Ya en la calle el nº 1040

“Diría que mi libro pone rostro humano a un problema de datos”, Antonio Fernández Jiménez, autor de “Una vida retirada”

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

JAIME PARRA

Una vida retirada es una obra tranquila, reposada, de un autor que sabe palpar el ritmo de vida de los habitantes del pueblo, que comparte con ellos tardes en el bar y recuerdos de romerías y fiestas que ya no volverán. Al contrario de lo que pudiera parecer, el libro, preñado de nostalgia en muchas de sus páginas, deja un poso de optimismo, representado en el complejo rural que en los últimos años ha revitalizado el pueblo y que vuelve a llenar de niños y jóvenes, cada puente y cada verano, las vetustas calles de Inazares”.

Firmando en Inazares ejemplares de su obra
Firmando en Inazares ejemplares de su obra

Así define el crítico literario de El Noroeste, Basilio Pujante, la obra de Antonio Fernández Jiménez, que presenta, acompañado del escritor Jesús López y del director de este semanario, Jaime Parra, el próximo día 20 de diciembre a las 20:00 horas en la librería Cervantes de Caravaca de la Cruz.

¿Cómo surge la idea de este libro?

Yo soy de un pueblo, Bullas, donde la realidad del campo está muy presente. En ese paisaje están mis raíces. Cuando viajo por otros pueblos y pedanías del Noroeste siempre encuentro una forma de vida sencilla y muy pegada a la tierra que convoca mi mundo interior. En enero de 2018 empecé un curso de periodismo narrativo con la gran periodista argentina Leila Guerriero. Nos pidió un tema sobre el que escribir. Yo me topé con un artículo mío sobre Inazares en agosto de 2015 en El Noroeste y no dudé en hacer mi reportaje para el curso sobre este pequeño pueblo donde apenas quedan veinte habitantes. Acabó el curso, pero visité de nuevo Inazares y decidí, ya por mi cuenta, seguir reporteando hasta diciembre y recoger todo el año en un libro periodístico.

¿Qué es el periodismo narrativo?

El periodismo narrativo es, ante todo, periodismo. Pero importa mucho cómo cuentas una historia. Se usan las herramientas de la literatura para narrar y obtener así un texto vivo, con fuerza y que llegue hondo al lector. Pero no se trata solo de escribir bonito. Detrás hay un arduo trabajo de campo, de investigación, de mirada, de adentrarse en profundidad a una historia que te puede llevar meses o años.

En “Una vida retirada”, ¿dónde empieza la literatura y acaba el periodismo?

Todo es periodismo. Yo no invento nada, ni siquiera los nombres y apellidos de los protagonistas. Todo lo que me contaron y aparece en el libro está registrado, documentado. No hay ficción. De hecho, es una obra de no ficción. Necesariamente la información que obtengo del trabajo de campo hay que ordenarla, darle un sentido narrativo, construir una estructura sólida y escribir con voluntad de estilo para que el libro se lea con fluidez. El límite del periodismo narrativo es del no faltar a la verdad. Hasta las escenas del pasado que yo no viví están reconstruidas fielmente con los datos obtenidos en entrevistas y hemerotecas, como la llegada al pueblo del gobernador civil en los años sesenta o el maestro de Inazares afeitándose una mañana de 1974. No es producto de mi imaginación. Pasó así. Solo se precisa de imaginación o ingenio para ver cómo te las apañas para contar de modo sencillo y atractivo todo ese ingente material de información que se ha ido acumulando.

¿Qué puede hacer el periodismo narrativo por esta España vacía?

Creo que el periodismo narrativo puede dar visibilidad. Mi libro deja constancia de la realidad de este pueblo donde vive gente día a día sin servicios básicos como ambulatorio, supermercado o entidad bancaria. Diría que pone rostro humano a un problema de datos. Como dijo Basilio Pujante en su reseña en El Noroeste, mi libro ofrece una visión más o menos optimista sobre la despoblación rural. En Inazares existe un complejo turístico muy bien enraizado, una nueva realidad esperanzadora a la que yo le llamo un injerto en el gran árbol de Inazares. Hay turistas que van desde que se fundó en el 2000 como si fueran al pueblo de su infancia.

¿Cómo ha sido la presentación en el pueblo que la protagoniza? ¿Qué reacciones ha tenido de los personajes que la protagonizan?

Lo presenté el viernes 6 de diciembre, acompañado del paleontólogo Ángel Luis Hurtado y los Animeros de San Blas de Bullas. Más que una presentación fue una celebración en la que se revivió la vieja fiesta de San Nicolás de Bari, el patrón de Inazares, que hacía muchos que no se celebraba en la fecha original. Los de Inazares están contentísimos y yo más todavía de que el libro les haya gustado. Pero sobre todo estaré siempre agradecido por la bien acogido que me he sentido siempre en Inazares. Por la gran humanidad que he visto en estas gentes sencillas que viven sencillamente.

¿Algún libro o autor que te haya marcado a la hora de escribir “Una vida retirada”?

Mientras escribía el libro se me venían a la cabeza obras que me han marcado mucho. Por decir unas cuantas: ‘La lluvia amarilla’ y ‘Escenas de cine mudo’ de Julio Llamazares; ‘Viejas historias de Castilla la Vieja’ y ‘El disputado voto del señor Cayo’ de Miguel Delibes; ‘Viaje a la Alcarria’ de Cela; ‘Luvina’, un cuento de Juan Rulfo; ‘Viaje por las escuelas de España’ de Luis Bello; ‘Viaje a pie’ de Josep Pla. ‘Una historia sencilla’ de Leila Guerriero.

¿En qué otros proyectos está trabajando?

Me gustaría continuar en esta línea del periodismo narrativo. Estoy viendo a ver dónde pongo ahora la mirada. La realidad es muy rica en historias.

A la hora de enfrentarse a su primer libro, ¿cuáles son los principales obstáculos a los que se ha enfrentado?

Sobre todo, a la incertidumbre de saber si acabaría o no publicándose.

Ha publicado con Círculo Rojo, ¿decidió autoeditarse o es difícil encontrar editorial para un escritor novel?

Cuando tenía el manuscrito prácticamente finiquitado coincidió que me encontraba en Factoría Cultural Región de Murcia con una beca otorgada por el Ayuntamiento de Murcia para mi formación y apoyo a las industrias creativas y culturales. Cuando comenté que tenía este libro escrito, en Factoría me aconsejaron Círculo Rojo, la editorial de autoedición líder en España. Me gustó la idea porque el periodismo que yo hago es autónomo, freelance.

“Diría que mi libro pone rostro humano a un problema de datos”, Antonio Fernández Jiménez, autor de "Una vida retirada"

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