Soy Chema, tengo 24 años y esos mismos 24 años son los que llevo saliendo en las fiestas de Caravaca de la Cruz. He crecido en un ambiente muy festero. Mi madre fue amazona en el año 1980, pero mi vena mora la heredé de mi familia paterna. No soy el primer sultán en la familia, pues entre Caillos y Manés hemos escrito muchos capítulos en la historia del bando moro. Con estas líneas quiero mandar un beso al cielo a mis abuelos Patricio “El Moreno” y Pedro “El Caillo”.
El mérito de nuestros trajes corresponde a varias personas. En primer lugar, a Manolo. Él fue quien se encargo del diseño. Además de presentar un notable interés de principio a fin, así como a María Gloria y su taller, que fueron las encargadas del bordado y confección. Por último, al taller Lacedemon, que llevó a cabo todo lo relacionado con la orfebrería.
Este año me va a acompañar mi caballo Granito de capa torda. Perteneciente a la yeguada “El Gato”.
¿Cómo vivisteis vuestro primer año como sultanes?
El primer año de reinado fue un mix de emociones. La ilusión me desbordaba, pero los nervios venían de la mano de esta. No obstante, fue un año que recordaré toda mi vida. Sin lugar a duda, todo superó con creces mis expectativas.
¿Y la espera estos dos años de suspensión de las Fiestas?
Esta pregunta es complicada de responder. Creo que hablo en nombre de todo mi pueblo cuando digo que ha sido algo muy triste la suspensión de las fiestas. Sin embargo, hay momentos en los que aquello que parecía importante pasa a ser secundario.
¿Cuál fue tu momento o momentos preferidos de las Fiestas de Mayo?
Es muy complicado quedarte con un solo recuerdo, pero siempre hay momentos que se quedan grabados en el corazón, como fue el caso de mi primera salida como sultán el día dos de mayo de aquel barrio tan castizo. Verme arropado por mis khatar, mis sangrinos y toda mi gente fue algo indescriptible.
Cuéntanos alguna anécdota que te ocurriera durante las Fiestas.
El reinado ha sido un sinfín de momentos inolvidables, pero recuerdo uno con especial cariño. Momentos previos de comenzar el parlamento recuerdo como me miró Carmen. No necesité que dijese nada para entender lo que me quería decir. Me transmitió templanza, confianza y seguridad en mi mismo, sin lugar a duda, muy bienvenidas en un momento como ese.
Un deseo para los caravaqueños.
Mi mayor deseo para estas fiestas es que Caravaca se vuelva a llenar de luz, colores, pasión y tradición. Soy consciente que hemos pasado momentos verdaderamente difíciles, por eso espero que la ilusión vuelva a las calles de Caravaca.
