolventes sintetizadores.- Puso de moda los sintetizadores, acompañados de refinados instrumentos acústicos que le facilitaban la oportunidad, debido a su incontestable maestría, de crear climas con ese sonido envolvente que protagonizaba, no exento de solemnidad y virtuosismo. Definir sus composiciones resulta tan complejo que, finalmente, todo el mundo las encuadra en las socorridamente llamadas “nuevas músicas”, aunque tecnificando la fórmula, también se le suele considerar como un “músico clásico contemporáneo”. Resulta complejo, igualmente, determinar su discografía, lo que ha ofrecido la oportunidad de denominar su género como “pionero de la vanguardia de la música electrónica”, surgida a mediados de los años ’70, fortaleciendo, especialmente, la música de cine, televisión, bandas sonoras y múltiples discos de estudio. Muy bien apuntaladas sus obras de teatro:​ “Elektra” (1983), “Medea” (1992), “Las Troyanas” (2001) o “The Tempest” (2002). También partituras para ballet: “R. B. Sque” (1983), “Frankenstein: Modern Prometheus” (1985) y “The Beauty and the Beast” (1986).

Tecladista de “Aphrodite’s Child”.- Paralelamente, enriqueció su carrera como pintor, con reiteradas y muy reconocidas exposiciones ​internacionales. Pese a su espíritu reservado y a su prudencia a la hora de hacer pública su vida privada, resultó considerablemente afianzado como artista, en otros órdenes, en base a su decidido impulso y notable aportación a multitud de proyectos de interés cultural que le otorgaron vitola de personalidad de enorme peso mediático, lo que cobró especial fortaleza en su Grecia natal. También en su honor, la “Unión Astronómica Internacional” otorgó su nombre a un asteroide, concretamente el denominado “(6354) Vangelis”. Fue miembro, por otro lado y como tecladista, del influyente grupo de rock progresivo y pop, “Aphrodite’s Child”, capitaneado por su primo, Demis Roussos, al bajo y voz, mientras que Lucas Sideras se ocupaba de la batería en una formación que, entonces, era un trío que alcanzó notables éxitos, especialmente en Europa. Eran sus canciones más brillantes “It’s five o’clock”, “I want to live”, “Rain and tears”, “Let me love, let me live” o la emblemática “Spring, summer, winter and fall”. El grupo lanzó tres álbumes de estudio: “End of the world” (1968),​ “It’s five o’clock” (1969) ​ y el mejor considerado “666 (The apocalypse of John, 13/18)”. ​

La senda musical y estética de “The Beatles”.- La suerte de su familia, considerada de posición acomodada, propició que el diminuto niño que, con seis años, ofrecería pequeños conciertos con sus propias composiciones, se convirtiera en uno de los primeros propietarios, en Grecia, de un sintetizador. Debutó en el mercado discográfico, en calidad de tecladista del grupo “The Forminx”, una de las numerosas formaciones juveniles que se fundaron a mediados de los ’60, dispuestos, como otras muchas bandas, a continuar la senda musical y estética trazada por “The Beatles”. ​ En 1966, nuevamente, Vangelis logra la oportunidad de crear la banda sonora de “5.000 psemmata” (“5.000 mentiras”), comedia ideada por el director Giorgos Konstadinou. ​

El pulso del mercado.- Vangelis tanteó el mercado antes de lanzarse como solista e, incluso, lanzó algún álbum y diversos sencillos bajo pseudónimo, cuando, adicionalmente, ya había fundado su propia discográfica con el nombre de “Nemo Studios”. Disuelta la formación de “Aphrodite’s Child”, Vangelis lanza varios “experimentos” para ver lo que era mejor aceptado en la industria discográfica. En uno de sus temas, interpretado por Irene Papas, la vocalista lanza un éxtasis alucinógeno con grititos orgásmicos que hacen diferente el proyecto, hasta el punto de sufrir censura en los mismísimos EE.UU., retirando ciertas pronunciaciones, pese a que fueron muy bien consideradas por el genio Salvador Dalí.

La “música cósmica” de un clásico contemporáneo.- Como resumen telegráfico de su vida y obra, digamos que hemos disfrutado de un clásico contemporáneo que se ha atrevido con lo sencillo, lo complejo y todo lo que se le pudiera encargar para cualquier disciplina artística. A sus composiciones también se les ha denominado “música cósmica”, encantándonos sus grabaciones, como el doble CD que escuchamos mientras escribimos esta crónica, titulado “The collection”, que, desde luego, recomendamos sin ningún tipo de reserva. Ha creado multitud de sintonías para programas radiofónicos. Ha concebido como propios los espacios informativos a los que se han aplicado buena parte de sus trabajos. Se ha codeado con los artistas más poderosos del mundo y su obra no queda recogida, exclusivamente, en “Carros de fuego”, banda sonora por la que muchos le conocen, sino que, esa, no es más que una composición de las muchas que conforman su interminable repertorio creativo. Es cierto, no obstante y como indicamos al principio, que la mencionada “Carros de fuego” le otorgó, aunque no lo recogió en la correspondiente ceremonia de entrega, el “Premio Óscar a la mejor banda sonora”, galardón de mayor dimensión, si cabe, al conseguirlo frente a candidatos como John Williams y la excelente partitura de “En busca del arca perdida”. También fue reconocido con el título de “Doctor Honorario de la Universidad Nacional de Atenas”.

Gloria, éxito y creaciones.- Trabajó como pocos, creó como nadie, divulgó muchísimo y gozó de la consideración artística que se merecía. El mundo de la música llora su muerte. La tecnología nos deja sus grabaciones para siempre. Su vida artística y personal da para muchos comentarios añadidos, pero el espacio nos avisa de que no podemos seguir. Descanse en paz un artista de mucha gloria, enorme éxito y grandes creaciones. Buenos días.

 

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