Ya en la calle el nº 1037

Dicen que veinte años no es nada… pero para la Extensión del Noroeste de la UNED ha sido mucho

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Prudencio José Riquelme Perea. Tutor de la UNED

En aquellos tiempos se celebraron las olimpiadas de Barcelona, Checoslovaquia todavía era un solo país, Mario Conde estaba al frente de Banesto y se estrenaba Jamón, Jamón con dos actores que empezaban: Penélope Cruz y Javier Bardem. En ese año 1992, la Comarca del Noroeste también marcaba una fecha en el calendario con la apertura de su primer Centro Universitario. Han pasado ya veinte cursos académicos desde la puesta en marcha de la Extensión del Noroeste del Centro Asociado de Cartagena de la UNED.

Le llamamos “Extensión” porque no tiene autonomía, salvo en el trabajo de profesores y alumnos desarrollan en él, dependiendo administrativa y académicamente del Centro Asociado de Cartagena de la UNED.

Lo del “Noroeste” tiene su origen en que esta iniciativa, que surgió como un proyecto común del conjunto de municipios de la comarca pero con el paso del tiempo ha quedado hoy como una apuesta encomiable y en solitario del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz. En solitario; sí. Pero no creo que sea una apuesta baldía.

Me cabe el honor de haber pertenecido al claustro de profesores desde el inicio y haber compartido con muchos alumnos, promoción tras promoción, el curso de acceso de acceso a la Universidad. Durante todo este tiempo, la Extensión del Noroeste ha ido aportando valor cultural, científico, de difusión de la cultura, de desarrollo de la investigación y de mejora de la empleabilidad para la población de la Comarca.

Durante algunos años, además de ser una vía para el acceso a la Universidad, ha impartido tutorías y clases de apoyo a de los primeros cursos de Económicas, Turismo, Derecho, Educación Social y alguna que otra titulación. De esta manera, la UNED del Noroeste ha sido el vehículo por el cual muchos alumnos emprendieran la aventura de estudiar una carrera universitaria y, lo que es más admirable, terminarla.

Es cierto que no todos los alumnos han conseguido este logro, pero también lo es que, en la mayoría de los casos, sólo se marcan como objetivo conseguir una titulación que les permita acceder a alguna oposición pública o responder al nada despreciable motivo de “aprender para saber”. Sea por conseguir la titulación, sea por conseguir mejorar su empleabilidad, o simplemente por el reto de aprender, la Extensión del Noroeste ha estado a su lado, facilitando su misión y acompañándoles a lo largo del proceso de aprendizaje.

Los alumnos, los auténticos protagonistas de la aventura de estos últimos veinte años, han acudido al centro por motivos variados, pero comparten el esfuerzo por compatibilizar trabajo, familia y estudios. Como docente valoro el esfuerzo, pero sobretodo tengo la admiración por el hecho de que la mayor parte de los estudiantes muestren un interés por las asignaturas que va más allá de los requisitos para aprobar una determinada materia. Ese deseo de conocimiento, como es obvio, tiene su recompensa año tras año cuando llega la época de los exámenes y comprobamos como los alumnos de esta extensión tienen un rendimiento superior a la de otros centros.

Han pasado veinte años, decenas de profesores y miles de alumnos. Han pasado veinte años y las cajas de ahorros han desaparecido. Han pasado veinte años y las prioridades han cambiado. Han pasado veinte años, y como no podía ser de otra manera – ¿o sí?- los recortes también han llegado a este pequeño centro educativo universitario. Pero a pesar de que hayan pasado veinte años y vivamos en tiempos de incertidumbre, seguimos con la misma ilusión que antaño. Si, ilusión. Un extraño virus que nos contagian los alumnos y que nos hace seguir esforzándonos por realizar nuestra labor.

Esas sensaciones gratificantes que se producen al pensar en estos veinte años me hacen sentirme en deuda con ese pequeño Centro Universitario. Ese sentimiento, como les digo, no es algo que sea único de un servidor. El otro día, mientras se celebraba el Día Rural -una ciclo de conferencia que se celebran en el centro mensualmente- y con una copa de Las Reñas de por medio, coincidí con Pedro, un alumno de la primera promoción que ha continuado estudiando derecho. Mientras catábamos el buen vino de la tierra, que consumido con moderación tiene efectos beneficiosos sobre el pensamiento, coincidimos que con estos veinte años ha llegado el momento de juntarse y rendirle homenaje a este centro celebrando un buen alboroque a finales de junio que reconozca el trabajo de alumnos, profesores -algunos jubilados recientemente- y trabajadores de este centro. Estáis todos invitados a participar tanto en esta pequeña comisión de conmemoración que hemos montado como en la celebración que en su tiempo convocaremos. Podéis hacerlo acudiendo poniéndoos en contacto con María José en la Extensión de la UNED, en los correos [email protected] y [email protected] y en los teléfonos 627753298 y 868888707. También os agradeceríamos que nos facilitarais correos electrónicos y teléfonos de personas que superaron el curso de acceso o completaron sus carreras universitarias. En fin, seguro que entre todos haremos una gran celebración.

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