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El Centro Regional de Restauración trabaja en la recuperación de La Dolorosa, una de las imágenes emblemáticas caravaqueñas de la escuela de Salzillo

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AYUNTAMIENTO DE CARAVACA

El Centro de Restauración de la Región de Murcia está ultimando los trabajos de recuperación de ‘La Dolorosa’ de la parroquia de El Salvador, obra del siglo XVIII de la escuela de Francisco Salzillo, que es una de las tallas más emblemáticas del patrimonio artístico y de la Semana Santa caravaqueña.

“Hemos retomado el plan de recuperación del patrimonio cofrade que se llevó a cabo a lo largo de la década del 2000 y que había quedado en suspenso en los últimos tiempos. En el primer año de este equipo de Gobierno se restauró la Oración del Huerto de ‘Los Moraos’ y en este segundo año se solicitó a la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad Autónoma que interviniera en Nuestra Señora de Los Dolores de ‘Los Azules’, que se venera en la parroquia de El Salvador y que debido a su mal estado de conservación ya había dejado de formar parte de las procesiones”, ha declarado el alcalde de Caravaca de la Cruz, José Francisco García, quien ha remarcado “la importancia de velar por la conservación del importante legado histórico y artístico del municipio, contribuyendo también a su conocimiento por parte de generaciones presentes y futuras”.

José Francisco García ha visitado las instalaciones del Centro de Restauración de la Región de Murcia junto al director general de Bienes Culturales, Rafael Gómez, para conocer ‘in situ’ la intervención a la que desde el pasado mes de noviembre se viene sometiendo a la talla. El concejal de Cultura, Juan Manuel de León, y el párroco de El Salvador, Jesús Aguilar, también han asistido a la visita, que ha contado con las explicaciones del director del citado centro, Francisco López Soldevila.

Esta intervención se suma a las que, hace años, se sometieron otras imágenes del patrimonio escultórico local, como el Cristo del Prendimiento, Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Cristo de la Columna, el Señor del Balcón, el Crucificado de la Misericordia, San Juan Evangelista, la Virgen de las Angustias, la Oración del Huerto o la Virgen de la Soledad. En los próximos años desde las concejalías de Cultura y Patrimonio se continuará trabajando en esta línea.

Los estudios y trabajos realizados por los expertos en restauración

Los principales problemas de esta escultura, que data del último tercio del siglo XVIII, consistían en intervenciones que habían alterado su estado original, con repinte generalizado sobre acabados originales y la presencia de grietas que recorrían la talla longitudinalmente; unas fisuras de mayor o menor calibre derivadas de los movimientos naturales de la madera. A todo ello habría que añadir la existencia de una serie de pequeños desperfectos derivados de su función procesional.

Tras los estudios preliminares llevados a cabo por técnicos del Centro de Restauración, se tomó la decisión de mantener la policromía existente y proceder a la limpieza de la suciedad que presentaba. Posteriormente se ha llevado a cabo el sellado de cada una de las grietas y sehan subsanado todos los desprendimientos derivados de la utilización y manejo de la imagen.  

Asimismo, los trabajos han incluido la reconstrucción de la capa de preparación y se ha realizado una reintegración cromática diferenciada. En la actualidad, la labor se encuentra en la fase de dorado de la talla, cuya terminación está prevista para las próximas semanas.

Una imagen del XVIII con numerosas intervenciones que alteraron su estado

La imagen de La Dolorosa de la parroquia de El Salvador sigue los cánones estilísticos y estéticos de la producción de Francisco Salzillo. Hay investigadores que apuntan a que su autoría podría pertenecer a José López o Marcos Laborda, ambos escultores caravaqueños y continuadores del estilo del artista murciano en lo que se ha denominado Escuela de Escultura de Caravaca. Otras hipótesis sostienen que la pieza podría ser obra salida del taller del propio Francisco Salzillo, siendo encargada por la Compañía de Jesús para su iglesia caravaqueña.

El estado presentaba una difícil valoración porque la escultura fue completamente alterada a mediados de los años 80 del pasado siglo en la totalidad de su superficie, lo que impedía  ver las capas y daños originales que han quedado ocultos bajo el repinte.

 

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