ISABEL ESPÍN/Foto:David Espín Serrano
Hoy, a diferencia quizás de mañana, reflexiono sobre aquellos que me rodean o que fugazmente se cruzan en mi camino y, en la particularidad de cada uno, descubro elementos comunes tan odiosos como amados. Algunos podrán decir que el comportamiento social está condicionado por la educación y otros, en cambio, teorizan acerca de la genética y su papel en la conducta. Mas, todo eso no se trata más que de parámetros buscados para unificar y etiquetar.
Éste pequeño preámbulo tenía como objetivo enlazar con un término muy usado en mi vocabulario común: personas artificiales. Sin embargo, creo haber destruido con esas palabras este vocablo tan clasista pues somos demasiados volubles para conseguir una catalogación correcta. Porque aparecerán muchos que simplemente sigan apariencias y éste sea el fin último de su vida pero mientras, cada individuo cambiará tanto que no podrá ser explicado por sistemas lógicos. Y es que la lógica solo es un instrumento del hombre, no una forma de ser.