Discurso de toma de posesión de José Moreno como alcalde de Caravaca

Hoy comienza una nueva etapa en el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz. Es un momento de cambio, de profunda renovación, pues de 21 concejales que conforman el Pleno, 19 accedemos al cargo por primera vez. Este hecho abre la puerta a nuevas ideas, a nuevas formas de entender y llevar a cabo la gestión pública. Se inicia el tiempo del diálogo entre fuerzas políticas, diálogo que nos pide y necesita la ciudadanía para que, con el esfuerzo común, solucionemos sus problemas.
A todos los aquí presentes nos une el enorme amor a nuestro pueblo. El progreso de él depende de nosotros y esta es una gran responsabilidad. Sinceramente espero que seamos capaces de hacer hincapié más en lo que nos une, que es mucho, que en lo que nos separa, que es muy poco. La sociedad caravaqueña espera esto y no debemos defraudarla. Hemos de estar juntos, unidos en la consecución del bien común por encima de cualquier otro interés. Y tengo un profundo convencimiento que va a ser así.
Los miembros de este Pleno hemos dado el paso en un momento difícil, cuando el desprestigio de la clase política es mayor y la situación económica complicada. Esto nos preocupa pero no nos asusta.
Decía el poeta Miguel Hernández que «Quién se para a llorar, quién se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quién se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento».
Pues bien, nosotros venimos a vencer adversidades. Llegamos con la intención de resolver problemas y no de crearlos. Queremos recuperar la confianza de los ciudadanos sirviéndonos de la transparencia en la gestión pública. Confiamos en la participación ciudadana como forma democrática de buscar juntos soluciones y alternativas a los problemas.
Ciudadanos y políticos debemos ir, por tanto, de la mano, pero realmente necesitamos el imprescindible apoyo de los trabajadores del Ayuntamiento, sin cuyo esfuerzo y profesionalidad esto no sería posible. Confiamos plenamente en su vocación de servicio público por encima de cualquier otra condición. De esta manera, con su ayuda, conseguiremos superar los contratiempos que se nos vayan presentando.
Caravaca es una tierra maravillosa, llena de emprendedores y de extraordinarias posibilidades que hemos de potenciar y desarrollar para conseguir un futuro mejor para todos. Nuestra historia, nuestras fiestas y nuestro entorno natural son motivos más que sobrados para sentirnos orgullosos. Pero este orgullo no puede ser completo mientras haya familias que sufren el azote del paro y de la penuria económica. Este debe ser el centro de nuestra acción política, las personas y dentro de ellas las que peor lo están pasando.
Los caravaqueños y caravaqueñas están esperanzados con un futuro mejor y han depositado esa esperanza en este Pleno. No defraudarles debe ser la máxima que guie los pasos que demos.
Antes de acabar quisiera expresar, de manera personal, mi agradecimiento más sincero a todos los que me han apoyado para poder llegar hasta aquí. Y, cómo no, gracias a mi familia, sin la cual esto no hubiera sido posible. Desde aquí mi recuerdo más sentido para los ausentes, tan presentes en estos momentos.
Quisiera acabar con las palabras que Miguel de Cervantes puso en Don Quijote cuando, al igual que todos nosotros, se disponía a comenzar su aventura:
«Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho;
Los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones;
Nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos;
La cosa más fácil, equivocarnos;
La más destructiva, la mentira y el egoísmo;
La peor derrota, el desaliento;
Los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor;
Las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que esté».