Ya en la calle el nº 1040

El castillo de Alcalá (Puebla de Mula)

En la actualidad, el castillo es propiedad de Francisco Monreal Monreal, por herencia de sus padres, María Francisca Monreal Alcaraz y Juan Monreal Rubio, vecinos de La Puebla de Mula.

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Castillo de Alcalá

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

José A. Zapata Parra/Arqueólogo Municipal de Mula
[email protected]

A 500 m de la pedanía de La Puebla de Mula, sobre un cerro amesetado de forma troncocónica se levantó el denominado castillo de Alcalá. Una fortaleza que por su posición elevada, se convirtió en un punto geoestratégico de primer orden que dominaba visualmente toda la comarca del río Mula.
Tenemos constancia de una ocupación prehistórica del lugar durante la Edad del Bronce, así como en época romana, momento en el que la muela fue explotada como cantera de travertino, estando vinculada a la ciudad de Mula, ubicada entonces en el cerro de la Almagra. Posteriormente, el asentamiento pasó a ser ocupado por un contingente militar estatal de origen árabe, cuyo objetivo era hacer cumplir el Tratado de Teodomiro o Pacto de Tudmir firmado en 713.
Esta última ocupación, se basa en la interpretación de varios autores del topónimo Alcalá, que da nombre al castillo y al paraje donde se halla inserto. Al parecer, el vocablo deriva de la raíz árabe “qal´a”, término empleado para designar a las fortalezas en las que se instala la población conquistadora en los momentos inmediatos de su llegada a al-Ándalus.

Con el paso de los siglos, tanto la fortaleza como la alquería que surgió a sus pies debieron ir adquiriendo importancia en el entorno. Autores como A. Bazzana, P. Cressier y P. Guichard han sugerido que, por la morfología de la fortaleza, su situación geoestratégica y por los restos hallados, que se trate de un asentamiento estatal de carácter militar, cuyas estructuras actuales fueron levantadas hacía el tercer cuarto del siglo XII, durante el gobierno de Ibn Mardanis (1147-1172), para hacer frente a las tropas almohades. Por su parte, F. Amigues también ha sugerido que el edificio debió ser un granero fortificado, donde eran concentrados y custodiados los productos que los habitantes de la comarca utilizaban para el pago del diezmo, el principal impuesto musulmán.

En la actualidad, el impresionante castillo de Alcalá conserva restos de lo que fue su fortificación. Presenta un recinto de planta ovalada adaptada a la muela rocosa que se erige en la cima del cerro. Las dimensiones que presentan es de 125 m. en sentido E-O y de 90 m. en sentido N-S, con un total de 11.250 m2. La muela rocosa donde se enclava presenta características naturales como defensa, con paredes verticales de 10 m. de alto. En la cumbre se levantaron los muros y torreones que forman el recinto de la fortaleza, cuyos lienzos rectilíneos y torres de planta cuadrangular le dan el aspecto tan característico de sistema de fortificación basado en el flanqueo de la muralla. La técnica empleada en la construcción de estas estructuras fue la del tapial, con un módulo de 0,85 m. La puerta de entrada se localiza en la parte SO del recinto y fue levantada formando parte de un edificio rectangular de 25 x 13,50 m. de longitud, realizado en tapial y completamente macizado en su interior, del que todavía se conserva restos de una torre en su ángulo NE, con 10 m. de alzado. Parte de esta estructura y la puerta fue restaurada tras el terremoto de 1999.

El acceso es uno de los más antiguos ejemplos de puerta acodada musulmana de la Región de Murcia y está formada por un estrecho pasillo cubierto, de aproximadamente 4 m. de altura y dividido en dos tramos que conforman un doble recodo. El vano exterior tiene una anchura de 2 m. y la puerta que al interior del recinto 2,80 m., conservando el remate, integrado por un arco de medio punto de ladrillos. Aún se conserva una de las quicialeras de su umbral.

Desde el punto de vista histórico, tras la incorporación del reino de Murcia a la corona de Castilla a mediados del siglo XIII, la fortaleza fue ocupada por una guarnición militar castellana. En la Crónica sobre la conquista de Mula en 1244, en ningún momento aparece mencionada la fortaleza de Alcalá, a pesar de que no debió pasar desapercibida. Posiblemente su ausencia se deba a que el castillo ya estaba en manos del infante Alfonso, pues en 1243, tras la firma del Tratado de Alcaraz, la fortaleza es entregada en tenencia a Lope López de Haro, junto con otros dos castillos, tal vez las fortalezas de Albudeite y Campos, aunque no tenemos prueba documental al respecto. A finales del siglo XIII, la fortaleza es mencionada en la documentación generada durante la ocupación aragonesa de los territorios murcianos entre 1296 y 1305. Durante todo el siglo XIV el castillo de Alcalá tuvo alcaide y guarnición militar, según se desprende de la documentación conservada. En 1373, el concejo de Mula vendía a Alonso Yáñez Fajardo la fortaleza y la pequeña aldea a sus pies, que se encontraba despoblada.

Al parecer, a comienzos del siglo XV se construyó en el interior de la fortaleza una ermita consagrada a Santa María Magdalena, muy venerada por entonces en el reino de Murcia, como lo recoge el obispo Comontes cuando narra en su obra las oficialías existentes en la Diócesis de Cartagena hacía 1450. La existencia de este eremitorio dará lugar a que el castillo de Alcalá sea llamado en algún documento del sigo XVIII como castillo de la Magdalena.

En el siglo XIX, el duque de Bivona, propietario de los bienes que en su día tuvieron los Marqueses de los Vélez en Mula, se los vendió a Alfonso Chico de Guzmán, a excepción del castillo de Alcalá, que olvidó incluir en el lote, siendo adquirido mediante un expediente posesorio por José Ledesma Serra.
Un sobrino suyo, heredero de éste, lo vendió el 21 de agosto de 1931 a Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán, Conde de Campillos, que poseía dos fincas colindantes. En la actualidad, el castillo es propiedad de Francisco Monreal Monreal, por herencia de sus padres, María Francisca Monreal Alcaraz y Juan Monreal Rubio, vecinos de La Puebla de Mula.

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